Damián Alberto Goldvarg, es originario de Buenos Aires Argentina. FOTO LA HORA/PATRICIA VELIZ MACAL

Por Patricia Veliz Macal
patricia@generacionesenaccion.org

Como parte de su libro, “Los Hilos que Tejen en el corazón del hombre inmigrante”, la guatemalteca Patricia Veliz Macal, presenta la historia del migrante de origen argentino, Damián Goldvarg, quien relata parte de los obstáculos a los que se enfrentó cuando decidió dejar su país para trasladarse a Estados Unidos, en donde encontró más oportunidades, aunque todo requirió de un esfuerzo para lograr sus objetivos.

Originario de Buenos Aires Argentina, Damián Alberto Goldvarg, recuerda en el libro que su vida en su país junto a su familia era muy tranquila, los estudios siempre lo apasionaron y se vio reflejado en que adelantó varios años y eso le permitió obtener un título universitario en Psicología a los 21 años.

“Mis padres siempre me incentivaron y apoyaron. Yo estaba estudiando con un grupo de la universidad y el profesor comentó que uno de los estudiantes había emigrado a los Estados Unidos porque había más oportunidades que en Argentina. Entonces, teníamos que ver más allá de lo que poseemos puesto que siempre hay una posibilidad más grande. Eso me llamó mucho la atención. Después de dos años de haberme graduado de Psicología, me mudé a Estados Unidos”, explicó.

En EE. UU., Goldvarg, contó con el apoyo de sus tíos, que ya tenían varios años viviendo en el extranjero y fue ahí que empezó su aventura en Los Ángeles California el 13 de enero de 1990, llegó con unos 400 dólares, que fueron suficientes para el tiempo que tenía previsto. No obstante, decidió quedarse.

ADAPTARSE A EE. UU., NO FUE SENCILLO

No hablaba inglés y eso asegura que fue muy difícil, incluso lo considero como uno de los pasos más complejos para establecerse en el lugar. A los pocos días, explicó que empezó a extrañar a su familia, aunque vivía con su tío, su manera de ser “estricto”, fue una prueba desafiante.

“Me invitó a trabajar en su fábrica y me colocó de aprendiz para comenzar desde abajo con el objetivo de desarrollarme y llegar a ser el gerente. Era una fábrica de ropa para mujeres y me puso a cortar telas y doblar bolsillos”, comentó.

Sin embargo, su tío le recomendó que estudiara inglés y por eso empezó a buscar otro tipo de trabajo en donde pudiera implementar sus habilidades como psicólogo, pero el idioma se volvió en una barrera con sus aspiraciones, no obstante, fue con un programa enfocado en inmigrantes latinos, en donde encontró un empleo.

“Esa organización me apoyó profesionalmente para conseguir mi visa de trabajo y eventualmente, conseguí mi residencia permanente y años más tarde, mi ciudadanía americana.

“Considero que cuando emigras, tienes que crear una nueva identidad porque en nuestro país estamos en nuestra zona cómoda y conocemos a las personas, las calles, las instituciones, etc.”, afirmó.

Para el migrante, en otro país, la identidad se reconstruye, en Argentina recordó que tenía amigos y dejó una carrera a medias, en EE. UU., en cambio nadie lo conocía, así que, por un tiempo, afirma que sentía que vivía un duelo y luto por dejar su país.

Para sobrellevar esa carga, explicó que se dedicó a construir cosas positivas en su vida en lugar de aspectos negativos, así que se enfocó en estudiar y trabajar por tiempo completo durante seis años consecutivos y así fue como obtuvo una maestría en Consejería de Parejas y Familias y un doctorado en Psicología Organizacional.

“Teníamos que ver más allá de lo que poseemos puesto que siempre hay una posibilidad más grande. Eso me llamó mucho la atención. Después de dos años de haberme graduado de Psicología, me mudé a Estados Unidos”.

DETERMINACIÓN HA SIDO CLAVE

Así que a lo largo de los años ha tenido varios empleos, impartiendo programas para personas que conducen un vehículo bajo efectos de licor, también como consejero con estudiantes y sus familias, en una escuela secundaria de la ciudad de Santa Mónica California, con personas viviendo con VIH/SIDA, así como consultor de una empresa internacional.

También abrió su propia compañía, ofreciendo servicios de desarrollo de liderazgo y coaching. Pero fue en los primeros años en EE. UU., en los que enfrentó varios retos, porque debido a que su inglés no era bueno un colega lo trató mal y tenía un juicio negativo sobre él, que al final confrontó.

“La gente asocia el nivel de inteligencia con la capacidad de expresarse. Una vez llegué a una tienda de ropa deportiva y pedí una solicitud de crédito, me entregaron un papel para que lo llenara y me mandaron a una esquina. Cuando lo vi, me di cuenta que me dieron una solicitud de trabajo y lo que solicité fue una tarjeta de crédito. Todo esto me impulso a aprender más rápido hablar inglés”, afirmó.

Su determinación, aseguró que le ha permitido conseguir empleos importantes a nivel internacional, de hecho, explica que fue el primer presidente latino de la Federación Internacional de Coaching, logro que siempre dice lo hace sentir orgulloso.

Ha escrito cinco libros, el primero enfocado en darle a los inmigrantes pasos para el éxito y los otros cuatro enfocados al estudio profesional de coaching, y algunos ya estos se han convertido en “Best seller”.

Su primer libro, aseveró que es totalmente enfocado en inmigrantes con ideas y recursos para ellos.

“Me invitó a trabajar en su fábrica y me colocó de aprendiz para comenzar desde abajo con el objetivo de desarrollarme y llegar a ser el gerente. Era una fábrica de ropa para mujeres y me puso a cortar telas y doblar bolsillos”

Damián Goldvarg

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Ha viajado a unos 50 países alrededor del mundo y ha trabajado en coaching y facilitación de procesos de aprendizaje para varias empresas reconocidas. En la actualidad, facilita programas de Coaching, Mentor Coaching y Supervisión a nivel presencial y virtual para diferentes países.

“La palabra que me describe es fuego porque se relaciona con la pasión: soy muy apasionado y comprometido en todo lo que hago. Vivo intensamente en el aquí, y ahora y agradezco a la vida por todas mis experiencias. Siempre comento con los inmigrantes que se pongan el cinturón de seguridad, ya que tanto la migración como la vida, es una montaña rusa con subidas y bajadas. Uno tiene que prepararse para lidiar con un montón de desafíos”, enfatizó.

Dentro de sus proyectos a futuro, dice que se encuentran los que se refieren a seguir escribiendo libros para inspirar a las personas y hacer más proyectos que involucren a la comunidad latina.

“Trabajo todos los días para seguir creciendo, aprendiendo y hacer una diferencia en el mundo y valorar a los inmigrantes. Mi acento al hablar inglés es muy fuerte y tengo problemas del oído; así que me esfuerzo para hablar claro. Por eso, siempre les digo a las personas: “Tengo acento, pero no se preocupen; se van a acostumbrar y van a entender todo lo que digo”, afirmó.

El libro: “Los Hilos que Tejen en el corazón del hombre inmigrante”, contiene los relatos de varios migrantes.
FOTO LA HORA/PATRICIA VELIZ MACAL

MÁS INFORMACIÓN

Usted podrá encontrar más detalles de la historia de Damián Goldvarg y otros migrantes, en el libro de la guatemalteca Patricia Veliz Macal.

Si está interesado adquirirlo o le gustaría que le realicen una presentación del mismo, puede escribir al correo: patricia@generacionesenaccion.org o al número de 1-323-895-8749.

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