POR REDACCIÓN LA HORA
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Debatir sobre discriminación no solo es necesario, sino también importante para superar los añejos problemas que afronta la sociedad guatemalteca en materia de integración, de acuerdo con analistas y expertos consultados. El tema puede resultar incómodo para algunas personas, pero es importante abrir espacios de diálogo que contribuyan a dar pasos para entender y superar este problema.

Desde el 2002 el delito de discriminación está contemplado en el artículo 202 del Código Penal, el cual establece que se entiende como tal toda distinción, exclusión, restricción o preferencia basada en motivos de género, raza, etnia, idioma, edad, religión, situación económica, enfermedad, discapacidad o cualquier otro motivo.

Sin embargo, la tipificación de ese delito con reformas en la legislación guatemalteca, que se consideró como un logro por organizaciones de derechos humanos, no se complementó con un debate social para superar los problemas de integración que persisten entre la población guatemalteca.

Guillermina Herrera, exrectora de la Universidad Rafael Landívar, académica y educadora de amplia trayectoria, señala que los guatemaltecos todavía tienen pendiente un diálogo franco y claro sobre el problema de la discriminación, que se debe dar a conocer por diferentes medios y así se propicie la construcción de una sociedad más incluyente y respetuosa de las diferencias entre los diferentes actores sociales.

Por ejemplo, Herrera escribió el libro “Viviendo el sueño de Pigmalión”, que expone historias que dan cuenta de las facetas más crueles y brutales de la discriminación en Guatemala, pero que son ignoradas por muchos guatemaltecos, debido a que el tema permanece invisibilizado.

A criterio de la experta, eludir u ocultar el problema solo contribuye a agravarlo, y por eso considera que los medios de comunicación pueden jugar un papel clave para promover un debate serio y multilateral que permita exponer que las diferencias, principalmente étnicas, no son un problema sino una fortaleza en una sociedad.

DEBATE SOBRE LA MESA

En noviembre de 2014, la columna “El indígena feo”, publicada en La Hora por Martín Banús, desató una discusión en diversos medios y redes sociales sobre el problema de la discriminación, aunque generó serias críticas contra el vespertino porque permitió la exposición de esa opinión.

Desde otra perspectiva, a mediados de diciembre pasado, Sandra Xinico Batz publicó en el Suplemento Cultural de La Hora el artículo “¿Disfrazará usted de “indito” a sus hijos éste 12 de diciembre?”, cuestionando la tradición de vestir a los niños con atuendos indígenas en el Día de la Virgen de Guadalupe.

Al respecto, el director de La Hora, Oscar Clemente Marroquín, comentó en una columna: “Hace algunos meses una columna de Martín Banús en La Hora se convirtió en objeto de repudio a través de las redes sociales porque mucha gente, sin leer inclusive el texto completo, se indignó por el título del artículo y clamaron por la cabeza del autor y, desde luego, contra La Hora por publicar “ese tipo de artículos”. Hoy las redes sociales vuelven a llenarse de indignación por un artículo que gira alrededor del mismo tema, publicado el pasado viernes en el Suplemento Cultural de La Hora, escrito por Sandra Xinico Batz, y de nuevo surgen voces que se preguntan cómo es posible publicar ese tipo de comentarios en un medio de comunicación”.

A criterio de Marroquín, el problema de fondo es que Guatemala tiene una sociedad que quiere ocultar el racismo subyacente y se ofende cuando se le obliga a pensar en ese tema.

“A Banús, descendiente de españoles se le despedazó por su visión ladina y a Xinico Batz por su visión indígena y surgen voces nada comedidas clamando contra la libertad de expresión porque les ofende que se pueda hablar de los temas que implican la visión racista que hay en nuestra sociedad”, apuntó el periodista.

Herrera señala que el tema no se debe ocultar, aunque la discusión pueda resultar incómoda o molesta para algunos sectores, y destaca la importancia de que los medios de comunicación dediquen más espacios para exponer opiniones y visiones diversas que construyan un diálogo serio.

“Si los medios masivos no abordan problemas como el de la discriminación, es poco probable que éste sea considerado un tema prioritario dentro de la agenda social”, refiere un estudio de la asociación Desarrollo, organización, servicios y estudios socioculturales (Doses).

“Si (los medios) continúan propagando estereotipos sobre grupos determinados, o ignorándolos como actores sociales y políticos, sus efectos pueden ir más encaminados a afianzar climas desfavorables para el desarrollo social”, añade el estudio.

EL TEMA INCÓMODO

Rudy Camposeco, titular de la Comisión contra la Discriminación y el Racismo (Codisra), señala que los medios de comunicación pueden generar una discusión y una crítica constructiva en torno al tema, pero eso requiere de compromiso y voluntad de los comunicadores.

“Transformar mentalidades, actitudes y comportamientos no se logra de la nada. Tiene que haber un mecanismo que propicie esa discusión, y eso se logra a través del sistema educativo y de los medios de comunicación”, señala.

Camposeco destaca la importancia de que los sectores sociales se escuchen entre sí, aunque sus visiones sobre el problema de la discriminación no sean las mismas o bien, sean opuestas. “Siempre que se hable desde el respeto, creo que podemos contribuir a hacer un cambio”, indicó.

Al respecto, el psicólogo Marco Antonio Garavito, director de la Liga de la Higiene Mental, opina que “somos una sociedad que se ha construido desde una visión y estructura y discriminatoria en el tema étnico”, y en ese sentido advierte que si bien el país reconoce su multiculturalidad, es decir la existencia de varias culturas, no reconoce la convivencia respetuosa entre las mismas.

“Este tema debemos ser muy cuidadosos al tratarlo. En la medida que nos situamos en posturas extremas, en un sentido o en otro, no nos permite ir buscando una práctica de vida intercultural, que es reconocer las diferencias de los otros y se enriquece de esa situación. Estamos muy lejos de esa situación.

“Hay que entender que para conseguir una modificación en el largo plazo, sobre todo en la actitud. Y la actitud es una de las cosas más difícil de cambiar en un ser humano; requiere mucha sostenibilidad y perseverancia en las acciones, y tener visiones de largo plazo”, indica el profesional.

A finales de noviembre de 2014, Herrera publicó en La Hora el documento “Dinámicas “perturbadoras” expresan el racismo”, en la que definió el problema del “racismo”. “El racismo es una pérdida de las posibilidades de interacción positiva y constructiva entre grupos humanos. Es una perversión de las relaciones sociales, una forma degradada y degradante de relacionarse, interactuar y comunicarse. Para combatirlo, hay que luchar contra sus manifestaciones: prejuicios y estereotipos negativos y discriminación”, escribió la letrada.

Finalmente, Herrera concluyo que para combatir la discriminación no basta con esfuerzos aislados, porque se trata de un fenómeno muy complejo.

“Han sido de mucha ayuda juicios (…). Asimismo, acciones llevadas a cabo por asociaciones voluntarias organizadas a propósito y, fundamentalmente, las medidas estatales, jurídicas entre otras, que se han establecido para combatirla. Muchas de estas medidas han resultado de presiones sociales”, puntualizó.


LUCHA CONTRA LA DISCRIMINACIÓN

El Acuerdo sobre Identidad y Derechos de los Pueblos Indígenas, aprobado en el marco de los Acuerdos de Paz, refiere que “para superar la discriminación histórica hacia los pueblos indígenas, se requiere el concurso de todos los ciudadanos en la transformación de mentalidades, actitudes y comportamientos. Dicha transformación comienza por un reconocimiento claro por todos los guatemaltecos de la realidad de la discriminación racial, así como de la imperiosa necesidad de superarla para lograr una verdadera convivencia pacífica”.

Además señala que “los medios de comunicación tienen un papel primordial en la defensa, desarrollo y transmisión de los valores y conocimientos culturales. Corresponde al Gobierno, pero también a todos los que trabajan e intervienen en el sector de la comunicación, promover el respeto y difusión de las culturas indígenas, la erradicación de cualquier forma de discriminación, y contribuir a la apropiación por todos los guatemaltecos de su patrimonio pluricultural”.

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