Por Grecia Ortíz
gortiz@lahora.com.gt

El proyecto Manos de Bendición brinda apoyo a familias de escasos recursos, principalmente en los municipios de Sololá cercanos al Lago de Atitlán. En el 2016 cientos de niños y niñas fueron beneficiados con alimentos, útiles escolares y actividades lúdicas.

_2Ana Zúñiga, fundadora de Manos de Bendición, dijo que el año pasado trabajó en una aldea de Santa María Ixtahuacán, Sololá, donde residen unos 300 niños en condiciones de pobreza extrema. Los menores recibieron regalos y refacciones donadas por una empresa panificadora que se comprometió con el proyecto.

De acuerdo con la encargada de Manos de Bendición, todos los proyectos se logran, en gran parte, gracias al aporte de empresarios y particulares que se identifican con la necesidad de las comunidades que visita.

En el 2016 Manos de Bendición realizó una visita a San Juan la Laguna, donde unos mil menores asistieron a las actividades organizadas.

«En diciembre recién pasado estuve con los niños más necesitados del área de Santiago Atitlán, como niños de otras aldeas. Se les llevo refacción, piñatas y dulces, aunque al final ya no me alcanzaron los juguetes. Además, visité otro lugar en donde hay niños con discapacidad; ahí se dieron 100 tamales. Eso lo di de mi bolsa. También se les dio piñatas, dulces y otras cosas», dijo.

Dentro de las bolsas de alimentos que voluntarios donan se incluyen productos del consumo diario como granos básicos, aceite, necesarios para la alimentación de las familias, comentó.

Además de las bolsas de alimentos, el proyecto está gestionando donaciones de cubetas de pintura: «Esto nos servirá para pintar las escuelitas de la aldea Palestina, que está en San Juan la Laguna».

Para elegir los lugares donde llevarán la ayuda, Zúñiga los visita para entender las necesidades de la población. Posteriormente se encarga de entregar la ayuda, aunque eso implica sacrificios en su tiempo libre.

La entrevistada comentó que su pasión por ayudar a niños nació por el cariño que siente al ver el rostro de cada uno: «Hay niños que no saben que es tener un juguetito en sus manos, no saben de refacción o una comida distinta a tortillas y hierbas».

Para Zúñiga su mayor satisfacción es ver el rostro de alegría de las personas a las que ayuda, por lo que también recolecta ropa, laminas para que las personas puedan cubrir sus viviendas del frío o cualquier otro artículo con el que puedan mejorar su situación.

«El cambio tiene que empezar por uno y dejar de ser tan avaros en nuestra forma de pensar, de ver y dar. Dios a mí me ha dado tanto, y yo lo que comparto lo doy todo con amor, no gano nada con esto, pero siento satisfacción en hacerlo», dijo.

CONCIENCIA AMBIENTAL

Aunque la base del proyecto consiste en el aporte humanitario a las familias, también busca generar conciencia ambiental a favor del Lago de Atitlán, por lo que se organizan jornadas de limpieza, y se convoca a jóvenes a participar junto a la Municipalidad.

Lo que busca Zúñiga es concientizar a los pobladores acerca de que no es adecuado tirar desechos al agua, que se debe cuidar el medio ambiente y que es necesario salvar los recursos naturales.

«Les dije: hay que unirnos, yo doy el ejemplo, así empezamos y yo doy el ejemplo. Algunos, tal vez no todos quieran hacerlo, y otros que amamos a Guatemala sí queremos un mejor país», aseguró.

La razón por la que Zúñiga eligió Sololá es el nivel de pobreza de su población, pese a lo cual muy pocos proyectos se acercan a brindar ayuda.

NECESITAN MÁS VOLUNTARIOS

Manos de Bendición se sostiene con el aporte de empresas y personas particulares, por eso Zúñiga hace un llamado a sumarse a la causa y solicita donaciones de todo tipo. Si desea mayor información puede escribir al perfil de Facebook de Manos de Bendición.

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