POR VIRGINIA CONTRERAS
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Expertos internacionales en sismología consideran que las fallas sísmicas activas demuestran que el país tarde o temprano puede verse inmerso en un terremoto de gran intensidad, por lo que consideran primordial incrementar la preparación ante una tragedia de este tipo.

En el marco de los 40 años del terremoto de 1976, sismólogos cubanos abordaron el tema señalando que varios errores persisten en el país que pudieran afectar de manera considerable al momento de que aconteciera otro suceso de tal magnitud.

En primer lugar, la falta de ordenamiento territorial en cada municipio, ya que tras el evento telúrico se ubicaron poblaciones en áreas de alto riesgo en sismicidad alrededor de los cinturones de pobreza de las diferentes ciudades más afectadas. Aunado a ello, la no existencia de una política de vivienda que contemple un adecuado contexto, lo que coloca a la población en vulnerabilidad.

Además, indicaron que Guatemala es un país multiamenazado, debido a varios factores, ubicación geográfica, las características de procesos geodinámicos, tal como los procesos de subducción que son los responsables, tanto de la actividad sísmica como la volcánica.

En tal sentido, Fernando Guash, doctor en Ciencias del Centro Nacional de Investigaciones Sismológicas de Cuba, detalló que los escenarios de peligro no solo tienen que enfocarse bajo la visión de la naturaleza, sino también a través de los procesos de antropización, en donde el hombre ha realizado deforestación.

Guash enfatizó en que la prevención ante los desastres sísmicos debe ser un proceso integral de toda la sociedad, ya que cada elemento es determinante en la capacidad de respuesta del país. Añadió que a 40 años del terremoto de 1976 se deberá dar mayor importancia a la gestión del riesgo sísmico urbano de la ciudad, pues de ignorarse, los factores generadores de vulnerabilidad y de riesgo en un terremoto futuro pueden generar un nuevo desastre.

En tanto, Víctor García de CEDESY-Usac, indicó que el incremento de la resiliencia en las naciones habla de una serie de instituciones y sectores que son responsables de este asunto, por lo que dicha responsabilidad debe tener un enfoque de Estado, una visión de país.

Ante tal situación, recientemente fue aprobado el Marco de Acción de Sendai 2015-2030, el cual hace énfasis en la urgente necesidad de una visión sistémica, multidisciplinaria y científica para prevenir, reducir y corregir las condiciones de riesgo de la población, dar una respuesta efectiva y luego del desastre reconstruir transformando las condiciones de riesgo que facilitaron el desastre.

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