POR REDACCIÓN LA HORA
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El Secretario General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), António Guterres, pronunció hoy un discurso con motivo del 15 aniversario de la adopción de la Convención de las Naciones Unidas contra la Corrupción. Guterres enfatizó en su pronunciamiento en los efectos de la corrupción en el desarrollo, la migración y otros males; resaltó el trabajo y apoyo de la comunidad internacional para combatir esa problemática, entre otros puntos.

Debido a la transcendencia y los temas abordados en el discurso por Guterres, “La Hora” reproduce su pronunciamiento a continuación.

Excelencias,
Damas y caballeros,
Me complace estar con todos ustedes para conmemorar el 15 ° aniversario de la adopción de la Convención de las Naciones Unidas contra la Corrupción.
Como Estados Miembros y asociados, nuestros objetivos comunes incluyen prevenir los conflictos violentos, construir la paz y la seguridad, proteger los derechos humanos y trazar un camino hacia el desarrollo sostenible.
Si queremos avanzar hacia estas prioridades, necesitamos una base sólida de confianza y responsabilidad.
Como acaba de decir el Presidente de la Asamblea General, el Objetivo de Desarrollo Sostenible 16 llama a reducir la corrupción y el soborno, fortalecer la recuperación y el retorno de activos robados y desarrollar instituciones efectivas, inclusivas y transparentes.
Este es un llamado global a la equidad, una demanda colectiva de justicia.
Este evento de hoy es una oportunidad oportuna para reflexionar sobre cómo la comunidad internacional puede cumplir con estos compromisos.
La corrupción afecta tanto a países desarrollados como en desarrollo, y la complicidad no conoce fronteras.  Aquellos que menos pueden pagar la corrupción sufren más.
Se paraliza el desarrollo económico, reprime el espíritu empresarial y disuade a la inversión.
La sociedad no puede funcionar de manera equitativa y eficiente cuando los funcionarios públicos -desde doctores hasta policías, jueces y políticos- se enriquecen en lugar de desempeñar sus funciones con integridad.
La corrupción roba fondos de escuelas, hospitales, infraestructura y otros servicios vitales.
La trata de personas y el tráfico de migrantes, las corrientes financieras ilícitas y el comercio ilegal de recursos naturales, armas, drogas y patrimonio cultural han sido posibles gracias a la corrupción.
Alimenta el conflicto, y cuando se logra una paz duramente ganada, la corrupción socava la recuperación. La corrupción y la impunidad son corrosivas, generan frustración y fomentan una mayor corrupción cuando las personas no ven otra forma de lograr sus objetivos.
Una sensación de desesperación ante la falta real y percibida de oportunidades también alimenta los grandes movimientos de personas que buscan mejores perspectivas. Y la falta de oportunidades para mujeres y hombres jóvenes, a menudo exacerbados en sociedades corruptas, puede alimentar las narrativas cínicas de terroristas y extremistas violentos.

La respuesta es erradicar la corrupción en todos los niveles y restablecer la confianza en donde se ha perdido. El papel de las Naciones Unidas es crucial.
La Organización puede ayudar a los Estados miembros a combatir la corrupción de diversas maneras, desde el intercambio de buenas prácticas hasta el apoyo a la capacidad de las instituciones nacionales de lucha contra la corrupción. La Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala es un ejemplo de ello.

Excelencias,
La Convención de la ONU contra la Corrupción representa el reconocimiento fundamental de que la corrupción no es un costo aceptable para hacer negocios ni un mal necesario.
Es un crimen serio, y simplemente inaceptable. Desde su adopción, la Convención ha logrado una aceptación casi mundial con 184 Partes.
Durante 15 años, ha servido como un marco internacional de cooperación para fortalecer la prevención y mitigar los riesgos de corrupción. Ayuda a interrumpir el lavado de dinero y detener la salida ilícita de fondos. Contribuye a la devolución de los productos robados de los bancos extranjeros.
Y se inscribe en la sociedad civil y el sector privado como socios esenciales. Se necesita una implementación completa para poner fin a la amenaza que representa la corrupción para el desarrollo.
Para lograr esto, los Estados Miembros se han reunido para revisar los esfuerzos de los demás. Esas respuestas son fundamentales para proporcionar oportunidades equitativas y facilitar la inversión, hacer frente al crimen organizado transnacional, prevenir la influencia injusta de poderosos intereses sobre la gobernanza y salvaguardar los derechos civiles y humanos.
Sin embargo, no lograremos un impacto duradero sin la participación y el apoyo plenos de las comunidades comerciales y financieras. Y necesitamos que la sociedad civil, la prensa libre y los jóvenes continúen haciendo su valioso trabajo para sacar a la luz las prácticas corruptas y responsabilizar a individuos, empresas y gobiernos.
Damas y caballeros, En este 15º aniversario, les pido que utilicen la Convención como una plataforma para movilizar apoyo político y popular para la lucha contra la corrupción.
Es el instrumento más ágil del mundo en manos de la comunidad internacional para lograr nuestros objetivos comunes de buena gobernanza, estabilidad y prosperidad. Los países africanos han asumido un papel de liderazgo en el avance de esta agenda en la última cumbre de la UA y con medidas como, por ejemplo, los esfuerzos contra el lavado de dinero en Nigeria y Túnez, que han recuperado los fondos.
Si los gobiernos se toman en serio el hacer lo mejor para sus ciudadanos, entonces las promesas de promover la integridad y reprimir la corrupción deben ser más que promesas de campaña y palabras en papel. Millones irán a las urnas este año con la corrupción en su agenda.
Hago un llamado urgente a nuestro liderazgo global para que adopte una posición moral e instale una cultura de integridad de arriba hacia abajo.
Todo comienza con un ejemplo.
Al enfrentar la corrupción, los gobiernos pueden demostrar que quieren hacer cosas.  Todos debemos hacer más.
Las Naciones Unidas continuarán apoyando a los Estados Miembros en cada paso del camino, desde ayudar a involucrar y empoderar a los ciudadanos en esta lucha, hasta ayudar a construir y mejorar instituciones que puedan cumplir su promesa.
Gracias.

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