Por Kimberly López
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Esta semana, durante una sesión del Concejo Municipal de la Ciudad de Guatemala, Fredy Guzmán, director de la Empresa Municipal de Agua (Empagua), propuso el cierre del fideicomiso, el cual fue respaldado por los concejales afines al alcalde Álvaro Arzú.

El cierre de este fideicomiso coincide con investigaciones en curso del Ministerio Público (MP) y auditorías de la Contraloría General de Cuentas (CGC) a la ejecución de dichos recursos. El cierre, según analistas, resulta sospechoso, pero no detendrá las investigaciones ni las auditorías.

Asimismo, este caso pone sobre la mesa la necesidad de eliminar esta figura en la gestión pública, ya que su naturaleza es contraria a la transparencia y por eso, durante años, se ha prestado a prácticas anómalas, indicaron.

El analista Luis Linares, de la Asociación de Investigación y Estudios Sociales (Asies), señaló que la figura del fideicomiso no debería existir en el país. Esta figura no se adapta a las exigencias de la gestión pública y por eso se han generado problemas.

“Uno no puede especular sobre las cosas, pero sí llama la atención que en un momento en que la Municipalidad está siendo objeto de investigaciones prescinda de una figura que ha utilizado de forma muy continua y extendida”, señaló el entrevistado.

Linares recordó que esta figura se implementó con el pretexto de agilizar la administración pública y erogación de recursos, pero con el tiempo se fue convirtiendo en un instrumento para eludir la Ley de Contrataciones.

Al igual que Linares, el economista Ricardo Barrientos aseguró que lo deseable es que estas formas desaparezcan.

Barrientos compartió el comentario de que resulta sospechoso el cierre del fideicomiso de Empagua, y señaló que dado que el alcalde Álvaro Arzú no ha rendido cuentas a la ciudadanía ni ha hecho una explicación pública de por qué están decidiendo cerrar ese fideicomiso justo en este momento, es natural que se despierte la suspicacia derivado que la Municipalidad y el Alcalde han estado dentro de la controversia de casos por corrupción.

Efectivamente, es motivo razonable de preocupación; autoridades transparentes comprometidas con la rendición de cuentas ya hubieran hecho una conferencia de prensa, en la cual hubieran publicado en los portales la documentación que ayuda a entender por qué lo están haciendo, indicó.

Barrientos explicó que el problema con esta figura es que personas que toman las decisiones no son los servidores públicos sujetos a las leyes de funcionarios. En cambio, hay miembros del sector privado tomando decisiones sin las responsabilidades que tiene un funcionario o servidor público.

“El fideicomiso se volvió un mecanismo muy perverso porque al constituir una unidad ejecutora había mecanismos para eludir controles y comparar y contratar sin seguir los procedimientos y controles de la ley de contrataciones”, dijo.

En tanto, el economista Erick Coyoy recordó que, en vista de todas estas anomalías, en el Presupuesto 2017 hay una cláusula que manda iniciar estudios para llegar al cierre de los fideicomisos, el fideicomiso no es adecuado para la transparencia.

Desde la perspectiva de transparencia no es la figura adecuada y hay varios casos que lo confirman. Por ejemplo, Fonapaz, Covial, Fondo de Solidaridad, son casos que demuestran que no es una figura adecuada, explicó el entrevistado.

“El cierre repentino no libera de las investigaciones, la CGC tiene toda la potestad legal para fiscalizarlo y el MP también si consideran que hay alguna irregularidad, no se entiende si se hace por precaución o por qué razón”, comentó Coyoy en relación a Empagua.

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