POR MARIELA CASTAÑÓN
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Una serie de acontecimientos vinculados con la presencia del narcotráfico como la localización de 30 aeronaves, el trasiego de droga y la oposición de algunas localidades para procesar las escenas, antecedieron la muerte de tres miembros de la Marina del Ejército, en Semuy II, El Estor Izabal.
El asesinato del alférez de fragata Carlos Mayén Cabrera y dos infantes de Marina que hasta el momento el Ministerio de la Defensa (Mindef) no ha proporcionado sus nombres, enciende las alarmas por los antecedentes registrados.
Las muertes están relacionadas con un evento similar al que se ha repetido en lo que va de este año, pues los infantes de Marina participarían en una “operación militar”, luego que se detectó un vuelo ilícito en el Polochic; presumían que la avioneta pertenecía al narcotráfico.
“La patrulla militar salió del apostadero naval del Estor. Llegó a Pataxte, para desembarcar. Caminaron hacia Semuy, pero en el camino un grupo de presuntos narcotraficantes emboscó a la patrulla militar de las fuerzas de mar. Abrió fuego de fusilería pero utilizó escudos humanos”, explicó el jefe de Prensa del Ejército, Oscar Pérez.
Anoche se dio a conocer por parte del Mindef que los tres infantes de Marina fueron asesinados, cuatro fueron rescatados entre ayer y hoy, y dos permanecen retenidos.
El Ministerio Público (MP) y la Policía Nacional Civil (PNC) procesaron la escena.
ANTES DE LAS MUERTES
Hasta el 29 de agosto de este año, el Ejército había reportado la localización de 30 aeronaves, algunas quemadas. Además, había informado que había puesto a disposición de la PNC a 12 personas que fueron encontradas en las escenas de los hallazgos; no en todos los casos se encontró el ilícito que se presume transportaban las aeronaves.
Además, este año se han registrado varios acontecimientos donde supuestos pobladores no han permitido el ingreso de las autoridades para procesar las escenas donde encontraron las avionetas o Jets, que se presume eran del narcotráfico.
El pasado 10 de abril, fiscales contra Delitos de Narcoactividad del MP y agentes de la Subdirección General de Análisis e Información Antinarcótica (SGAIA) de la PNC realizaron allanamientos en Petén, sin embargo, cuando pretendían retirarse un grupo de supuestos pobladores con galones de gasolina en las manos se lo impidieron. Tras horas de diálogo lograron salir del área, no hubo capturas.
El 3 de abril fue localizada una avioneta en El Manchón, Guamuchal Retalhuleu, sin embargo, fiscales y policías no lograron ingresar a procesar la escena. La dificultad se originó porque civiles y personas armadas bloquearon la entrada de la comunidad para evitar que las autoridades procesaran la escena; la aeronave fue quemada, mientras que soldados y policías se retiraron.
Julie López, periodista independiente especializada en la cobertura de temas de narcotráfico y autora del libro “El Chapo Guzmán. La escala de Guatemala”, explicó hace algún tiempo a La Hora, que la ausencia del Estado es aprovechada por grupos que emplean a personas y les brindan seguridad, si se puede llamar así, pues prácticamente son quienes ejercen el poder en esas áreas.
David Martínez-Amador, investigador y profesor universitario, asociado a la red internacional de investigadores sociales Insumisos con sede en México, indicó que el narcotráfico es un Estado paralelo, que para poder existir se nutre de estas condiciones de vacíos de poder.
Por otro lado, Martínez-Amador dijo la semana pasada, que los 30 hallazgos de avionetas reflejaban la preocupación que los asesores en materia antinarcótica estadounidense habían planteado, que Guatemala es un paso libre al narcotráfico y el detalle de este tema no es lo que se encuentra, sino todo lo que pasa libremente y no es cuantificado.