Tecún Umán/dpa
Cientos de migrantes centroamericanos se enfrentaron hoy a la Policía Nacional Civil (PNC) en la ciudad fronteriza de Tecún Umán, donde abrieron los cercos de seguridad para intentar cruzar el puente internacional que une este país con México.
Los migrantes lanzaron piedras y palos a los policías que intentaban contener al contingente y mantener cerrada la valla de seguridad. La Policía respondió con bombas lacrimógenas, pero la multitud logró superarla y abrió la reja del lado guatemalteco, constató un periodista de dpa.
El contingente, formado por hondureños, salvadoreños y guatemaltecos, corrió sobre el puente fronterizo con la intención de pedir a las autoridades migratorias mexicanas que los dejen pasar. Las autoridades calculan que son entre 1 mil 500 y 2 mil personas, entre hombres, mujeres y niños.
Sin embargo, del lado mexicano las rejas permanecen cerradas. Las vallas amarillas que lograron superar en la línea guatemalteca son las mismas que rompieron con violencia los migrantes de la caravana que llegó a México hace nueve días.
Este segundo grupo empezó a llegar a Tecún Umán desde el sábado y aunque tenía planeado esperar a más migrantes durante tres días en la ciudad guatemalteca, hoy empezaron a exigir a la Policía que los dejara cruzar el puente fronterizo hacia México.
Los hombres de la caravana empezaron a empujar la reja amarilla mientras del otro lado unos 300 policías intentaban mantenerla cerrada. Se escuchaban gritos, mientras los migrantes empezaron a tirar palos, piedras, pertenencias y otros objetos a los agentes policiales.
«Esto es inhumano (…) Si un niño quedaba en medio de ese relajo lo hubieran matado», dijo entre llantos un migrante a dpa.
Tras pasar la valla guatemalteca, los migrantes empezaron a reunirse sobre el puente internacional Rodolfo Robles, que une a Tecún Umán con la mexicana Ciudad Hidalgo, en Chiapas. Como las rejas mexicanas se mantienen cerradas, algunos migrantes gritaron que los dejaran pasar.
Bajo el puente está el río Suchiate, que delimita México y Guatemala. La Marina mexicana resguarda el río y pidió a los migrantes mediante altavoces que no intenten cruzar por el agua. Además, señalaron que iban a entregar comida y agua a los que están en el puente.
Del otro lado de la reja mexicana, una agente migratoria informó al contingente que pueden solicitar refugio, pero todo bajo la ley. «Ser migrante no es un delito, ustedes tienen derechos. Nosotros lo entendemos y nos apegamos a nuestras leyes migratorias», les explicó.
«¡Queremos pasar!», gritaron varios entre la multitud. «¡Solo queremos pasar!».
Esta segunda caravana, que salió de Honduras el 17 de octubre, tiene como objetivo llegar a Estados Unidos, igual que la primera caravana migrante que ya se encuentra en México y que ha logrado avanzar unos 300 kilómetros.