POR GRECIA ORTÍZ
gortiz@lahora.com.gt

La defensora adjunta de la Procuraduría de los Derechos Humanos (PDH), Hilda Morales, expresó en una entrevista para La Hora Departamental, que la aprobación de la pena de muerte no implicaría un descenso de la violencia, ya que esta depende de otros factores que inciden en que las personas se involucren en grupos delictivos.

Los últimos hechos de violencia han hecho gran parte de la población se muestre a favor de la pena de muerte, ¿qué opinión tiene al respecto?

En mi carácter de defensora de derechos humanos y en vista de que la pena de muerte ha sido abolida en muchas partes del mundo y que también se menciona en la Convención Americana sobre Derechos Humanos del Mundo, no puedo manifestarme a favor de esa sanción penal.

¿Se soluciona la violencia con la aplicación de la pena de muerte?
Siendo abogada yo he estudiado la pena de muerte y no es una solución para la delincuencia, porque la delincuencia extrema tiene relación con las condiciones sociales y económicas que se viven en el país. Nosotros hemos visto un despuntar de la violencia extrema después del conflicto armado interno y es porque no fueron satisfechas las causas que dieron origen al conflicto, en donde se ve, toda la falta de servicios que el Estado debe dar a la población en cuanto a educación, incremento de empleo y migración.
En algunos casos están involucradas las pandillas juveniles, las maras y estas se formaron de personas que salieron de los diferentes países de Latinoamérica o de Estados Unidos y allá se conformaron las maras, y después regresan a los países sobre todo a Guatemala, El Salvador y Honduras y nos traen una ola de violencia imparable, en que donde el Estado no se ha dado abasto para pararla.
La pena de muerte no es un disuasivo porque personas toman justicia por su propia mano y atacan a otras personas a quienes les causan daños, que les pueden causar la muerte, es una pena saber que en el caso del sicariato los grandes jefes estén usando mujeres.

¿Qué papel juegan las deficiencias del Sistema Penitenciario (SP), en ese aspecto?
Vemos las cárceles hacinadas, vemos que hay personas que están detenidas y que no son llevadas a juicio y son llevadas al año, o dos años de estar detenidas. No hay un ataque a estas causas estructurales, a estas necesidades que tiene la población sobre las cuales descansa la razón de ser del Estado, como lo reconoce la misma Constitución, para garantizar la vida, la seguridad, el desarrollo de Guatemala. Si esto se cumpliera no habría tanta delincuencia, es un compromiso del Estado y estas causas no se resuelven con la pena de muerte.

¿Es la falta de acción de las autoridades la que lleva a considerar favorable la pena de muerte?
Por supuesto, la gente se mira afectada en lo personal o cuando uno sabe de la muerte violenta de una persona o la saña con que se mata a las personas, de la violación en contra de mujeres, de niños de corta edad, la respuesta de los seres humanos es que los maten, pero esa no va a ser la solución.

¿Cuál es la manera correcta para contrarrestar la violencia?
El fortalecimiento debe ser a la seguridad ciudadana, al sector justicia, a las políticas de prevención del delito, de eso se sabe más que todo en papeles, pero no se entiende en la realidad para que las personas vean que hay medidas de seguridad, y que la misma gente sienta esas medidas en las autoridades, que se pueda acudir al sistema y que no se tenga más desconfianza al sistema de justicia. Eso va a amarrado a los presupuestos para la Policía Nacional Civil, Ministerio Público y para el mismo Inacif –Instituto Nacional de Ciencias Forenses-.

¿Son consideras efectivas las primeras acciones del Gobierno para contrarrestar la violencia?
No se ha visto un resultado, es muy poco tiempo para ver si este Gobierno ya logró su cometido en cuanto al tema de la seguridad. Estamos viendo día a día, uno por los medios de comunicación se entera de las muertes, de violaciones, no sabemos si eso ya paro.

¿Qué sensación transmiten los hechos de violencia en la población?
Es una gran incertidumbre, estamos hablando de la Ciudad de Guatemala, de la metrópoli, pero qué pasa en otras poblaciones, pero qué pasa en los pueblos en donde hay mucha violencia, por ejemplo Escuintla, Petén, Alta Verapaz. Para mí hay tres puntos primordiales que debe atender el Estado de Guatemala, que es la seguridad, la salud y la educación.

¿Es correcto llamar terrorismo a los últimos hechos de violencia acaecidos?
Lo que pasó en ese bus de San José Pinula sí parece una actividad de terrorismo porque se rumora que fue por el incumplimiento de pagar la extorsión durante dos, tres semanas. No lo estoy justificando para nada, se atacó a toda la gente que iba en el bus.

¿Existen las condiciones adecuadas para las personas que egresan de los centros carcelarios, para que se incorporen de nuevo a la sociedad?
No hay condiciones en las cárceles para rehabilitación, que esa es su función, sino que es un lugar en donde hay como una escuela del crimen.

¿Por qué el fortalecimiento del Sistema Penitenciario es tan importante en la lucha contra la violencia?
El sistema carcelario es muy importante porque actualmente no se ataca, no se previene, pero cuando oímos que diariamente son aprehendidas diez, quince, veinte ¿a dónde van? El Sistema Penitenciario debe ser un lugar para dar rehabilitación y reinserción a la sociedad. Hay un gran hacinamiento de cárceles, cuando debería haber menos.

“En mi carácter de defensora de derechos humanos y en vista de que la pena de muerte ha sido abolida en muchas partes del mundo y que también se menciona en la Convención Americana sobre Derechos Humanos del Mundo, no puedo manifestarme a favor de esa sanción penal”.
“El fortalecimiento debe ser a la seguridad ciudadana, al sector justicia, a las políticas de prevención del delito, de eso se sabe más que todo en papeles, pero no se entiende en la realidad para que las personas vean que hay medidas de seguridad”.
HILDA MORALES PDH

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