POR KIMBERLY LÓPEZ
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En julio de 2016, la ministra Lucrecia Hernández Mack fue nombrada titular de uno de los ministerios más cuestionados por su baja ejecución presupuestaria y por la lentitud en cuanto a acciones para enfrentar la crisis de desabastecimiento de la red hospitalaria. Una vez terminado el año, estos son los avances y los rezagos que aún se observan en la cartera.

A mediados de 2016, las evaluaciones de la Procuraduría de los Derechos Humanos (PDH) pronosticaron una de las crisis hospitalarias más profundas de las últimas décadas. Esto, sumado al hecho de que las entidades se enfrentaban a dificultades por falta de recursos financieros.

A finales de 2015 e inicios de 2016 varias dependencias de salud se vieron obligadas a suspender recurrentemente servicios básicos de sanidad para la población.

A pesar de tal situación, esa cartera atravesó una reducción presupuestaria. Situación que condicionó las medidas para superar la crisis de los hospitales, centros de salud y clínicas estatales.

A Salud Pública se le asignaron Q5 mil 531 millones 691 mil 485 para el 2016, lo que representa Q115 millones 532 mil 975 menos de lo presupuestado durante el 2015.

Según la ministra Lucrecia Hernández, estas condiciones complicaron la función de las autoridades de salud en cuanto a dar una respuesta rápida a la crisis a inicio de año.

“Pero en la medida en que se fue haciendo una mejor recaudación fiscal, el Ministerio de Finanzas empezó a entregar recursos al Ministerio de Salud, por eso hasta agosto pudimos hacer uso de la cuota que entrega Finanzas y de los Q415 millones de aumento”, explicó.

_2Desabastecimiento

Uno de los motivos por los que fue criticado el exministro Alfonso Cabrera, cuando estaba a cargo de la cartera, fueron los bajos niveles de abastecimiento, pese a que el Ejecutivo insistía en que se estaban logrando avances en ese sentido.

En julio, cuando Cabrera dejó el cargo algunos de los hospitales nacionales se acercaban a la mitad del abastecimiento total en insumos y medicamentos. En los Hospitales: Pedro de Betancourt, Totonicapán y de Salud Mental tenían niveles de 56 y 52 por ciento para los últimos. Mientras que el de Jalapa se mantenía en un 47 por ciento.

Ese colapso tuvo mucha relación con la forma de realización de compras en unidades ejecutoras.

Analistas del Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (Icefi), a partir de estudios realizados a las causas de los problemas de abastecimiento que las entidades del Estado han sufrido en meses anteriores, sostiene que es falso que las deficiencias se traten de errores en la normativa de contrataciones, sino que radican en el vencimiento sin renovación en 2015 y 2016 de contratos para productos medicinales y farmacéuticos, e insumos hospitalarios.

Seis contratos abiertos para la adquisición pública de productos medicinales y farmacéuticos, material médico quirúrgico y material de diagnóstico vencieron en octubre y septiembre de 2015, y no se renovaron, detalla un informe presentado por Icefi.

A decir de los analistas, dos de las posibles causas en estos retrasos son la negligencia o falta de recursos.

_3Año de estabilización

“Al ministerio lo encontramos como cuando a una casa se meten a robar, está saqueado y con muchas faltantes. Este primer año ha sido para estabilizar y detener la crisis, pero también para tomar decisiones de política de salud que se verán a mediano plazo, pero que había que tomar para evitar crisis”, asegura la ministra respecto al diagnóstico del sistema de salud a mediados de año.

El desorden al que se refiere va desde anomalías en procesos de adquisiciones de contratación de personal, realización de contratos, monitoreo de adquisiciones, contrataciones anómalas hasta compras que no debieron efectuarse.

Pago de deuda

Un logro destacable es el hecho de que los hospitales Roosevelt y San Juan de Dios, los más grandes de Guatemala, cerraron el 2016 sin deuda y con abastecimiento por arriba del 90 por ciento.

Además, con una asignación presupuestaria para el 2017 que autoridades de salud denominaron como histórica, de Q620 millones 87 mil.

Sin embargo, para el resto de hospitales aún persisten deudas pendientes, que ya sea por cuestiones legales o financieras no han podido ser saldadas.

Críticas de la PDH

Sin embargo, la postura de la Supervisora de Hospitales de la PDH, Zulma Calderón, es que no son significativos los cambios que la PDH vio durante el año en función de mejorar la situación de la red hospitalaria y la crisis del Ministerio.

En los primeros seis meses del año la atención de las autoridades de Salud estuvo enfocada a las donaciones de medicamentos para la red hospitalaria, mientras que en los últimos meses se han enfocado al fortalecimiento del primer nivel, “sin que existan acciones puntuales para enfrentar la crisis que hasta hoy sigue existiendo”, dijo.

En respuesta a la crítica, la postura del Ministerio es que sí se tomaron las medidas de urgencia, de mejorar el abastecimiento y ejecutar el proyecto, no de manera inercial. Esto, mediante acciones para animar a las unidades ejecutoras a abastecerse, al tiempo que construyeron posibles soluciones para mediano y largo plazo.

“PDH hizo un análisis de hospitales en mayo y junio y puede ser que a partir de eso tengan la fotografía de que el sistema de salud sigue mal, pero esperamos que haya una evaluación de seguimiento y puedan ellos confirmar con datos si ha habido o no una mejora”, dijo la Ministra.

No obstante, es innegable que existen aspectos en los que este año no se puede registrar avances.

Puntos débiles

El rezago en la red de servicios aún persiste, producto de lo que la Ministra llama “un olvido institucional”, es decir, un problema histórico que data de décadas atrás.

En la medida en que se han obtenido los recursos, la estrategia que defienden las autoridades de salud es la política de detener el colapso y la crisis; y hasta mediano plazo analizar la recuperación de la red hospitalaria.

“Tenemos que empezar ya a ponernos al día porque si no el rezago será cada vez mayor. Este año (2016 sirvió para detener el colapso, 2017 servirá para fortalecer lo que ya existe; 2018 y 2019 servirán para ampliar infraestructura”, promete la titular de la cartera.

Inversión limitada

En agosto de 2016, Julio Héctor Estrada, ministro de Finanzas, reconoció que pese al aumento de recursos para el Ministerio de Salud, estos serían suficientes solo para paliar la situación crítica de hospitales, pero no se priorizarían para invertir, por ejemplo, en el aumento de la cobertura de salud.

Estrada aseguró que no era posible hablar de invertir en más centros de atención a nivel nacional sino hasta el 2018 o 2019. El motivo de esto es la falta de recursos y la incapacidad del Estado para obtener más ingresos.

“Lo que está planeado de aumento para el Ministerio de Salud, que es más del 20 por ciento del presupuesto, es para recuperar la red hospitalaria vigente y terminar de consolidar la recuperación y el aprovisionamiento”, aseguró.

Para el otro año, según dijo la ministra Hernández, “no vamos a construir los 4 mil centros de salud pendientes, pero vamos a empezar a cerrar la brecha”.

“Estamos por ver cuánto puede ser nuestro ritmo de crecimiento a la hora de construir infraestructura nueva, pero el desafío estará en el personal, cuántos auxiliares de enfermería hay, cuántos médicos y otros profesionales de salud”, explicó.

Compras directas

Durante el 2016, el 99 por ciento de las compras realizadas por el Ministerio se hicieron a través de la modalidad de compra directa, cuestionada por incurrir en criterios de discrecionalidad.

Hernández Mack reconoció como una de las debilidades de la cartera que dirige es el uso mayoritario de la modalidad de compra directa para la adquisición de medicamentos e insumos para la red hospitalaria y centros de salud.

“La mayoría de compras en el Ministerio de Salud son directas y estas no son las más eficientes. La idea es mejorar contratos abiertos y ver cómo activar subasta electrónica”, anunció Hernández como eje de trabajo para los próximos años de gestión.

En el 2016 el Ministerio de Salud realizó compras directas por Q718 millones 683 mil 62, en 12 mil 687 adjudicaciones de 12 mil 792, es decir, en el 99.17 por ciento de las compras realizadas por la cartera.

En el portal de Compras y Contrataciones del Estado, Guatecompras, se detalla que las unidades ejecutoras de la cartera de salud realizaron compras de último momento, al cierre del 2016.

El 30 de diciembre se realizaron cuatro adjudicaciones por compra directa, por un total de Q275 millones 500 mil, para la contratación de servicio de reproducción e impresión de formularios para el Hospital de Barillas en Huehuetenango, servicios de seguridad y arrendamiento de ventilador mecánico para el Hospital Regional de Cuilapa en Santa Rosa y arrendamiento de ocho monitores de signos vitales para el Hospital Nacional de Coatepeque.

También se adjudicaron contratos por Q241 mil 550 el 29 de diciembre bajo la modalidad de compra directa.

El economista independiente, Erick Coyoy, consideró el exceso en el uso de esta modalidad como un aspecto negativo en la forma en que se contratan servicios porque bajo esta “los precios de compra pueden ser más altos y hay discrecionalidad en cuanto a quién se le compra”.

Además, no existe un proceso competitivo para elegir al vendedor y el precio que se paga.

También el analista del Icefi, Ricardo Barrientos, destacó el hecho de que es hasta la gestión de Hernández Mack en que se empezaron a renovar los contratos para centros hospitalarios que no fueron renovados en la gestión del 2015 y que obligó a las autoridades a incurrir en el uso de la compra directa.

Tomando en cuenta las deficiencias que aún persisten, pese a los avances que el ministerio registró al cierre de este año, la proyección de las autoridades es que este año se consumirá en medidas para fortalecer a la cartera y trabajar en una reforma al sector salud que incluye la ampliación de la cobertura de seguro social para trabajadores y la rendición de cuentas. Sin embargo, argumentan que se trata de un problema de décadas que requiere de planificaciones a largo plazo.

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