Gerardo Alexander Paniagua, alías El Gallero, espera conocer si es ligado a proceso por el asesinato de la abogada Sindy Paz Morales. Foto La Hora: Fabricio Alonzo
Gerardo Alexander Paniagua, alías El Gallero, espera conocer si es ligado a proceso por el asesinato de la abogada Sindy Paz Morales. Foto La Hora: Fabricio Alonzo

El Juzgado de Mayor riesgo D, inició la audiencia de primera declaración en contra de Gerardo Alexander Paniagua, alias el Gallero, a quien se le señala de ser
la persona que coordinó al grupo de sicarios que dio muerte a la abogada Sindy Jeannete Paz Morales, hija del exgobernador de Zacapa, César Augusto Paz, el 8 de mayo de 2017, frente a las instalaciones de la Universidad Mariano Gálvez en la zona 2.

De acuerdo con el Ministerio Público (MP), Paniagua había sido contactado por Jorge Armando Casasola Flores, a quien el hoy sindicado le ofreció sus servicios para coordinar a las personas necesarias para cometer un asesinato si este así lo requería.

En la imputación de hechos, la fiscalía señaló que «El Gallero» habría cobrado la Q15 mil a cambio de coordinar y ejecutar el asesinato de Paz Morales, realizando para ello dos cobros y recibiendo dinero de parte de Casasola, quien también ahora es exesposo de Blanda Edelmira Saravia Recinos, prima de la víctima y quien también es procesada dentro del caso.

CONTACTO

Según el MP, Paniagua coordinaba a un grupo de sicarios de los cuales se jactaba de realizar «buenos trabajos», situación por la cual días previos al asesinato, este se puso a servicio de Casasola, asegurando que «si necesitaba matar a alguien él tenía gente seria que podían hacer el trabajo», relató el fiscal.

Dos días antes de la muerte de Paz Morales, Casasola ya consensuando las acciones con su esposa, Saravia Recinos, contactaron al Gallero, para que dieran seguimiento y muerte a Paz Morales, para lo que Paniagua solicitó un pago de Q20 mil porque argumentó que tenían que pagarle a la gente que ayudaría a ejecutar el asesinato, pero Casasola afirmó no tener esa cantidad, por lo que solo podría pagarle Q15 mil.

Después de discutir el precio de la muerte de Paz, finalmente el Gallero aceptó la cantidad ofrecida por Casasola, por lo que solicitó un primer pago de Q7 mil 500 para así captar a los sicarios que se encargarían. Posteriormente, el 8 de mayo, en horas de la mañana, Casasola y Paniagua vuelven a reunirse en un restaurante de comida rápida ubicado en la zona 13, cerca de las instalaciones de la Fuerza Aérea Guatemalteca, para entregar el último pago de otros Q7 mil 500 y completar el mismo.

Una vez recibido el dinero, pidió instrucciones a Casasola sobre como ubicar a la víctima y tras recibir los datos, dio la orden de seguimiento.

EL ASESINATO

El MP relató que una vez dada la orden de seguimiento, otros dos implicados en el caso, ubicaron el vehículo de Paz Morales y le dieron alcance en las cercanías del estadio Doroteo Guamuch Flores, en horas de la tarde, siguiéndolo hasta inmediaciones de la finca el Zapote.

Simultáneamente, una persona afín a Casasola y a Saravia también los seguía, pues debía informar que el «trabajo» estaba hecho.

Pasadas las 5 de la tarde, se estableció que Paz Morales se dirigía a su residencia en la zona 2. Una vez esta llegó al frente de la Universidad Mariano Gálvez, los sicarios que se conducían en motocicleta, comenzaron a coordinarse, hasta que en el carril auxiliar para girar y así esta poder llegar a la residencial donde se ubicaba su domicilio, uno de los sicarios dio la señal, y otra motocicleta se acercó y disparó a la camioneta color blanco donde se transportaba Paz.

Una vez dispararon, los sicarios se dieron a la fuga, la muerte de la abogada, que en ese instante trabajaba como asesora en el Instituto de Fomento Municipal (Infom) fue inmediata.

En la escena del crimen, encontraron las pertenecías de la abogada, entre las cuales se encontraba su bolsa personal, donde encontraron diversos cheques firmados por Blanca Edelmira Saravia Recinos.

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AGREGÓ DROGA AL PAGO

Tras ejecutado el asesinato, el contacto de Casasola y Saravia se reunió con ellos para informar que Paz Morales estaba muerta y así confirmar que «se cumplió con el trabajo», indicó el fiscal.

Al recibir la información, se hace constar, según el intermediario que funge como testigo dentro del caso, Saravia indicó que había cosas que «su prima» tenía.
«Esa hija de la gran p… de mi prima me estaba reteniendo unos cheques y una firma, pero igual no te preocupes porque ahorita vamos a ir a su funeral» manifestó el fiscal.

El MP indicó en su imputación que Saravia ordenó al intermediario desaparecer el teléfono y quebrar el chip para que de esta manera no quedara evidencia las coordinaciones entre ambos, por lo que junto con Casasola le pagaron Q4 mil por haber hecho su trabajo de seguimiento.

No conforme con esto, Saravia le dio una última orden, que premiara al Gallero por haber matado su prima. «Blanca Saravia le dijo: mira, anda a premiar al gallero con una libra de la mejor marihuana que conseguís y le dijo que estaba bien, que eso costaba Q2 mil, ella le contestó que estaba bueno y saco de la mariconera Q2 mil y se los dio», explicó el fiscal.

Según las declaraciones de testigos que recopiló el MP, Saravia Recinos, había creado envidia en contra de Paz Morales, porque esta estaba empezando a generar más dinero y tenía mejores tratos hacia otras personas con las que compartían en común, por lo que no descartan que este podría ser uno de los motivos que llevó a ordenar el asesinato de la abogada.

EXCANDIDATA INVESTIGADA POR ASESINATO

Blanca Edelmira Saravia Recinos recientemente fue conocida por su actividad política, pues para el pasado proceso electoral formaba parte del partido VALOR.

Según consta en la organización del grupo, Saravia Recinos se constituyó como la fiscal departamental de la agrupación en Jutiapa, en donde también ocupó la casilla dos del listado de candidatos a diputados distritales al Congreso de la República.

En dicho lugar, VALOR obtuvo el 5.3 por ciento de los votos, por lo cual la ahora procesada no logró una curul en la décima legislatura.

Actualmente, está ligada a proceso penal por el delito de asesinato guardando prisión preventiva; sin embargo, tras alegar problemas de salud, Saravia permaneció recluida en un centro asistencial de la zona 2, mismo que donde se internó el empresario Gustavo Alejos, pasando más de un mes en el lugar.

Al no recibir los informes de su estado de salud, la entonces juez del caso, Silvia De León, ordenó que esta fuera trasladada inmediatamente al preventivo para mujeres Santa Teresa en la zona 18, pues su estado no ameritaba continuar en el hospital. Días después, la juzgadora recibió comunicación del Sistema Penitenciario, donde se le informó que por cuestiones de seguridad, Saravia había sido trasladada a la cárcel de la base militar Mariscal Zavala.

A la fecha, aún espera conocer si debe o no enfrentar juicio por este caso. Junto a ella, también espera conocer si debe enfrentar juicio su ahora exesposo, Jorge Armando Casasola y otros dos implicados, David Humberto Arévalo Roldán y Germán Giovanni Saravia Amaya, quienes se les acusa de haber hecho el seguimiento a Paz Morales.

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CAMBIO DE JUZGADO

Derivado de una recusación que interpuso la defensa de Saravia, la Sala Primera de Apelaciones de Mayor Riesgo, presidida en ese entonces por el ahora magistrado de la Corte Suprema de Justicia, Luis Corado, se autorizó que el caso saliera del Juzgado de Mayor Riesgo C y pasara a manos del Juzgado de Mayor Riesgo D, a cargo de la juez Abelina Cruz.

Se espera que en una próxima audiencia, la juzgadora resuelva la situación legal de Paniagua y determine si este debe o no quedar ligado a proceso.

Sergio Osegueda
Periodista con experiencia de 16 años. Apasionado por las tradiciones de nuestro país.
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