Antonio Acevedo es testigo del desarrollo en el municipio de Nueva Santa Rosa, Santa Rosa en los últimos años gracias al ingreso de las remesas que dan sostenibilidad económica a cientos de guatemaltecos del lugar, por ello, asegura que la migración se ha convertido en una beneficiosa oportunidad para las familias locales, inclusive para las que tienen como única fuente de trabajo la agricultura.

POR DELIA BONILLA
dbonilla@lahora.com.gt

“El desarrollo se ha visto desde hace unos 12 años para acá, a la fecha las remesas ayudan bastante porque gracias a eso es que muchas personas han podido sembrar su café, subsistir de eso y seguir ahorrando para comprar más tierra”, relató Acevedo.

Antonio nació y ha vivido siempre en Nueva Santa Rosa, Santa Rosa, ha trabajado durante los últimos años en el servicio de televisión por cable en la comunidad y actualmente colabora en la recicladora que dirige su esposa.

Pese a que indicó que nunca ha pensado en migrar porque considera que en el país se puede subsistir al ser perseverante y trabajador, administra las remesas que envía su primo desde el extranjero para compra de tierras que generan trabajo para otros pobladores dedicados al cultivo del café.

“En lo particular le administro unos terrenos a un mi primo, él manda el dinero de allá y todo lo que ha hecho y lo que tiene aquí es gracias a las remesas, él me da el dinero y me dice cómprame ese terreno y sembremos café, cómprame esta casa, así es como él ha hecho todo lo que tiene acá”, narró Antonio.

Para Acevedo, así como él administra este ingreso económico, aseguró que un porcentaje alto de familias reciben remesas en la zona debido a que es el máximo recurso de subsistencia porque no hay trabajo, afirmó que si no fuera por las remesas el municipio sería diferente y no habría cambios positivos y desarrollo como el que se ve en la actualidad. Él asegura que ha presenciado cómo las remesas han brindado mejoras para las familias en cuanto a alimentación, vivienda y educación.

Sin embargo, lamentó que no todas las personas cuenten con la misma suerte de tener familiares que los apoyen en el extranjero, o cuando los receptores de remesas no las administren bien, porque entonces ese dinero no se invierte en algún negocio o propiedad que genere ingresos a largo plazo y para cuando regrese al país quien las envía.

SEPARACIÓN ES UN CONFLICTO FAMILIAR

Asimismo, refirió que ha evidenciado que el riesgo de la separación familiar es constante para quienes deciden migrar, no solo por la lejanía al viajar, sino que en definitiva muchas veces las familias se desintegran por completo, y el cariño, incluso de los hijos, se pierde definitivamente.

“Las remesas tienen un lado positivo y negativo, lo bueno de las remesas es que dan una mejor solvencia en algunos casos, lo malo es que cuando el padre que dejó a su familia acá tiene ocho años de estar allá y regresa, quiere comprar el amor y el cariño de sus hijos y los hijos solo exigen y exigen y no les enseñan a valorar las cosas por el mismo afán de comprar el cariño con cosas materiales”, afirmó.

Para Acevedo el tema de la separación familiar es una balanza muy triste pero real, porque si se quedan en el país padecen carencias y si migran pierden la relación con la familia y la crianza de los hijos.

“Es que tienen que luchar por sus sueños, pero deben recordar que ese no es su país, su país es Guatemala, así que deben ahorrar para que cuando regresen no vengan a trabajar de empleados sino que vengan como empresarios para generar empleo, ese es el sueño americano, ir a trabajar para hacer dinero allá y regresar acá con éxito”, señaló el guatemalteco.

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