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Por Redacción La Hora
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El comisionado Iván Velásquez señaló en un artículo publicado en el Washington Post que a pesar del éxito que tuvo la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG) para enjuiciar a personas poderosas, fue el presidente Jimmy Morales quien decidió no renovar su mandato después de que él mismo enfrentara una investigación.

“Su miedo a la CICIG era un reconocimiento a su eficacia. Su éxito final al alejar a la CICIG debe prender los focos de alerta”, mencionó el comisionado en el artículo en ese medio, publicado el mismo día que la Comisión deja Guatemala, luego de que Morales anunciara el año pasado que no renovaría su mandato.

Según Velásquez, después de que el ente internacional anunció que estaba investigando a Morales por financiamiento electoral ilícito, así como a miembros de su familia, él y otros comenzaron a amenazar a la Comisión y lanzaron una campaña para erosionar el apoyo bipartidista que tenía la Comisión en Estados Unidos.

Gastaron millones en lobistas en Washington y enviaron un flujo de funcionarios estatales para argumentar que la CICIG era una operación de izquierda, indicó el Comisionado.

Velásquez recordó que cuando la administración del presidente Donald Trump anunció que movería su embajada a Jerusalén, Guatemala fue el primer gobierno en hacer lo mismo, en un esfuerzo para acercarse al gobierno de Estados Unidos y continuar su intento de desacreditar a la CICIG.

“El esfuerzo pagó” indicó el Comisionado, quien recordó que el año pasado, cuando Morales le prohibió ingresar a Guatemala, violando el Acuerdo con la ONU, la tibia respuesta de la administración de Trump fue como un sello de aprobación.

Ahora, según Velásquez, Guatemala otra vez enfrenta tiempos difíciles. Los poderosos intereses económicos y organizaciones criminales se sienten envalentonados. Han recuperado el control, señaló.

“Pero los guatemaltecos han probado lo que se siente vivir bajo el Estado de Derecho. Confiamos en que no tolerarán que este sea pisoteado. Deben movilizarse para proteger a los jueces y fiscales independientes. Las organizaciones civiles y la prensa independiente también tendrán que jugar un mayor papel en la lucha contra la corrupción y la impunidad. Se enfrentarán a presiones y ataques”, subrayó.

Finalmente, Velásquez señaló que la experiencia de CICIG demostró al mundo que hay un nuevo modelo para enfrentar los crímenes complejos y transnacionales. “Pero cuando la comunidad internacional acepta construir estos modelos debe mantenerse firme en apoyarlo, y eso incluye a las cortes regionales de derechos humanos. En última instancia, los ciudadanos deben movilizarse para defender los avances que se han realizado”, concluyó.

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