Por Grecia Ortíz/Margarita Girón/Douglas Gámez
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Desde 2010 las remesas de migrantes guatemaltecos han registrado un aumento sostenido por miles de millones de dólares, siendo 2018 el año en que más divisas ingresaron por este concepto con US$9 mil 287 millones 770 mil 700, es decir mil millones más que 2017, según datos del Banco de Guatemala (Banguat).
Si bien las divisas por envíos de guatemaltecos desde el extranjero han mostrado un incremento, no ha sido de igual manera para los productos tradicionales de exportación de Guatemala, pues las exportaciones de banano, azúcar, café, cardamomo y vestuario, sumaron durante todo el año alrededor de US$4 mil 012 millones 975 mil 796.
En el año 2018 ingresaron al país en concepto de remesas, divisas por US$9 mil 287 millones 770 mil 700; por productos tradicionales US$2 mil 743 millones 300 mil y por productos no tradicionales, ingresaron divisas por US$8 mil 329 millones.
Es decir, solo al sumar ambas exportaciones se supera a las remesas. Del 2017 al 2018, las remesas aumentaron en US$1 mil millones; la exportación de tradicionales bajó en US$96 millones y la de no tradicionales aumentó en US$186 millones.
El envío de dinero de migrantes en la actualidad tiene un mayor peso para la economía de las familias en Guatemala, según las cifras del Banguat, ya que representan el 11 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB).
Según el Organismo para las Naciones Unidas por la Migración (OIM), en el país 6 millones 200 mil personas se benefician de estos recursos, enviados por unos 2.7 millones de guatemaltecos que viven en Estados Unidos.
Según migrantes y economistas consultados por La Hora Voz del Migrante, debido a esos recursos se debe valorar con más interés el aporte de los migrantes a la economía guatemalteca. Además, evidencia la necesidad de discutir políticas públicas integrales que se puedan implementar para fomentar el desarrollo integral de Guatemala y sus comunidades más empobrecidas, aprovechando las capacidades y el talento de las personas que han tenido que emigrar.
NO SE SIENTEN VALORADOS
Mariantonia Mus envía remesas con frecuencia a su familia que vive en el departamento de Guatemala, costumbre que mantiene desde hace unos 30 años cuando migró a Estados Unidos.
Los dólares que Mus enviaba sirvieron para atender emergencias de salud de sus padres, quienes ya fallecieron, sin embargo, también han representado una ayuda económica para sus hermanos, que no han encontrado un trabajo que le brinde suficientes recursos económicos para sostenerse.
“Yo mando cada vez que puedo algunos dólares, no se me pasan sus cumpleaños o cuando tienen una emergencia económica, yo siempre trato de enviar, aunque mis papás ya no estén vivos mis hermanos sí lo necesitan”, dijo la entrevistada.
Para Mus, el aporte de los migrantes para Guatemala es vital, porque los trabajos y sueldos del país no pueden equipararse a lo que gana un migrante en EE. UU., convirtiéndose así las remesas en un alivio para la economía guatemalteca.
Además, recalcó que no se les valora como debería ser, pues en situaciones mínimas como solicitar algún documento en los Consulados, los migrantes no son atendidos con rapidez, por mencionar una de las dificultades que enfrentan como parte del olvido e indiferencia de las autoridades y sociedad hacia este sector.
“En 2017 solicitamos con mi esposo nuestro DPI y a mí me llegó a la casa a los meses, pero a él nada y cómo va a ser eso que uno pagando y ni siquiera h agan un poco de esfuerzo por entregarnos nuestras identificaciones luego, hasta finales del año pasado vino ese documento y en el Consulado decían que era porque tenía mala la dirección”, mencionó.
La guatemalteca vive junto a su familia en el este de Estados Unidos, ahí trabaja largas jornadas en una tienda dedicada a la venta de artículos varios, su trabajo implica turnos por las noches y cargar pesadas cajas, lo cual considera no es nada sencillo, pero es bien pagado y así puede apoyar a su familia y hermanos en Guatemala.
Al igual que ella, más de 2.7 millones de connacionales viven en Estados Unidos y se destacan por su esfuerzo y dedicación para superarse, muchos de ellos trabajando en restaurantes, construcción, mantenimiento de casas y edificios e incluso en puestos en el Gobierno.
Ese sacrificio y aporte se refleja en la comparativa del ingreso de divisas por remesas y los productos de exportación que más registros suman históricamente. La tendencia no es nueva, puesto que La Hora, ha evidenciado en otras oportunidades cómo el envío de dinero de migrantes al país ha sido superior, convirtiéndose en un alivio para la economía guatemalteca.
¿QUÉ PASÓ CON LAS EXPORTACIONES?
De acuerdo con la Asociación Guatemalteca de Exportadores (Agexport), el año pasado se presentó una dinámica en la economía del país en la que las exportaciones sufrieron drásticas caídas.
“Los productos tradicionales de exportación (principalmente el café y el azúcar) se vieron afectados dadas las drásticas caídas en sus precios internacionales. Esto hizo que sus exportaciones cayeran en US$163.4 millones y (siendo parte de los cinco principales productos de exportación del país) llevarán al país a no continuar la senda de crecimiento en exportaciones que había comenzado en 2017”, señaló Agexport.
En ese sentido, aseguran que las cifras podrían pasar desapercibidas porque en el 2018 los bienes y servicios guatemaltecos y los más de 4 mil productos agrícolas no tradicionales y de manufacturas que vende el país al exterior, lograron consolidar su presencia en distintos mercados mundiales y aumentaron sus exportaciones.
Agexport destaca que en conjunto, las exportaciones de productos no tradicionales, sin tomar en cuenta la caída de la minería, tras el cierre temporal de la Minera San Rafael, registraron un aumento del 4.2 por ciento.
Mientras que la Asociación Nacional del Café (Anacafé) apunta que, a pesar del incremento en el volumen de las exportaciones, los cafés estrictamente duros bajaron su participación en tres por ciento comparado con el año anterior, representando el 80 por ciento de las exportaciones.
“En concepto de divisas, la exportación de café representó un ingreso de US$692,525,041, 6% por debajo de los US$737,554,856 exportados en 2016-2017”, destacó en su Memoria de Labores Anacafé.
NAVAS: REMESAS SUSTITUYEN UN INGRESO QUE EL PAÍS DEBE GENERAR
Andrés Navas, de la Asociación de Investigación y Estudios Sociales (Asies), explicó que las exportaciones están teniendo un ritmo de crecimiento desde 2010 a 2018 del 1.7 por ciento, mientras que las remesas un 9.4 por ciento.
“Esas cifras viéndolas fríamente no está diciendo que las remesas eventualmente superarán a las exportaciones en lo que aportan a la economía y por lo tanto se le debe dar importancia a la discusión en cuanto a qué políticas económicas se están realizando para fomentar las exportaciones y una política social que beneficie al guatemalteco y no tengan que migrar”, puntualizó.
A consideración de Navas, las remesas están cumpliendo una función de sustituir un ingreso que el país debería generar “¿Qué está pasando? Es un indicador de que hay gente en el extranjero que está siendo más productiva y enviando remesas familiares al país, por lo tanto, es un indicador que evalúa la calidad del empleo en Guatemala, entonces es importante que se amplíe esa discusión”, añadió.
Navas insistió que con esos datos se debe encaminar una política pública y mejorar la atención al ciudadano guatemalteco, porque se demuestra que el país es un exportador de personas. “El país debería ser capaz de generar esas condiciones para que los guatemaltecos tengamos un salario digno y se refleje en un salario que pueda cubrir las necesidades básicas de las personas”.
TENDENCIA PUEDE CONVERTIRSE EN OPORTUNIDAD, SEGÚN MIGRANTE
Marlon González, un migrante guatemalteco residente en Florida, indicó que debería existir algún tipo de metodología que permita que cierto porcentaje de las remesas se dirija a una cuenta que, en coordinación del Gobierno, sirva como incentivo para otorgar préstamos que generen oportunidades y negocios, ya que gran parte de estos envíos son destinados al consumo del hogar.
“Las remesas se están incrementado porque hay más migrantes guatemaltecos que llegan a Estados Unidos, es que muy silenciosamente la comunidad migrante avanza y sigue migrando y en algunas ocasiones se vio un incremento bastante brusco y nosotros llegamos a pensar que esto era por el Gobierno Norteamericano, -temor a la Presidencia de Donald Trump y al aumento de las deportaciones- porque la gente enviaba de los bancos para sus casas, pero no”, añadió.
Considerando esto, para el entrevistado debe existir una forma para que los migrantes puedan construir un futuro mejor en Guatemala para al momento que decidan regresar.
Como ejemplo de la iniciativa de la comunidad guatemalteca, González destacó las Cooperativas que impulsó Asociación Primaveral para Quetzaltenango y San Marcos, como lo publicara La Hora Voz del Migrante en el reportaje “Cooperativas migrantes, una opción de sostenibilidad”, en diciembre de 2018.
OTZOY: REMESAS Y EXPORTACIONES PUEDEN CRECER DE LA MANO
Por su parte, el migrante y economista, Marvin Otzoy, destacó que las remesas familiares se han vuelto imprescindibles en la economía del país ya que la productividad ha disminuido y reflejo de ello es que las remesas superan a las exportaciones.
“Eso denota la importancia de los migrantes sobre diferentes sectores económicos del país. Es importante hacer que estos sectores se vuelvan más productivos para que las ventas se incrementen”, señaló.
El migrante señaló que las remesas deben ser prioridad en las políticas públicas para ayudar a que las exportaciones crezcan haciendo productivas las remesas. “Con base a esa productividad pueden abrirse mercados alternativos y crear mayor ingreso de divisas derivadas de las exportaciones no tradicionales e innovadoras que contribuyan a la economía de Guatemala”, destacó.
MYNOR AGUIRRE: FAMILIAS SE ESTÁN VOLVIENDO DEPENDIENTES DE LAS REMESAS
Mynor Aguirre, integrante de Asociación Primaveral Inc., refirió que no es algo nuevo que las remesas sean un pilar de la economía en Guatemala. A criterio de Aguirre, el hecho de que estas hayan aumentado resulta preocupante ya que no puede dependerse solo de ellas.
Según el migrante no se visualiza una forma en la que la economía de Guatemala pueda resurgir ya que no existe una inversión para afirmar que las exportaciones pueden sostener al país. “Es preocupante pensar en que en algún momento la economía de Estados Unidos no vaya tan bien, ¿qué pasaría con nuestro país? Las familias en Guatemala se están volviendo dependientes de las remesas, no se fomenta la productividad, ni la educación en el país para que esas remesas sean más efectivas”, destacó.
De acuerdo con el connacional, pese a la importancia del aporte en remesas que hacen los migrantes al país, estos han sido abandonados y vistos como un signo de dólar que representa ingresos. “El país sigue exportando más gente y una vez el guatemalteco sale a arriesgar su vida, a enfrentar desafíos, el Gobierno lo descuida y no le da la atención que merece, tanto en tránsito como ya estando en el país de destino”, acotó.
Aguirre refirió que los datos de remesas en comparación con las exportaciones, revela que los migrantes son quienes proveen los fondos para el sostenimiento de las familias guatemaltecas.
“Pese a los planes y alianzas de desarrollo para el Triángulo Norte las familias siguen saliendo del país. Esos planes no han mitigado la migración para que la gente se quede en su país. No hay condiciones ni esperanza para ellos”, dijo.
Aguirre señaló que esta falta de oportunidades hace que las personas migren incluso con niños, migración que luego deviene en tragedias y casos como los que se han registrado recientemente.
En el caso de las remesas, Aguirre destacó que estas son recibidas por familiares en Guatemala que no tienen el conocimiento para poder invertirlas en algo productivo.
Además, destacó la importancia de mitigar la migración creando fuentes de trabajo para que las personas dejen de arriesgarse.
EXPERTO DESTACA CÓMO LOS MIGRANTES SE HAN ADAPTADO A OTRA ECONOMÍA
Mario Herrera, experto del Estado de la Región con sede en Costa Rica, señaló que, aunque cada país de Centroamérica muestra cifras diferenciadas, a partir de 2011, hay una tendencia a que el porcentaje que representan las remesas sea mayor a las exportaciones.
Herrera destacó que la inversión extranjera directa en la región, que en gran parte influye en las exportaciones, no ha tenido tanta relevancia en comparación con las remesas. “En este contexto es de esperarse que las remesas tengan una tendencia mayor de crecimiento si se compara con otras fuentes de divisas”, indicó.
Además, destacó que aún es incierto si las políticas migratorias estadounidenses en un momento podrían influir a futuro en la disminución del envío de remesas de los migrantes que residen en Estados Unidos y recordó que, aunque las exportaciones en la región son mayores que las remesas, estas últimas han crecido a un mayor ritmo que las exportaciones.
“Los países no han logrado insertarse en la economía internacional como lo han intentado o como su modelo de desarrollo lo ha buscado. Aunque los modelos son guiados a aumentar las exportaciones, eso no se ha desarrollado como se esperaba en su momento. Es decir, nuestras economías se mantienen con una estructura productiva que ha variado poco y el valor de las exportaciones no ha cambiado mucho”, dijo.
Además, agregó que contrario a las exportaciones, la migración ha aumentado y esto ha repercutido en el aumento de las remesas.
A criterio de Herrera, la región centroamericana se ha mantenido en productos agrícolas tradicionales, que hace que las exportaciones no crezcan, mientras que las remesas aumentan por el hecho de que las personas en edad productiva de la región se adaptan y producen en otras economías, fuera de sus países de origen.
MIGRACIÓN INFLUYE EN BAJAS EXPORTACIONES, EXPLICA POCASANGRE
El migrante residente en Nueva York, Juan Carlos Pocasangre, señaló que debe tomarse en cuenta la cantidad de migrantes que continúan llegando a Estados Unidos obligados a dejar el país por la inseguridad, la falta de oportunidades y falta de políticas públicas, esto influye en la capacidad productiva de Guatemala.
“Cada día más personas que se dedican a la agricultura están migrando y cada vez se producirán menos productos no tradicionales para exportar. Los jóvenes agricultores están migrando, esto podría aumentar el envío de remesas a corto plazo, pero a largo plazo estas podrían disminuir porque las familias completas están dejando el país”, dijo Pocasangre.
Además, indicó que, si la crisis migratoria continúa, en un futuro no habrá quien trabaje la tierra y las remesas disminuirán porque las familias que hoy son receptoras ya no estarán en el país. De acuerdo con Pocasangre, esta situación provocaría menos oportunidades económicas en Guatemala.
JORGE SANTOS: DATOS REFLEJAN CONDICIONES SOCIALES
Mientras que el economista Jorge Santos explicó que las cifras reflejan un aumento de la migración de guatemaltecos a causa de las condiciones del país, “producto de la crisis que estamos viviendo en el Estado guatemalteco, mayores niveles de violencia, empobrecimiento, niveles de injusticia muy altos lo que provoca que los guatemaltecos busquen mejores aspiraciones”, remarcó.
También resaltó que al depender de los monocultivos, aunado a la caída de los precios a nivel internacional de los productos tradicionales, el modelo de desarrollo se ve afectado, “hay se evidencia el fracaso de este modelo por un lado la caída en las exportaciones y muy por el contrario ciudadanos guatemaltecos que son expulsados por este modelo están sosteniendo la economía”.
En ese sentido, indicó que la reflexión debe generar un “nuevo pacto” y modelo de desarrollo que garantice la justicia social y la equidad, “de lo contrario va a continuar esta tendencia”, lamentó.
Santos señaló que hay “un menosprecio al trabajo y la labor que estos ciudadanos emprenden desde el momento de su migración y estando en Estados Unidos a pesar de que las remesas representan un importante rubro para el país. No hay una sola política pública de apoyo a la población migrante…evidenciando el menosprecio del Estado guatemalteco hacia los migrantes”, subrayó.
MINECO: SE DEBE TRABAJAR PARA AUMENTAR LAS EXPORTACIONES
Julio Dougherty, viceministro de Integración y Comercio, del Ministerio de Economía (Mineco), destacó que las remesas son parte de la economía en el país y el hecho de que estas hayan superado a las exportaciones tradicionales demuestra que tienen que seguir creando los medios para que crezcan, “las remesas son fundamentales, pero tenemos que seguir trabajando para que haya trabajo y desarrollo en el país”, dijo.
Dougherty agregó que no se puede depender de las remesas, que son ingresos que generalmente son para el consumo. Además, destacó que se busca que las remesas puedan invertirse para que los migrantes al volver tengan algo en el país.
“Lo que está pasando actualmente es que las remesas se consumen inmediatamente y cuando regresa la gente después de haber trabajado tantos años, no tienen nada. Mientras mayor cantidad de opciones para inversión tengamos en el país, podrían crearse inversiones en donde opciones público-privadas sean parte de estas inversiones. Hay muchas formas de ver cómo podemos utilizar las remesas para que se beneficie el país y que los mismos migrantes tengan ese beneficio al regresar”, indicó el Viceministro.
BANCO MUNDIAL: REMESAS IMPACTAN EN REDUCCIÓN DE POBREZA
El Banco Mundial destaca en el documento publicado recientemente, “Reseña sobre migración y desarrollo”, que las remesas enviadas a países de bajo y mediano ingreso aumentaron rápidamente y se preveía que alcanzarían cifras sin precedentes en 2018.
Para Michal Rutkowski, director superior del Departamento de Prácticas Mundiales de Protección Social y Trabajo de dicha institución, “en el caso de muchos hogares, las remesas tienen un impacto directo en la reducción de la pobreza, y el Banco Mundial está en condiciones de colaborar con los países en la labor de facilitar los flujos de remesas”.
En 2018, los flujos de remesas enviados a América Latina y el Caribe crecieron alrededor del 9.3 por ciento, hasta alcanzar los US$ 87 mil millones, siendo México y los países de América Central los principales destinatarios.