A través de la artesanía, la danza, la escritura y la convivencia, chapines mantienen viva su cultura pese a los miles de kilómetros que los separan de Guatemala. FOTOS CORTESÍA

Por Margarita Girón
jgiron@lahora.com.gt

Actualmente se estima que casi 3 millones de guatemaltecos residen en Estados Unidos y con mano de obra, servicios o desde cualquier espacio, aportan a la economía estadounidense con su trabajo; sin embargo, en sus horas libres, muchos de ellos se dedican a impulsar en diferentes áreas aspectos de la cultura guatemalteca que los mantiene conectados a sus raíces preservando su identidad aun estando lejos de su país.

En entrevista con migrantes guatemaltecos, La Hora Voz del Migrante, conoció las historias de artesanas, bailarinas, escritores y activistas que mantienen viva su cultura pese a los miles de kilómetros que los separan de Guatemala y las extensas jornadas de trabajo que muchos tienen en ese país.

ARTESANÍAS GUATEMALTECAS EN NUEVA YORK

Norma Pereira, originaria de Guastatoya, El Progreso  y residente en Nueva York, trabaja en una empresa dedicada a servicios relacionados con la salud, su trabajo diario no ha sido impedimento para que mantenga viva la cultura guatemalteca a través de artesanías que le permiten compartir con personas de otras nacionalidades la riqueza cultural de su país de origen.

En ese sentido, Norma impulsa espacios para artesanos a través de Ixmucane Art un espacio en el que niños y adultos han aprendido a través de talleres sobre la elaboración a mano de muñequitas quita penas y otras artesanías propias de Guatemala que han despertado el interés en quienes han compartido con la chapina su apego por el país.

“Eso es algo que tengo que agradecer a este país (EE. UU.), porque las personas que no son de Guatemala tienen una percepción más amplia de lo que son las raíces guatemaltecas y eso fue lo que a mí me incentivó para promover nuestra cultura con ellos”, destacó Norma.

La guatemalteca detalló que mientras promueve las tradiciones guatemaltecas también comparte y aprende sobre otras culturas en los talleres en los que participa y además promueve el uso de materiales reciclables y materia prima que ha llevado desde Guatemala, adquiridos con los pequeños artesanos en Sacatepéquez.

“Esta es una forma de compartir mi tiempo y compartir mi cultura que es algo de lo que me siento orgullosa”, destacó Norma.

La guatemalteca también se dedica a la fabricación de cajas de madera decorados a mano, muchos de ellos inspirados en Guatemala, que evocan en ella nostalgia, pues según relató, en su familia era una tradición guardar fotografías, cartas y otros artículos en cofres de madera y que ahora elabora para vender y obtener fondos para causas benéficas que impulsa en su comunidad.

Norma detalló que mientras promueve las tradiciones guatemaltecas también comparte y aprende sobre otras culturas en los talleres que imparte.
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DANZAS CHAPINAS EN STAMFORD

Liliana López de Guerrero, originaria de Chichicastenango, Quiché reside en Stamford, Connecticut desde hace 38 años y el apego y la nostalgia hacia la cultura guatemalteca le ha motivado a conservar las tradiciones y folclor chapín, pero principalmente a promoverlo entre la comunidad migrante.

“Como siempre hemos vivido junto a mi familia las tradiciones guatemaltecas, escuchamos la marimba en casa y hablamos de nuestras costumbres. Recuerdo que cuando yo llegué a Estados Unidos mi hermana ya tenía un grupo de danza, pero yo propuse algunas ideas nuevas ideas y sin haberme preparado profesionalmente siempre me sentí atraída por la danza y decidí ponerlo en práctica”, dijo.

Así, doña Liliana junto a un grupo de entre ocho y diez personas realizan presentaciones folclóricas en eventos culturales de la comunidad en Stamford y otras ciudades en Estados Unidos.

Para doña Liliana hablar de Guatemala es motivo de alegría, al consultarle qué significa conservar e impulsar las tradiciones chapinas en el extranjero la entrevistada dijo que al representar la cultura de su país ella se siente en Guatemala.

“Cuando yo bailo es como si volviera a mi infancia y a mi juventud, a vivir, yo tengo 64 años y a mí me encanta bailar y que la gente me busque me motiva porque la misma música lo va inspirando a uno”, destacó.

Otro de los aspectos que la entrevistada destaca es poder transmitir parte de la historia de Guatemala y tradiciones a las generaciones de jóvenes nacidos en Estados Unidos o guatemaltecos que viajaron muy pequeños hacia el país del norte.

Doña Liliana participa junto a un grupo de entre ocho y diez personas en presentaciones folclóricas en eventos culturales de la comunidad en Stamford y otras ciudades en Estados Unidos.
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DESDE NUEVA JERSEY: IDIOMA Y COSTUMBRES NO DEBEN OLVIDARSE

Joel Calán Pichiyá, es originario de san Martín Jilotepeque, Chimaltenango y actualmente reside en Nueva Jersey, su jornada de trabajo empieza muy temprano y al final de la tarde vuelve a su domicilio para descansar y aunque la rutina según manifestó, es agotadora, el guatemalteco ha encontrado en su comunidad un espacio en el cual puede sentirse al menos por unas horas como en casa.

Trabajar en la construcción se ha convertido para el connacional en el medio para generar ingresos y aunque no cuenta con familiares en Estados Unidos, estar cerca de la comunidad guatemalteca e impulsar actividades culturales que fomenten la unión entre los chapines ha sido un reto para él, pues aunque ha tratado de impulsar actividades de conciencia social para unir a la comunidad ha sido difícil.

A pesar de los retos y poco tiempo para la recreación que enfrentan los chapines por las extensas jornadas de trabajo, el entrevistado relató que en la ciudad de Nueva Jersey existe un lugar en donde cientos de guatemaltecos comparten y adquieren productos chapines y que a decir de Joel, es la mejor forma de sentirse por momentos como en casa.

El connacional indicó que además de poder conversar en los idiomas guatemaltecos como el quiché y el kaqchikel, ese espacio es uno de las formas en las que los connacionales mantienen vivas sus raíces y cultura guatemalteca además de las actividades religiosas a las que asisten los fines de semana.

“La mayoría de guatemaltecos que tienen un idioma materno propio y si uno camina por las calles de algunas ciudades puede escuchar a muchos compañeros hablando sus propios idiomas, porque eso no se pierde y siempre se conserva en nosotros a pesar de la distancia”, indicó.

Además, destacó que existe una calle a la que llaman “San Martín”, porque conserva diversidad de comercios como restaurantes, panaderías, tiendas en las que todo es producto de emprendedores guatemaltecos que han migrado desde Pachalúm, San Martín Jilotepeque, Tecpán y Quiché, principalmente.

“Uno se siente en su país en ese lugar, uno recorre los lugares y se encuentra con amigos y conocidos con quienes hablamos en kaqchikel y por momentos nos sentimos como en Guatemala porque allí se mantiene mucho de nuestra cultura e incluso vienen de otros estados porque saben que es como una mini Guatemala”, enfatizó el guatemalteco.

Joel Calán Pichiyá: Al recorrer los lugares nos encontramos con amigos y conocidos con quienes hablamos en kaqchikel y por momentos nos sentimos como en Guatemala.
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EN NEBRASKA, ESCRITOR IMPULSA A TRAVÉS DE LAS LETRAS SUS RAÍCES

Belisario Baltazar es originario de la aldea La Nueva Esperanza en el municipio de Tejutla de San Marcos, además de trabajar en el área de la construcción en Nebraska, al viajar a Estados Unidos, Belisario llevó con él un sueño que inició a los 17 años, cuando escribió su primer libro.

El guatemalteco describió que al llegar a EE. UU., el sueño de seguir escribiendo renació y fue así como logró la publicación de dos libros, el primero titulado “La idea de soñar en grande” y el último lanzado en abril de este año al que nombró “Azares del destino”.

“Estar en tierras lejanas y tratar de conservar nuestra cultura es difícil no adquirir hábitos de otras culturas. Mantener esa identidad es complicado sobre todo cuando no vivimos con nuestra familia”, puntualizó el escritor.

Para Belisario, el uso del idioma y “chapinismos” como el “muchá”, “cabal” y otras expresiones son una forma de mantener viva su cultura a pesar de estar lejos.

“Cuando asisto a las actividades relacionadas con mi faceta como escritor y en mi trabajo, siempre trato de transmitir a las personas mis orígenes y relatar de dónde soy y de dónde vengo”, destacó Belisario.

Asimismo, el escritor detalló que en su rutina incluye siempre música de bandas de rock alternativo guatemaltecas como Bohemia Suburbana, Viento en Contra y El tambor de la Tribu que además, según explicó, la banda guatemalteca ha sido parte de su inspiración, pues incluye una de las canciones de la banda en uno de sus libros.

Además de interpretar con su guitarra, canciones como Luna de Xelajú que inspira en el escritor un sentimiento cada vez que observa la luna desde su domicilio en Nebraska.

Belisario detalló que siempre trata de incluir en sus libros a Guatemala y una muestra de ello es “Guatemala”, uno de los poemas incluido en su último libro, en el que manifiesta su amor por el país.

“Trato de preservar el sentido de ser un escritor guatemalteco, y busco siempre mantener vivas esas partes de Guatemala que me acompañan y me traen nostalgia de mi país”, manifestó.

Aunque para los chapines, el ritmo de trabajo al que se enfrentan en Estados Unidos es diferente al que vivían en Guatemala, con hábitos cotidianos o expresiones artísticas, la cultura guatemalteca ha encontrado espacios en las ciudades estadounidenses, para que los connacionales puedan conservar sus raíces y mantengan viva la conexión que los hace por momentos sentirse en Guatemala.

“Guatemala”, es uno de los poemas incluido en su último libro, en el que manifiesta su amor por el país.
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