POR REDACCIÓN LA HORA
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El Centro de Formación Profesional (CFP) Padre Bartolomé Ambrosio tiene una historia de casi 30 años al servicio de la juventud en Guatemala, a través de los diversos talleres de oficios técnicos que no solo ofrecen educación de calidad, sino también promueven la práctica de valores y principios humanos entre los estudiantes.
Desde hace más de una década, con el apoyo de la Fundación para la Educación y Promoción Humana Alberto Marvelli, conformada por exalumnos salesianos, el Centro de Formación, ubicado en la zona 8 de la ciudad capital, brinda posibilidades de desarrollo a cerca de 200 jóvenes en las áreas de Carpintería, Soldadura Industrial, Torno Industrial, Electricidad Domiciliar y Operador, Reparador de Computadoras y Técnico en Redes.
A diferencia de otros institutos técnicos, este centro tiene como eje fundamental de su formación el fomento de la espiritualidad salesiana de los alumnos, en un ambiente religioso que no hace distinción de credo y que pretende que sus estudiantes egresen como personas que respetan valores como la puntualidad, la honradez, la lealtad, el trabajo bien realizado, el decoro, las buenas costumbres y el respeto y amor a Dios al estilo de Don Bosco.
El proyecto del CFP ha permitido por años que muchos jóvenes de escasos recursos obtengan una educación que les permite unirse a la fuerza laboral del país como trabajadores íntegros, al servicio de la sociedad guatemalteca. Algunos de los estudiantes egresan ya empleados por empresas nacionales que reconocen la calidad de su trabajo.
Los estudiantes provienen no solo de la capital, sino de otros puntos del país, como San José Pinula, San Juan Sacatepéquez, San Juan Comalapa, San Raymundo de Peñafort, aldea El Encinal, Villa Nueva, Villa Canales, Villa de Mixco y de zonas que se ubican en la circunvalación de la ciudad capital, y de los departamentos de Quetzaltenango, Sololá Huehuetenango, Zacapa, Puerto Barrios, Santa Rosa.
La inspiración de los talleres salesianos en todo el mundo tiene su origen en la obra del sacerdote italiano Don Bosco, “quien con el afán de buscar el bien a la niñez y la juventud de su época procuró alejarlos de las pandillas de aquel entonces, pues tenían como única opción para su sobrevivencia el asaltar estaciones de trenes, comercios, caminos y calles de la ciudad; ello por carecer, debido a la situación político-social de la época, de educación accesible, de trabajo y en cientos de casos de familias integradas”, detalla un documento informativo del CFP.
Fue así que viendo estas necesidades Don Bosco abrió escuelas matutinas, vespertinas y nocturnas, colegios e internados, pero muy particularmente las Obras Técnicas, con las cuales a lo largo de los años los salesianos de Don Bosco se han hecho conocer en más de 130 países.
FORMAS DE APOYAR AL CENTRO DE FORMACIÓN
El costo de la obra salesiana es alto debido a que los alumnos pagan una cuota mínima por su educación, la cual requiere de una fuerte inversión en herramientas y materiales para la práctica.
En muchos casos, el mismo CFP debe procurar alimentación, transporte, materia prima a los casos particulares de alumnos que no pueden pagar eso.
Sin embargo, lo anterior no es un obstáculo para los directivos, profesores y la Fundación Alberto Marvelli, quienes en el marco del ordenamiento jurídico guatemalteco, organizan la Gran Rifa Salesiana cada año, con el objetivo de continuar apoyando las actividades del Centro de Formación.
Este año la rifa se llevará a cabo el 25 de junio y tiene como principal premio una camioneta Hyundai Santa Fe 2017. Los boletos cuestan Q20 y los puntos de venta están en diferentes centros comerciales y en agencias de bancos.
Además, quienes estén interesados en hacer una contribución particular a la obra, pueden comunicarse al CFP para aportar a través del fondo de becas y el apadrinamiento.











