Por Anthony Wallace, Daja Henry, y Luke Simmons/Cronkite Noticias
PHOENIX
Cynthia Aragón se encuentra en una biblioteca de una escuela primaria en el sur de Phoenix, está frente a un grupo de padres no tan diferentes a los suyos, 11 latinas. Algunas de ellas están en el país indocumentadas y otras no.
Una madre habla de su hijo que cursa el tercer grado y quien recientemente fuera diagnosticado con autismo. A él le cuesta hablar y se está quedando rezagado en comparación a sus compañeros. Una terapia ocupacional lo ayudaría, la cual está disponible a través de los beneficios públicos, pero la madre tiene mucho miedo de inscribirlo.
Otra madre tiene una niña de edad preescolar, la pequeña nació con su lengua pegada a la base de su boca, una condición común que podría ser fácilmente corregida con una cirugía. Pero la familia no puede pagar el procedimiento y tiene miedo de inscribir a la pequeña en el programa de seguro médico de Arizona, conocido como AHCCCS.
Aragón trabaja inscribiendo a familias elegibles a beneficios públicos, como el Programa de Asistencia Nutricional Suplementaria (SNAP, por sus siglas en inglés), asistencia en efectivo y AHCCCS. Algunas mañanas, ella hace presentaciones a los padres del distrito escolar Roosevelt, donde casi el 97 por ciento de los estudiantes son minorías. La mayoría de ellos son hispanos.
La joven de 25 años se ha dedicado a esta labor por más de seis años. Nunca antes su trabajo había sido tan difícil.
“Tienen muchas preguntas… y miedo”, dijo Aragón, “porque temen a lo desconocido”.
MEDIDA AÚN TIENE EFECTO
Desde hace varios meses, defensores de los inmigrantes a nivel nacional hacían sonar la alarma sobre el cambio que hizo la administración Trump a la regla conocida como “carga pública”. Esta medida es usada para determinar si los inmigrantes que buscan un estatus legal pudieran agotar los recursos del gobierno estadounidense.
La actualización permite que los oficiales de inmigración tomen en cuenta el uso de ciertos beneficios públicos, incluso Medicaid, para decidir la aprobación de tarjetas de residencia, visas o cambios de estatus.
La Corte Suprema votó 5-4 para dejar sin efecto las órdenes de tribunales federales que bloqueaban la regla. La decisión de la Corte Suprema permite que la medida tenga efecto mientras el litigio continúa en tribunales federales. El Servicio de Ciudadanía e Inmigración (USCIS, por sus siglas en inglés) implementó los cambios el 24 de febrero.
Los que apoyan el cambio dicen que incentiva la autonomía.
Los cambios, dijo Ken Cuccinelli, subdirector interino del Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés), “van a promover el éxito de los inmigrantes y proteger a los contribuyentes estadounidenses”.
Sin embargo, abogados de inmigración y activistas sostienen que el cambio de la regla está causando temor, confusión y está provocando que los inmigrantes abandonen en masa los beneficios públicos, dejando a mucha gente sin asistencia médica.
Las estadísticas sobre las inscripciones al seguro médico parecen confirmar el temor de los activistas y abogados.
De acuerdo a estadísticas del estado, durante el mes de enero de este año, hubo un declive de 106 mil hispanos inscritos en AHCCCS comparado con el mes de julio de 2018, a pesar del incremento total de inscripciones. Se encontraron tendencias similares en estadísticas de Medicaid en la Florida y California, estados que constituyen el 33 por ciento de los hispanos de la nación.
Desde que se filtró la nueva regla en marzo de 2018, Aragón y otros consejeros de salud han luchado para persuadir a la gente para que use los beneficios que ellos o sus niños pudieran necesitar desesperadamente, aun si pudieran ser afectados por los cambios.
Aragón entiende el miedo. Lo escucha en conversaciones con su familia durante la cena.
LOS QUE ABANDONARON PROGRAMAS DE ASISTENCIA
Los medio hermanos de Aragón, ambos ciudadanos estadounidenses, están entre los que abandonaron los programas de asistencia pública. Su padre, Elías Aragón, quitó a América, 13, y Ali, 8, de KidsCare, un programa de salud para niños de familias de bajos ingresos. Temía que si permanecían inscritos dañaría la solicitud de su madre para residencia permanente.
KidsCare no es afectado por los cambios de la regla, según Aragón; pero no pudo convencer a su padre, quien inscribió a los niños a su seguro privado. Por eso, la familia visita los bancos de alimentos para poder llegar al fin del mes.
“El quitó a mis hermanos de KidsCare por temer a lo desconocido”, dijo Aragón, aunque ella sabe que su familia sobrevivirá. “La comunidad es muy resistente. Mi padre ha pasado por cosas peores que no estar inscrito para recibir beneficios”.
Aragón es la personificación del sueño americano de los inmigrantes. Su padre vino en los años noventa de Guatemala y obtuvo su tarjeta de residencia. Ahora, él tiene casa propia y trabaja en construcción instalando paneles de yeso.
Ella ganó una beca en la Universidad Estatal de Arizona y trabajó durante todo el tiempo que estaba en la universidad.
Como estudiante universitaria de primer año Aragón obtuvo un trabajo de medio tiempo como coordinadora comunitaria en Helping Families in Need, una organización sin fines de lucro que ayuda a educar a las familias sobre servicios médicos.
Después de seis años y varios ascensos, ahora trabaja como asistente ejecutiva, escritora de subvenciones, y coordinadora de las escuelas de la comunidad.
A menudo conoce a muchos padres con el mismo sueño para sus niños: triunfar en Estados Unidos.
Pero desde que se anunciaron los cambios relacionados a la carga pública, sus clientes no se están arriesgando. Algunos prefieren perder todos beneficios, incluso los que no son afectados por las nuevas reglas.
“Hay mucha desinformación”, dijo Aragon. “La manera en que está definida, era confusa incluso para los profesionales”.
¿A QUIÉNES REALMENTE AFECTA LA MEDIDA?
La regla de carga pública no se aplica a todos los inmigrantes, sino a los que están solicitando permiso de residencia permanente, o visados para entrar el país. Defensores de los inmigrantes resaltan que los beneficios de salud y alimentos recibidos por los hijos de un solicitante de residencia permanente no cuentan en contra del padre. La regla tampoco afecta a los que ya tienen tarjeta de residencia permanente y están solicitando renovarla u obtener la ciudadanía.
A pesar de las directrices, interpretaciones contradictorias y exageradas de la regla se han esparcido entre los inmigrantes.
“Es como que estamos reviviendo la SB 1070”, dijo Claudia Maldonado, quien aboga por el cuidado médico al referirse a una ley de inmigración de Arizona que atrajo la atención nacional. Hasta que la ley conocida como “muéstrame tus papeles”, fuera limitada; la ley permitía que la policía investigara cualquier “sospecha razonable” que indicara que una persona estaba en el país de manera indocumentada.
“Es como revivir el terror, el efecto escalofriante y la sospecha,” dijo Maldonado.
Maldonado administra a los asesores de salud en Keogh Health Connection, una organización de Phoenix que ofrece asistencia gratuita para la inscripción de beneficios. Ella recuerda el momento exacto en agosto pasado cuando los cambios finales de la carga pública fueron anunciados públicamente.
Maldonado y el resto de su equipo dejaron de trabajar y se miraban unos a los otros con incredulidad, recuerda. El mismo día, la gente empezó a llamar y a venir al centro para pedir que le quitáramos los beneficios tanto a ellos como a sus hijos.
Livbier Pearson, quien también trabaja en Keogh, recuerda que una madre con tres hijos con enfermedades crónicas inmediatamente quitó a sus niños de KidsCare. Ahora, dijo Pearson, esa madre gasta el 60 por ciento de su cheque en el seguro médico privado de sus hijos.
Recordando la reunión con la madre, Pearson dijo: “cuando miras a su cara, su agonía te golpea. Es muy duro”.
ENTRE 1 Y 3 MILLONES RENUNCIARÁN A MEDICAID
No ha habido consenso sobre cuantas personas pudieran ser afectadas por los cambios en la regla; El Departamento de Seguridad Nacional predice que cerca de 77, mil personas pudieran abandonar Medicaid como consecuencia. Otros argumentan que ese número es bajo.
Leighton Ku, director del Centro de Investigación de Política de Salud de la Universidad George Washington, realizó un estudio y encontró que entre 1 millón y 3.1 millones de personas renunciarán a Medicaid como consecuencia del cambio de la regla.
Ku dijo que entender las inscripciones en Medicaid es complicado, porque los estados recogen y reportan los datos diferentemente. Pero un muestreo de estadísticas de diferentes estados sugiere que los números bajos de inscripciones en Arizona para los hispanos pueden ser parte de una tendencia más grande.
Según datos del Departamento de Salud y Servicios Humanos de California, en el primer trimestre de 2018, hubo 225,105 solicitantes de Medicaid en California quienes se identificaron como hispanos. En el segundo trimestre de 2019, ese dato bajó a 163,175.
Datos de la Administración del Cuidado de la Salud de la Florida reflejan cifras similares. De enero 2018 a diciembre 2019, las inscripciones en Medicaid bajaron más del 5% en todo el estado y 11% en el condado de Miami-Dade, cuya mayoría es latina.
Steven Camarota, director de investigación del Centro para los Estudios de Inmigración (CIS, por sus siglas en inglés) apoya el cambio de la regla pero reconoce que la desinformación y el temor pueden causar la baja en inscripciones de seguro médico. Predice que no va durar.
“Si hay un efecto escalofriante, espero que sea temporal. Los inmigrantes son inteligentes. Ellos entenderán las cosas rápidamente”, dijo Camarota, cuyo grupo favorece restricciones estrictas en materia de inmigración.
Ku dijo que aunque el alcance del impacto es imposible de predecir, no tiene ninguna duda de las que ya existían y que es probable que habrá más consecuencias negativas.
“Claramente, es el caso de que la gente va a perder beneficios debido a esto. Ellos sufrirán daños porque no van a poder obtener el cuidado que necesitan”, dijo Ku.
SIENTEN MIEDO
Después de la reunión con las 11 madres en la escuela V.H. Lassen Elementary de Phoenix, Aragón caminó a otro salón de clase con Lorenia Cates, la coordinadora familiar de la escuela. A puerta cerrada las dos hablaron de casos específicos. A Cates no le faltan historias sobre familias que tienen miedo de recibir la asistencia médica que sus hijos necesitan.
“Tienen miedo de que perderán todo”, dijo Cates.
La información sugiere que para muchas familias inmigrantes, abandonar o negarse a inscribirse en los servicios de cuidado de salud públicos significa quedarse completamente sin seguro.
Según la Oficina del Censo, el porcentaje de gente sin seguro médico que no tiene ciudadanía y que ha nacido en el extranjero alcanzó 2.3%, o por más de 500,000 personas desde 2017 a 2018. En el año 2018, había 1.1 millón de más hispanos sin seguro médico, entre ciudadanos y no ciudadanos, que en el año 2017.
Sandra Mayol-Kreiser, profesora clínica de Arizona State University’s College of Health Solutions, dijo que la falta de asistencia médica adecuada puede ser particularmente dañina para los niños en puntos críticos de su desarrollo. Puede causar problemas que manifestarán en los años venideros y afectarán su educación.
Además, dijo, que una tasa más alta de niños sin seguro médico puede tener consecuencias en la sociedad.
“Si tienes personas cuyos niños no están recibiendo las vacunas que necesitan en cierto tiempo, tienes un paciente cero que tiene una enfermedad que es contagiosa”, dijo Mayol-Kreiser.
“Puede costarle a la sociedad, porque todos trabajamos juntos”.
Arizona tiene la tercera tasa más alta de niños sin seguro médico en los Estados Unidos, y el condado Maricopa ocupa el tercer lugar en números más altos de niños sin seguro en la nación, cerca de 92 mil niños de acuerdo a un reporte de Georgetown University.
Mientras ella continuaba con su trabajo, Aragón logró persuadir a cerca de la mitad de las familias con las que se reunió para que utilicen los beneficios disponibles para ellos.
“Es muy importante difundir los hechos”, dijo Aragón, “porque muchas cosas que motivan a la gente son los sentimientos y las emociones. Pero esos no son los hechos”.
La otra mitad, que incluye a su propio padre, no está convencida de que no hay ninguna amenaza.
Aragón dijo que su padre nombró a su hermana América porque estaba tan orgulloso de su nuevo país, pero en cierta medida, ese orgullo se ha convertido en una sospecha.
Aun así, la familia reconoce las oportunidades que tienen en los Estados Unidos. Eso es una de las razones por las que Aragón quiere seguir trabajando para dar a otros lo que sus padres le dieron.
“Mis padres son inmigrantes. Soy ciudadana de los Estados Unidos. Voy a aprovechar al máximo porque vi cómo luchaban por estar dónde están”, dijo. “Todo es gracias a ellos”.
“Así que quiero mostrar a la gente que puede superar cualquiera adversidad”.