Anita Isaacs, profesora de Ciencias Políticas de la Universidad de Haverford en EE. UU., señaló en un artículo publicado en el New York Times, que una ofensiva contra la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG) y el comisionado Iván Velásquez resultaría catastrófica, pondría en peligro la seguridad y democracia en el país, empoderaría al crimen organizado y provocaría protestas y represión gubernamental, al tiempo que los costos se sentirían incluso afuera de las fronteras nacionales.

Por Redacción La Hora
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En el artículo de opinión Isaacs señaló que las autoridades políticas guatemaltecas, incluyendo el entorno del presidente Jimmy Morales y su mayoría en el Congreso, han estado librando una batalla perdida para proteger un status quo “moribundo”.

Isaacs mencionó que la oposición estadounidense y popular ha bloqueado sus esfuerzos para expulsar al comisionado Iván Velásquez y ha forzado al Congreso a dar marcha atrás a una ley que hubiera protegido a políticos que hayan recibido financiamiento electoral ilícito.

No obstante señala que: “El presidente Morales y sus compinches cuentan ahora con la administración Trump para salvar su pellejo”, agregó.

Según Isaacs, desde la elección del presidente Donald Trump pareciera que el gobierno de Guatemala ha hecho todo lo posible para ganarse el favor de Washington.

A la vez recordó que Guatemala fue uno de los tres países que siguieron el liderazgo estadounidense al trasladar su embajada en Israel a Jerusalén, acción que se concretará en los próximos días.

Los miembros de la vieja guardia incluso afirman falsamente que el Kremlin se ha infiltrado en la Comisión, indicó la columnista. Por ahora, la política estadounidense se mantiene, al menos, apoyando a la CICIG, anotó.

No obstante advirtió que los políticos estadounidenses deben mantenerse atentos en las próximas semanas, ya que funcionarios en Guatemala parecen estar a punto de llevar su confrontación con la CICIG a un siguiente nivel.

De darse una ofensiva contra la CICIG la experta señaló que los costos se sentirán más allá de las fronteras, a medida que el crimen organizado expanda sus tentáculos y nuevas olas de migrantes vayan hacia el norte, huyendo de un país donde han perdido toda esperanza de vivir en libertad y seguridad.

La columnista también recordó que desde hace más de una década, Estados Unidos se ha convertido en un abierto defensor de la justicia y del Estado de Derecho, además de ser uno de los mayores partidarios del trabajo que realiza la CICIG y el MP.

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