El exministro de Relaciones Exteriores, Edgar Gutiérrez concedió una entrevista a “La Hora” para abordar diferentes temas relacionados a la crisis política que vive el país, principalmente por las últimas decisiones del presidente Jimmy Morales en contra de la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG) y el comisionado Iván Velásquez, además de la relación de Guatemala y las Organizaciones de las Naciones Unidas. De acuerdo con Gutiérrez, “Cerrar la CICIG tendría un grave costo para la paz social, el país tendría un retroceso de 30 o 40 años y la ingobernabilidad sería peor, podríamos caer en lo que se denomina el Estado fallido, esto podría ser una cueva de criminales, aquí podría enseñorearse fácilmente el crimen organizado particularmente el narcotráfico”, puntualizó.
Por Eder Juárez
ejuarez@lahora.com.gt
La Hora: ¿Cómo ve el panorama político del país luego de las decisiones que ha tomado el presidente Jimmy Morales?
Edgar Gutiérrez: El panorama político se ha cerrado para el presidente Morales porque él ha tenido una actitud, no digo solo obcecada sino inflexible. Jimmy Morales tiene un solo relato sobre Guatemala que se llama Iván Velásquez y CICIG, como que en el país no cupiera nadie más que Jimmy Morales e Iván Velásquez. Esto ha hecho que descuide totalmente lo que le corresponde hacer, que es gestión de Estado, no me viene en tres años -a la mente- una sola Ley relevante de beneficio para la población, sí vemos la ejecución del gasto en casi todas las carteras, salvo la de Defensa están subejecutado y sin embargo, se está pidiendo más dinero. No hay que hablar ya del estado de las carreteras, pero más que el destrozo de las carreteras, los puestos de salud, la situación de las escuelas tan ruinosa. Esto también ha tenido una repercusión negativa en la economía. De manera que el Presidente encerrado en su mono relato sobre CICIG está prácticamente embarrancando al país, ya se comienza a notar en la desaceleración económica, se observa en la queja de la falta de servicios básicos y también en el repute de los índices de delincuencia.
¿Cómo cree que se encuentra la relación ONU-Guatemala?
El Presidente tomó el camino más complicado. Esto era un asunto muy sencillo, consistía simplemente en el que si él pidió el 25 de agosto de 2017 una reunión con el Secretario General para solicitar la remoción de Iván Velásquez, pero no lo hizo. Lo que hizo fue presentar quejas, dejó recortes de prensa y un documento sin firma y dijo aquí están mis quejas, pero nunca pidió la remoción. Acto seguido regresa a Guatemala y la madrugada del día 27 a través de un video anuncia que Iván Velásquez es non grato, no le había dado ni 48 horas al Secretario General para revisar el expediente, ya estaba traicionando su propia palabra. Eso lo tuvo que haber dicho al Secretario General frente a frente. Cometió errores de forma, sobre eso fue que la Corte de Constitucionalidad detuvo el acuerdo, pero la Corte no trató el asunto de fondo y el asunto de fondo es que el Presidente tiene conflicto de interés con la CICIG porque lo está investigado.
El Presidente dice que la ONU tiene un año de no responder su solicitud, no es cierto. Su solicitud fue mal hecha, no la presentó abiertamente, taxativamente y ha estado dándole vueltas a un asunto que realmente lo tuvo que haber hecho de manera directa, franca y concreta, eso ya estuviera resuelto hace un año. Desafortunadamente tiene una Canciller que no sabe dialogar y negociar, que solo manda mensajes vía Twitter o conferencia de prensa, en términos inadmisibles y totalmente contrarios a la forma diplomática; por más de setenta años Naciones Unidas nunca tuvo un tratamiento tan despectivo, tan abusivo para un Secretario General como los términos que ha tratado Sandra Jovel.
Por supuesto la relación se arruinó y aun así el Secretario General, le dejó abierta la puerta de manera elegante al señor Presiente, diciéndole que no encuentra una razón para remover a Iván Velásquez, entonces no podemos quitarlo solo porque lo está investigando a usted, qué fiscal internacional de altura con dignidad va aceptar el cargo, si al hacer bien su trabajo lo van a echar, esto no se juega así, y aun así le dijo, vamos a nombrar a un subcomisionado para que se haga cargo en el terreno y quiero hacerlo en consulta con usted, realmente el Secretario no tiene necesidad de hacer esa consulta, esa es una facultad que tiene él y que puede tener Iván Velásquez porque la figura del subcomisionado no está contemplado en el acuerdo, es una figura de administración interna de la CICIG, eso no tiene que consultar, no es un nombramiento político. Le está abriendo la puerta y después de 48 horas no hay una respuesta del Gobierno.
¿Cómo ve la propuesta de la figura de un comisionado adjunto?
Es funcional, es decir que a pesar de que la Corte de Constitucionalidad ya ordenó que puede Iván Velásquez ingresar al país, la evaluación que yo interpreto que está haciendo Naciones Unidas es que es prudente que él se quedé allá, porque su venida puede tener reacciones más virulentas por parte del Gobierno, entonces para contribuir con la paz social y para no agitar más las aguas prefiere que se quede allá, pero necesitan a un coordinador de terreno y esa es la figura que funcionaría como subcomisionado.
¿Que podría ocurrir luego de la crisis en esa relación?
Se pueden poner escenarios. Un escenario es que resta un año del funcionamiento de la CICIG, y la figura del subcomisionado pudiera dar continuidad a la serie de casos que trae la Comisión e ir preparando el terreno para levantar la misión dentro de un año, es un escenario, llamémosle de inercia de funcionamiento. Hay un segundo escenario y es que el Presidente se corra el gravísimo riesgo de denunciar el acuerdo de la CICIG, con esto el Presidente se aísla completamente, porque hasta los aliados que le quedan le darían la espalda, sería el peor aislamiento internacional que ha tenido Guatemala desde que el General Lucas García, en 1980, se le ocurrió asaltar violentamente la Embajada de España. Es comparable con ese aislamiento y que tardó todavía después de tres o cuatro Gobiernos democráticos para recuperar esas relaciones internacionales y esa cooperación. Lo tercero es que procedan a algunos de los antejuicios y que el Presidente sea investigado y procesado judicialmente.
¿Por qué cree que hay una la insistencia de ONU por la CICIG y por el Comisionado?
Primero porque la CICG es una herramienta de cooperación muy exitosa, diría la más exitosa que tiene Naciones Unidas desde hace diez años en el mundo. Da resultados a corto plazo, ataca la corrupción y estructuras criminales y su costo de funcionamiento para Naciones Unidas es cero, porque su funcionamiento no forma parte del presupuesto de las Naciones Unidas, sino de países miembros que se le aportan directamente a través del PNUD. Entonces es exitosa, tiene bajo costo, es un modelo que se está estudiando para replicar en otros países, porque hay otros países que lo están pidiendo incluyendo nuestro vecino de El Salvador, no con el actual gobierno, pero si con la oposición, quienes contemplarían como primer acto de gobierno pedir una CICIES, y otros países del sur que están con lo mismo. Entonces abortar la CICIG cuando está floreciendo, cuando está dando frutos sería un suicidio para las propias Naciones Unidas. Iván Velásquez no ha cometido ninguna ilegalidad o abuso, sino lo que ha hecho es su trabajo, y por el capricho de un presidente que con conflicto de interés, no se puede sacar a alguien que tiene aceptación general.
¿En la historia alguna vez había visto un comportamiento diplomático como el de este Gobierno?
Nunca, nunca lo había visto. Quizá yo lo comparo con el último Gobierno de Lucas García, que había una apuesta para el aislamiento internacional, que costó caro para Guatemala, en relaciones comerciales, de cooperación, pero también políticas. Esto es realmente lamentable, en una carta que enviamos siete excancilleres al Secretario Guterres le decíamos que nos avergonzaba la manera en la que la Canciller se había referido a él, porque Guatemala tiene un marco constitucional multilateralista, porque Guatemala es miembro fundador de Naciones Unidas y porque ha recibido mucho de las Naciones Unidas, desde apoyo por procurar mejores instituciones en respeto a los derechos humanos, en la paz; la consecución de la paz no hubiera sido posible sin las mediaciones de las Naciones Unidas, sin la cooperación, sin el seguimiento que hizo Minugua, todo el trabajo de relatores, de libertad de expresión etc. Es algo que Guatemala le debe al mundo, que le debe a Naciones Unidas particularmente.
¿Cuál es el papel de los excancilleres, tienen algún peso en la ONU?
No es el primero que hacemos, pero si varias figuras que firman esos comunicados, esas cartas son conocidas, respetadas en las Naciones Unidas. Este comunicado no solo llegó al Secretario General, circuló en el Ejecutivo de Washington, en el Capitolio, Europa, y si son nombres que tienen peso en el mundo, son respetados, reconocidos. Por lo menos manifiestan desde Guatemala que el Gobierno no tiene reconocimiento ni respaldo de todos los sectores, el hecho que nosotros disintamos implica que hay contrapesos aunque sean simbólicos en el país.
¿La ONU podría renunciar a CICIG en algún momento o hartarse de la situación de conflicto que vive con el Gobierno?
La fatiga internacional ya está, pero el Secretario General y varios Gobiernos, saben que abandonar Guatemala, y cerrar la CICIG tendría un grave costo para la paz social, el país tendría un retroceso de 30 o 40 años y la ingobernabilidad sería peor, podríamos caer en lo que se denomina el Estado fallido, esto podría ser una cueva de criminales, aquí podría enseñorearse fácilmente el crimen organizado particularmente el narcotráfico. Hay varios estudios, análisis internacionales que apuntan a que la principal amenaza de las democracias en estos países del Istmo es el crimen organizado, la cantidad de dinero que manejan para financiar cabildeos, campañas políticas, campañas de desinformación es tanta. Quién gana si una CICIG se va, pues las estructuras criminales, y la población guatemalteca ya abrió los ojos, por eso se está movilizando, se está movilizando a favor de la CICIG e Iván Velásquez, porque es la única buena noticia que se ha tenido en cuatro años.
¿Guatemala se encuentra en crisis, sin embargo, no hay ninguna propuesta para cambiar ese ambiente, que podría hacer un cambio?
Propuestas hay, la Universidad de San Carlos ha hecho propuestas, centros de pensamiento han hecho propuestas. Ya viene el periodo electoral que aparte de ataques tienen que levantarse propuestas. El tema es con quién se habla de estas propuestas, dígame usted, el Congreso estaría dispuesto a escuchar propuestas. El Congreso está en la misma trinchera del Presidente, en el Ejecutivo mencione un solo interlocutor válido para escuchar propuestas, para traducir esas propuestas en políticas, no hay. Simplemente las autoridades tanto en el Ejecutivo como en el Legislativo están cerradas, ellos solo están obcecados en sacar a Iván Velásquez y a la CICIG no tienen otro tema.
¿El sistema político guatemalteco está por demás desgastado, es necesaria una refundación o cuales son las soluciones para cambiar el sistema?
En 2016 se dio un pequeño paso hacia adelante con la reforma a la Ley Electoral, las próximas elecciones son una oportunidad, tal vez no es el mejor ambiente, pero no tenemos otra manera de modificar el sistema político sino es por la vía democrática, la vía democrática por excelencia serán las elecciones del año entrante. Solo una reconfiguración de fuerzas en el Congreso permitiría profundas reformas en el sistema, no solo político sino económico que hace falta, en el sistema administrativo, Ley de Servicio Civil, Ley de Contrataciones. Es decir tenemos que tener un poco de paciencia y apostarle a la vía democrática y esperar que en 2020 con una nueva reconformación de fuerzas en el Congreso emprendamos finalmente lo que se ha pospuesto en estos cuatro años. Está en riesgo, incluso, lo que hemos sostenido durante treinta años. Digamos una reforma constitucional, pero yo diría sí hay cosas puntuales que se pueden hacer a la Constitución, sobre todo en el Sistema de Justicia, el Congreso no tiene por qué elegir a Salas de Apelaciones, eso debería ser parte de la carrera judicial, o para que exista un sistema de pesos y contrapesos se eligen los órganos unos a otros, pero las Salas de Apelaciones no deben ser elegidas por el Congreso, eso puede ser parte de una carrera por mérito. Las Comisiones de Postulación fueron una buena arquitectura, pero ya se corrompieron, entonces hay que pensar en una nueva estructura constitucional, pero podemos avanzar mientras tanto en una reforma más profunda a la Ley Electoral, es decir podemos ir paso a paso, sin pretender grandes saltos.
¿Con las decisiones del mandatario Morales se ha evidenciado un desconocimiento de política exterior, cuáles serían las consecuencias inmediatas para el país?
De inmediato no tenemos certificación del Congreso de los Estados Unidas, para el plan de la Alianza para la Prosperidad, y el Congreso estadounidense puede tener también una relación de fuerzas a partir de noviembre, los demócratas tienen enormes probabilidades de retomar el control de la Cámara de Representantes, entonces va haber una política de endurecimiento del Congreso estadounidense sobre el Gobierno de Guatemala. Las no certificaciones, ponernos en listas negras, tiene impacto no solo políticas sino también comercial, financiero de inversiones, un aislamiento de esta naturaleza no nos conviene. Van a empezar a sufrir los exportadores, los trabajadores, el crecimiento económico se nos puede caer, entonces la situación es muy difícil para la población, se puede volver asfixiante, esto abre un círculo vicioso, porque a menor crecimiento económico, a menor empleo, mayor delincuencia, mayor descomposición social, mayor migración, esto sería un desastre para Guatemala. La miopía del sector privado que sigue apoyado a Jimmy Morales es también un suicidio, es un error gravísimo, ni la población de Guatemala ni el mundo va a permitir que retrocedamos, ir en contra de la historia a estas alturas va traer un costo altísimo para estos empresarios y para la clase política que lo está apoyando también.
¿Cuál será la mejor salida para esta crisis, quienes deberán encausar al país?
Ante la cerrazón del Gobierno central y del Congreso la sociedad va a tener que empezar a construir sus propios puentes, sus propios diálogos e identificar las zonas de consenso, clasificar las prioridades, ir generando un clima de gobernabilidad por si sola y prepararse para un proceso electoral que sea lo más civilizado posible, lo más propositivo posible, para que la transición del próximo Gobierno sea una transición de acuerdos, preacuerdos que luego se conviertan en legislación y políticas de Estado, no nos queda otra alternativa que preparar el terreno porque no contamos con el Estado esta vez.