POR GRECIA ORTÍZ
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Pasadas las elecciones nacionales, la posibilidad de que los migrantes emitan el voto en el extranjero aún causa expectativa, según Pedro Pablo Solares, director de la Asociación Puente Norte quien, además, aboga para que se mejoren los servicios que prestan los consulados en Estados Unidos.

¿Por qué es importante el voto de los migrantes?
Para empezar, yo diría que votar es un derecho fundamental de las personas. En el caso guatemalteco ese derecho es aún más importante por la cantidad de las personas que viven en el exterior, principalmente en Estados Unidos. La proporción de personas en el exterior es alta si se compara con la población nacional, adicionalmente del aporte económico, que supera el 13 por ciento del Producto Interno Bruto nacional.

¿Existe algún tipo de estimación respecto a cuántas personas dejan de emitir su voto?
Las estimaciones oficiales y académicas, cuando se trata de guatemaltecos, en mi punto de opinión y bajo mi experiencia siempre tienen un grado de subregistro. Quiere decir que hay una gran cantidad de personas que no están siendo incluidas en los censos. Yo creo que hay un consenso actualmente de 2 millones de personas guatemaltecas en Estados Unidos. Pero por mi experiencia, estimo que el número está acercándose a los 3 millones de personas, tomando en consideración que hay población menor de 18 años. Podríamos decir que “Unos 2 millones de personas no pueden ejercer el derecho a votar por no estar habilitados.

¿Considera que existe un interés en incluir a esta población en el padrón electoral?
Yo creo que se están dando acercamientos con las propuestas de reformas a la Ley Electoral y de Partidos Políticos. Sin embargo, Guatemala todavía no ha reconocido el problema principal para ejercer el derecho al voto en el extranjero, que consiste en documentar a las personas en el extranjero. De acuerdo a los requerimientos que incorporó el Registro Nacional de las Personas, el Documento Personal de Identificación se instaló como único medio de identificación. Ahora el debate existe sobre el derecho al voto, e incluso algunas personas están hablando sobre la necesidad del empadronamiento. La realidad en Estados Unidos es que por lo menos un 40 por ciento de la gente no tiene un registro civil y únicamente una cantidad menor al 2 por ciento ha tenido acceso al DPI. Aun cuando hubiera una legislación que favoreciera el voto, solo un número muy reducido tendría los documentos necesarios para ejercer su derecho.

¿Es decir, aún hacen falta esfuerzos para registrar a los migrantes?
En Guatemala a veces hacemos las cosas al revés. La urgencia es establecer legislación para que el 100 por ciento de los guatemaltecos que residen en el extranjero puedan estar incluidos dentro del sistema del registro civil del Renap, y eso es lo principal. Y una vez esté inscrito el 100 por ciento en el registro civil, entonces hay que proceder ya a los programas.

¿Qué tipo de acciones se debería realizar cuando habla de programas para migrantes?
En este momento hubiera sido favorable que el Tribunal Supremo Electoral (TSE) y el Registro de Ciudadanos hubieran implementado programas de empadronamiento para los ciudadanos, y hacer la preparación para un eventual voto en el extranjero. Pero estamos viendo que en los programas actuales del Ministerio de Relaciones Exteriores y el Renap, para entregar el DPI en Estados Unidos, no se instaló una oficina de empadronamiento del Registro de Ciudadanos. Ahí creo yo que está quedando evidenciada la falta de voluntad política real, para poder lograr que el voto en el extranjero sea una realidad. Primero se tienen que tener las herramientas y después la discusión de cuál sería el mecanismo para lograr que una cantidad significativa de personas pueda ejercer el voto; Guatemala solo tiene 15 sedes consulares en todo Estados Unidos, es de todas las naciones del Istmo la que tiene menos consulados para sus migrantes.

¿De alguna manera la cantidad de sedes consulares afectaría que se logre el voto en el extranjero?
Son datos fundamentales. De nada sirve instalar e invertir en una elección en el extranjero si vamos a tener resultados pobres a la hora del abstencionismo y del ejercicio del voto. Ya está la experiencia de Honduras, por ejemplo, del primer ejercicio electoral en donde no votó más del cinco por ciento de la población que se esperaba. Con esos resultados hay que hacer estudios para ver de qué forma se podría aumentar la convocatoria de elecciones y no solo habilitarlo.

¿Responden a las necesidades de la población la cantidad de consulados que existen?
Persiste la falta de fortalecimiento de la red consular pues es la menor de todo el Istmo; tenemos la menor red consular, en comparación con la cantidad de habitantes. También se debe procurar el mejoramiento de los servicios, no solamente en la calidad sino también en la cantidad de productos que se pueden ofrecer; desde hace dos meses se puede tramitar el DPI en el extranjero, y únicamente en cuatro sedes temporales han atendido a más de 15 mil personas de los dos millones que hay en Estados Unidos. Entonces no hay servicios del Renap, es decir inscripciones extemporáneas, no hay modificaciones de datos, para quienes tienen problemas con su registro, no hay empadronamiento, la cantidad de servicios es muy limitada.

“Aun cuando hubiera una legislación que favoreciera el voto, solo un número muy reducido tendría los documentos necesarios para ejercer su derecho”

“Primero se tienen que tener las herramientas y después la discusión de cuál sería el mecanismo para lograr que una cantidad significativa de personas pueda ejercer el voto; Guatemala solo tiene 15 sedes consulares en todo Estados Unidos, es de todas las naciones del Istmo la que tiene menos consulados para sus migrantes”.

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