Por JIM VERTUNO
KARNES CITY / Agencia AP

Ante la ola de cruces ilegales de los últimos meses, sobre todo de menores que viajan solos y de padres que quieren traer a sus hijos a Estados Unidos, las autoridades decidieron convertir una prisión para hombres localizada 80 kilómetros (50 millas) al sur de San Antonio en un sitio apto para alojar temporalmente a familias.

El Centro Residencial del Condado de Karnes es el tercero de su tipo en el país. Hay otros dos en Nuevo México y Pensilvania y es posible que en un futuro cercano se construyan más instalaciones para albergar familias.

El centro empezaba a recibir inmigrantes detenidos el viernes. Puede alojar hasta 532 personas a un costo de 140 dólares diarios por individuo.

La administración del sitio fue entregada al GEO Group, especializado en el manejo de prisiones.

Los agentes de la Patrulla de Fronteras han detenido a más de 57.000 niños migrantes que cruzaban la frontera ilegalmente sin sus padres desde octubre.

El presidente Barack Obama dijo que hay una crisis humanitaria y advirtió a los padres de los peligros que conlleva el dejar a sus hijos en manos de coyotes para que los traigan ilegalmente al país.

En el centro de Karnes no se alojará a ningún hombre adulto. Solo recibirá familias detenidas en Texas a lo largo del valle del río Bravo. Las autoridades dicen que no saben cuántas personas llegarán el viernes ni cuánto tiempo tomará ocupar todas las camas.

Enrique Lucero, director de una oficina del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas, dijo que, si bien cada caso es distinto, se presume que las familias permanecerán en el centro un promedio de 23 días.

Las autoridades federales organizaron visitas guiadas para periodistas, funcionarios locales, funcionarios consulares y defensores de la causa de los inmigrantes que están en el país sin permiso el jueves, para mostrar el trato que recibirán los detenidos cuando crucen el portón de ingreso.

Lucero fue el único funcionario autorizado a hablar con la prensa durante las visitas.

Las personas que sean traídas al centro serán revisadas, se tomarán una ducha y podrán seleccionar la ropa que quieren usar ellas y sus hijos. Las madres pueden pedir pañales, botellas para los bebés, chupetes y frazadas.

Durante su detención tendrán acceso a dentistas, una biblioteca con libros en inglés y español, salones de juegos, atención para los menores, teléfonos a pagar, televisores de pantalla plana, acceso gratis a la internet, canchas de básquetbol bajo techo y al aire libre, equipos de pesas y una pequeña cancha de fútbol.

Muchas de esas instalaciones ya están funcionando. El centro, inaugurado en el 2012, fue construido tomando en cuenta los requisitos de grupos defensores de los derechos de los inmigrantes ilegales que se quejaban de que los menores eran encerrados en sitios con alambres de púas y debían acatar reglas muy estrictas diseñadas para prisiones que alojan a delincuentes curtidos.

Las autoridades pintaron murales con naves espaciales, peces coloridos y otros animales del zoológico «para crear un ambiente más acogedor para las familias», según Lucero.

En las recámaras, por ejemplo, hay animalitos de peluche y junto a una cuna había un ejemplar del libro para niños «Green Eggs and Ham».

Personal carcelario acostumbrado a lidiar con hombres adultos fue entrenado en el trato de menores, incluidas técnicas de resucitación de niños. La instalación firmó un contrato con una escuela de la zona para que ofrezca clases bilingües de primaria y secundaria. A los menores en edad escolar se les exigirá que asistan a clases mientras permanezcan allí, indicó Lucero.

Hasta se cambió el nombre de lo que supo ser el Centro de Detención Civil del Condado de Karnes, el cual fue rebautizado Instalación Residencial del Condado de Karnes.

A pesar de las comodidades, las autoridades afirman que el centro no debe ser considerado un destino atractivo. Es un centro de detención y nadie podrá salir hasta que no se le haya iniciado un proceso legal de asilo o deportación, indicó Lucero.

«Nuestras fronteras no están abiertas para una inmigración ilegal. Si vienes ilegalmente y no tienes cómo justificar su permanencia bajo nuestras leyes, te enviaremos de vuelta», aseguró el secretario de Seguridad Interior Jeh Johnson en un comunicado. «La apertura de ese centro adicional refleja nuestro compromiso de ofrecer instalaciones temporales para adultos con niños mientras se adelantan los procedimientos de remoción».

Los centros de detención de inmigrantes ilegales se vieron desbordados y las autoridades comenzaron a liberar a familias de inmigrantes sin permiso de residencia, con la orden de que se presentasen a los 15 días.


APRESURAN CASOS DE NIÑOS

Los tribunales de inmigración están acelerando las audiencias para las decenas de miles de niños centroamericanos capturados en la frontera de Estados Unidos ante las críticas de que el abrumado sistema permite a los inmigrantes ilegales permanecer en el país durante años a la espera de que sus casos sean escuchados.

Hay 375.000 casos pendientes en los tribunales de inmigración y muchas personas esperan meses, si no años, por una audiencia. En lugar de colocar a los menores al final de las listas de espera, los tribunales de inmigración están dando a cada niño una audiencia inicial en un plazo de tres semanas, según la Executive Office for Immigration Review (Oficina Ejecutiva para Revisión de Inmigración), conocida en inglés como EOIR.

Una vocera de los tribunales se abstuvo de comentar cuántos menores estaban recibiendo este trato ni cuáles tribunales están acelerando los procesamientos de sus casos.

Los abogados de inmigración están preocupados de que los tribunales ahora se están moviendo tan rápidamente que los niños podrían no tener suficiente tiempo para exponer sus argumentos para que se les permita permanecer en el país legalmente.

La decisión de acelerar los procesos se produjo tras la llegada en el último año de 57.000 menores que le escapaban a la violencia de El Salvador, Guatemala y Honduras. Después de ser liberados, se les inicia a los niños procesos de deportación y se les programa una audiencia ante un juez de inmigración.

Abogados de inmigración dicen que los menores podrían no recibir las notificaciones de las audiencias y ser deportados si no se presentan. Activistas que velan por los derechos de estos niños, por otro lado, afirman que no hay suficientes abogado de inmigración pro bono y que toma tiempo preparar un caso de este tipo porque primero hay que ganarse la confianza del menor.

«Cuando la vista es en tres meses, no hay problema, hay bastante tiempo para conseguir un abogado. Pero cuando es en tres semanas, simplemente no hay tiempo», sostuvo Simón Sandoval-Moshenberg, abogado del Legal Aid Justice Center de Falls Church, Virginia.

El cambio comenzó en Los Ángeles esta semana y también se está aplicando en otros tribunales de inmigración.

La jueza A. Ashley Tabaddor revisó al miércoles la lista de 22 menores que debían presentarse en su tribunal. Casi la mitad estaban allí, algunos con colitas y pantalones cortos, acompañados por sus padres u otros familiares. Les dijo que regresasen en septiembre con un abogado. Otros se mudaron a distintos sectores del país y sus casos fueron transferidos.

Cuatro no se presentaron, pero Tabaddor no les inició el proceso de deportación porque se les había enviado la citación apenas cinco días atrás.

La jueza de inmigración Dana Leigh Marks, quien encabeza la asociación de jueces de inmigración, dijo que es vital dar suficiente tiempo para que se preparen los casos.

«No sirve de nada moverse tan rápido que se da pie para que cuestionen los procedimientos», comentó. «Al final de cuentas el proceso se demora más todavía y genera apelaciones más prolongadas. Nadie queda satisfecho».

En un tribunal de Los Ángeles, Elmer Sandoval, de 16 años, dijo que le preocupaba lo que pudiera pasar en la vista pero no tanto como le asustaba estar en El Salvador, donde pandilleros amenazaron con matarlo si no se unía a sus filas. Su hermano mayor se fue del país hace 14 años por la misma razón y le envió 7.000 dólares para que viniese al país. Llegó en mayo.

El hermano, Jorge Sandoval, de 34 años, declaró que el muchacho acatará las instrucciones del tribunal y se presentará a la audiencia, sin importar si le da mucho o poco tiempo para prepararse.

«Sea lo que sea que le digan, tiene que hacerlo», expresó el hermano mayor.

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