POR MANUEL RODRÍGUEZ
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Pese a que el Producto Interno Bruto (PIB) de Guatemala ha crecido a un ritmo moderado desde el 2006, este comportamiento ha sido insuficiente para reducir la pobreza y la pobreza extrema en el país, debido a la falta de políticas fiscales redistributivas que en lugar de distribuir los ingresos estatales con fines partidistas y asistencialistas -como se ha hecho desde hace algunos años-, permitan combatir los factores estructurales internos y externos que agudizan esta condición.

_TablaSegún datos publicados en la página web del Banco de Guatemala, la economía del país ha registrado un ritmo moderado pero constante de crecimiento en los últimos ocho años, con porcentajes del 5.4 por ciento en el 2006, 6.3% en 2007, 3.3% en 2008, 0.5% en 2009, 2.9% en 2010, 4.2% en 2011, 3% en 2012, 3.7% en 2013 y 4.2% el año pasado.

Para el 2015, la banca central prevé que el crecimiento anual promedio del Producto Interno Bruto se establezca entre 3.6 y 4.2 por ciento, impulsado por el consumo privado y un aumento en las exportaciones, las divisas por turismo y otras áreas de inversión extranjera así como en las remesas familiares enviadas desde Estados Unidos.

No obstante, la última Encuesta Nacional de Condiciones de Vida realizada por el Instituto Nacional de Estadística (INE), la del 2014 presentada ayer, reveló que en la actualidad seis de cada diez guatemaltecos es pobre, pues el porcentaje de las personas que vive en condiciones de pobreza pasó de 51.2 por ciento en el 2006 a 59.3 por ciento el año pasado (9.37 millones de los 15.9 millones de habitantes según las proyecciones).

Asimismo, el estudio determinó que un 23.4 por ciento -3.69 millones según las proyecciones de 2014- del total de la población en Guatemala vive en extrema pobreza, un aumento de 8.1 puntos porcentuales con respecto a la investigación efectuada hace ocho años.

Consultado al respecto, el ministro de Economía, Jorge Méndez Herbruger, admitió que el PIB debería de crecer a un ritmo del 7 por ciento anual durante los próximos 10 años, para que se empiece a cerrar esta brecha de desigualdad, a través de un mayor apoyo gubernamental a la productividad, empresarialidad y competitividad en las áreas rurales.

Por su parte, la Embajadora de la Unión Europea, Stella Zervoudaki, opinó que la pobreza se origina en múltiples causas, por lo que el crecimiento del mercado en sí no es suficiente, ya que debe acompañarse con políticas fiscales redistributivas, que permita un mejor desarrollo humano sostenible como sociedad.

Por último, el politólogo de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso) Luis Mack, señaló que los alarmantes niveles de pobreza se deben a que los precios de los alimentos y de la canasta básica han aumentado en los últimos años aunque no al ritmo del poder adquisitivo de los guatemaltecos, aunado a las prácticas clientelares y la corrupción de la que han sido objeto los programas sociales.

“De nada sirvieron las bolsas solidarias y seguras en los últimos ocho años, si estas no contribuyeron a la reducción de la pobreza. Es cierto que entre las soluciones debería figurar en primer plano el aseguramiento de una alimentación mínima y adecuada, especialmente para la niñez del área rural, pero para que sean múltiples y coordinadas, también debe existir voluntad política, económica y social para que los resultados sean mejores”, acotó el académico.

 

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