POR DELIA BONILLA
dbonilla@lahora.com.gt

“Un día me subí a un bus de la ruta 204 con dirección a la universidad –de San Carlos–, el bus estaba muy lleno, cuando llegué a mi destino y me bajé tenía el pantalón mojado, el hombre que iba detrás de mí se masturbó y eyaculó sobre mi cuerpo, no me di cuenta en el momento, pero mientras lo hacía me respiraba en la nuca y sentía su mirada morbosa”, relató a “La Hora” una estudiante de 24 años.

Esta es apenas la fracción de una historia de varias que se pueden recopilar en conversaciones o redes sociales de mujeres que han sido víctimas de acoso sexual o agresiones sexuales en lugares públicos.

Según un estudio realizado por la Municipalidad de Guatemala a través de la Dirección Municipal de la Mujer y ONU Mujeres Guatemala presentado a finales del año pasado, el cien por ciento de las mujeres entrevistadas para el informe expresaron haber sufrido alguna forma de acoso sexual durante su vida.

El estudio se desarrolló en base a las experiencias y percepciones acerca de la seguridad y acoso sexual que viven las mujeres y niñas en los espacios públicos, incluido el transporte público de siete zonas de la ciudad capital: 5, 6, 7, 12, 13, 18 y 21. El objetivo del informe es colocar esta problemática en la agenda pública nacional y municipal.

El mismo, refleja que los comentarios sexuales sobre la apariencia y cuerpo son en su mayoría -el 29 por ciento- la forma más común de acoso sexual, seguido por el tocamiento de alguna parte del cuerpo, rozamiento, miradas lascivas, silbidos, exposición a masturbación, exhibición de genitales, besos al aire o bocinazos.

“En una estructura social como la nuestra se concibe a las mujeres no como sujetos de derecho sino como objetos, entonces el tema del acoso en la concepción de los hombres es como un halago, como un cumplido o como una reafirmación del poder masculino sobre las mujeres”, indicó Mirna Montenegro, directora del Observatorio en Salud Sexual y Reproductiva (Osar).

Los resultados del estudio dan cuenta que el 74 por ciento de las mujeres que sufren acoso sexual son jóvenes, entre adolescentes, niñas y estudiantes. El 48 por ciento manifestó que el transporte público es el espacio en el cual son víctimas con más frecuencia de estas prácticas, así como en las paradas de bus, parques, calles, pasarelas y mercados, señala el estudio.

Sin embargo, el 76 por ciento de las mujeres consideró que el Transmetro es el transporte público más seguro para viajar.

Callejones poco seguros, pasarelas, parques y espacios abiertos son los lugares considerados como los más inseguros para que una mujer se conduzca, quienes además, se sienten poco seguras cerca de todos los hombres desconocidos, sin importar su nivel socioeconómico, remarca el análisis.

ALTERACIÓN EN LA CONDUCTA

Las consecuencias psicológicas y de conducta que provocan el acoso sexual en la vida de las mujeres va desde la tristeza, depresión, baja autoestima, ser introvertida y tímida, salir de la casa solamente por necesidad, bajo rendimiento en las actividades, hasta el encierro emocional, físico y espiritual, según el estudio.

Adriana Quiñones, representante de ONU Mujeres Guatemala, explicó que el acoso sexual que sufren las niñas y mujeres está fundamentado en patrones de exclusión, discriminación y subordinación que pueden provenir de cualquier hombre sin distinción de clase social, origen étnico, edad o condición particular. Además, este flagelo se da tanto de manera individual como grupal.

Por otro lado, al ser un tema que conlleva a abordar ideas, creencias y formas de interacción que se han practicado sin crítica durante mucho tiempo implica que se asuma el reto de autoevaluación pues no es lo mismo reconocer que es violencia a reconocerse como sujeto que la ejerce y responsabilizarse por transformarla, señaló Lidia Guerra, directora del Observatorio Contra el Acoso Callejero (OCAC).

EL ACOSO NO ESTÁ TIPIFICADO COMO DELITO

En el estudio se establece que según el Informe Anual Memoria 2016-2017 del Ministerio Público (MP), en Guatemala el delito de violencia contra la mujer sigue siendo la actividad criminal más frecuente y con mayor impacto.

Gabriela Sandoval, directora de la Secretaría Contra la Violencia Sexual, Explotación y Trata de Personas (Svet), explicó que el acoso sexual no existe como tal en el país, “en Guatemala no se encuentra tipificada la figura de delito como acoso sexual, lo que nosotros conocemos comúnmente como acoso sexual está tipificado como agresión sexual en el artículo 173 Bis del Código Penal”.

Además, puntualizó que “no existe una política pública sobre la agresión sexual, si nos vamos a ver el problema que tendría que abarcar una política pública no es el de la agresión sexual, es el de la violencia sexual como tal, que engloba muchos más delitos que únicamente la agresión sexual, como la violación”.

La entrevistada manifestó que como Svet implementan acciones como brindar asesoría y capacitaciones a todas las instituciones del Estado y sociedad general en materia de prevención y lucha contra la agresión sexual.

MACHISMO ES IMPERANTE

“De acuerdo a nuestra experiencia, creemos que es una violencia muy normalizada, que cuando hablamos de ella causa controversia pero que aún es difícil que las personas asuman el reto de desaprender esas creencias sobre el cuerpo de la mujer… sobre todo asumir que el acoso sexual callejero es violencia”, expresó Guerra.

La entrevistada añadió que la continuidad de la normalización de ese tipo de violencia en espacios de toma de decisión a nivel gubernamental, ha influido en que no existan medidas concretas para su abordaje y debido a la influencia del machismo y patriarcado no se ha introducido dentro de la agenda pública como una problemática que debe ser sancionada, prevenida y erradicada.

CERO TOLERANCIA

El estudio indica que 5 de cada 10 hombres piensan que está mal que las mujeres salgan de noche y 7 de cada 10 mujeres opinan que ellas no deben tener limitaciones para salir de noche.

Montenegro manifestó que falta educación integral en sexualidad a niños y niñas para que conozcan que son sujetos de derecho, pero en especial para que las niñas puedan tomar actitudes de defensa y reconocimiento y los niños comprendan que el hombre no es más que la mujer.

Para frenar estas prácticas se debe tomar como primera medida la concientización, pues la ciudadanía debe estar informada para promover medidas de cero tolerancia a la violencia contra las mujeres y niñas en todos los espacios públicos y privados mediante el involucramiento de autoridades nacionales y municipales para la identificación de riesgos y medidas de prevención, finalizó Quiñones.

En una ocasión, iba para zona 7 y el bus estaba lleno y un señor se topó mucho a mí, estaba rozándome con su cuerpo y cuando le dije que se quitara, él me gritó: “pero si te gusta”. Las personas se me quedaron viendo a mí, lo cual me afectó y me generó la sensación de impotencia.
Fragmento de un relato a OCAC de una estudiante universitaria de 31 años.


Cifras

100% de las mujeres indicaron haber sufrido algún tipo de acoso sexual.
29% indicó que los comentarios sexuales sobre la apariencia y cuerpo son la forma más común de acoso sexual.
74% de las víctimas de acoso sexual son mujeres jóvenes.
48% manifestó que el transporte público es el lugar más propenso para ser víctima de acoso.
5 de cada diez hombres piensan que está mal que las mujeres salgan de noche.
7 cada diez mujeres opinan que ellas no deben tener limitaciones para salir de noche.

“En una estructura social como la nuestra se concibe a las mujeres no como sujetos de derecho sino como objetos, entonces el tema del acoso en la concepción de los hombres es como un halago, como un cumplido o como una reafirmación del poder masculino sobre las mujeres”.
Mirna Montenegro, directora del Observatorio en Salud Sexual y Reproductiva (Osar).

“En Guatemala no se encuentra tipificada la figura de delito como acoso sexual, lo que nosotros conocemos comúnmente como acoso sexual está tipificado como agresión sexual en el artículo 173 Bis del Código Penal”.
Gabriela Sandoval, directora de la Secretaría Contra la Violencia Sexual, Explotación y Trata de Personas (Svet).

“Para frenar estas prácticas se debe tomar como primera medida la concientización, pues la ciudadanía debe estar informada para promover medidas de cero tolerancia a la violencia contra las mujeres y niñas en todos los espacios públicos y privados”.
Adriana Quiñones, representante de ONU Mujeres Guatemala.

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