Los años de trabajo que Mario Guerra Roldán dedicó al Tribunal Supremo Electoral (TSE), institución en la que desempeñó el cargo de magistrado y Director del Registro de Ciudadanos, le dejaron una sola certeza: En Guatemala no existen verdaderos partidos políticos.

POR KIMBERLY LÓPEZ
klopez@lahora.com.gt

Desde la comodidad de su casa, Guerra Roldán decidió plasmar las experiencias y aprendizajes de una trayectoria de más de veinte años dentro de la entidad electoral. Bajo el título “Memorias de un magistrado”, Roldán recientemente publicó la experiencia vivida dentro del TSE, dependencia que según cuenta, gozó de mucho prestigio años atrás, pero que ahora se ha desvirtuado. El libro fue publicado este año y narra varias lecciones que explican muchas de las deficiencias del actual sistema político y electoral.

Guerra fue director del Registro de Ciudadanos, magistrado y presidente del TSE.

En la parte inicial de su libro, el exmagistrado señala que uno de los mayores problemas con los que acarrea el Tribunal es la politización en la que se ha sumergido, a causa del proceso de elección de magistrados.

El exmagistrado cuenta que, distinto a como es ahora, hace varios años ningún actor político intervenía en la elección de magistrados, lo que les garantizaba independencia.

POLITIZACIÓN DEL TSE
A inicios de los años 80, Guerra integró una Comisión para la primera designación de magistrados. Fue la primera vez que se usó una Comisión de Postulación, recuerda.

“No hubo candidatos, nosotros propusimos abogados honestos y honrados que no hubieran servido a gobiernos militares de esa época”, explica Guerra.

La interferencia de actores políticos no cabía en ese proceso de selección, no había ninguna razón para tener compromisos. “Ninguno nos presionó, los partidos políticos estaban en formación en ese momento”, reitera.

“Esa dinámica de elección garantizaba un proceso muy limpio. Yo ni a la puerta del Congreso llegué, no había que pedir nada, nadie nos tenía que recomendar, llegamos limpios y sin ningún compromiso a la magistratura”, agrega.

HA PERDIDO PRESTIGIO
Años atrás, según las memorias del exmagistrado, el TSE era una institución que se había ganado la credibilidad y el prestigio suficiente para que sus decisiones fueran respetadas y aceptadas, incluso por quienes resultaban afectados por las mismas.

El escenario es distinto ahora, explica. Lamentablemente, en la actualidad la población no tiene ese nivel de confianza en el actuar de los magistrados del TSE.

Para ese tiempo el TSE era una institución que gozaba de prestigio, pero todo eso se ha desvirtuado y ya no es la misma institución que era antes, explica Guerra.

“Es cierto que algunos magistrados hacen esfuerzos por salir adelante, pero les falta ese impulso y fuerza para proyectarse ante el pueblo y tener una posición más hegemónica”, comenta.

ELECCIONES LIMPIAS
En medio de todo el desencanto que puede haber alrededor de la dinámica electoral, Guerra sostiene que uno de los puntos en los que la población puede estar tranquila es en que no existe posibilidad de haber vivido un fraude electoral en los últimos años.

Un fragmento del libro publicado por Guerra es el siguiente:

“Llegó a entrevistarme un periodista de la planta del diario El Gráfico, Julio Israel Lemus, quien entre otros asuntos, me preguntó: licenciado, ¿volverán a votar los muertos? Le respondí: Ni los muertos ni los muy vivos”.

El exmagistrado cuenta que para ese tiempo el rumor era que los partidos usaban registros del cementerio para las elecciones. Sin embargo, se implementó un mecanismo que se ha mantenido a la fecha y que descarta que un fraude de ese tipo pueda darse.

Las elecciones han sido limpias, no ha habido fraude electoral en ninguna de las elecciones hasta la fecha. Ha ganado porque el pueblo ha votado, si el pueblo es inocente o ingenuo ya es otro tema, pero no ha habido fraude electoral como había antes, sostiene Guerra.

Según explica, el padrón es una de las fortalezas del TSE porque “no puede ser alterado, no puede ser manoseado, porque las normas por las que está elaborada impiden una mala maniobra. Ahora, aparte es el acarreo de gente que se ha dado, pero eso no implica un fraude sino es una maniobra de ellos para la obtención de votos”, aclara.

Y es que a criterio del entrevistado, los partidos son expertos en burlar las normas a su conveniencia, con tal de alcanzar el objetivo que se plantean.

“Es una práctica corriente de parte de los políticos, siempre sus normas, sus reglas, sus cánones son al margen de la ley, siempre están buscando como burlar la ley y cuando las reforman buscan no perjudicar sus intereses, mantener sus privilegios y sus mañas”, critica.

Por ejemplo, dice, ahora están tratando de evitar la impunidad a través de las reformas al financiamiento ilícito, buscando cómo evadir, como reelegir a los tránsfugas. “Es el colmo, han llegado al zócalo de la decencia”, lamenta.

CRÍTICA A PARTIDOS POLÍTICOS
Guerra Roldán dedica un breve capítulo de su libro a explicar cómo deberían ser los partidos políticos. La descripción que da no concuerda con la realidad de las organizaciones políticas, a las que califica como “clubes electoreros que se reúnen para designar a un Presidente”.

“Sigo sosteniendo y lo seguiré sosteniendo, que no hay partidos políticos en Guatemala”, dice, con el peso de los años de experiencia que dejó en el TSE.

“Esa dinámica de elección garantizaba un proceso muy limpio. Yo ni a la puerta del Congreso llegué, no había que pedir nada, nadie nos tenía que recomendar, llegamos limpios y sin ningún compromiso a la magistratura”
Mario Guerra Roldán

“Llegó a entrevistarme un periodista de la planta del diario El Gráfico, Julio Israel Lemus, quien entre otros asuntos, me preguntó: Licenciado, ¿volverán a votar los muertos? Le respondí: Ni los muertos ni los muy vivos”.
Mario Guerra Roldán

“Es una práctica corriente de parte de los políticos, siempre sus normas, sus reglas, sus cánones son al margen de la ley, siempre están buscando como burlar la ley y cuando las reforman buscan no perjudicar sus intereses, mantener sus privilegios y sus mañas”.
Mario Guerra Roldán

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