Más de un año ha pasado desde que el Gobierno firmó un contrato de Q8.6 millones para la instalación de gradas eléctricas nuevas y elevadores en el Aeropuerto Internacional La Aurora (AILA), proceso que se atrasó debido a que las dimensiones del equipo no eran las requeridas en las bases de licitación.
El incumplimiento de esta parte del contrato dio lugar al retraso, razón por la cual la ex ministra de Comunicaciones, Infraestructura y Vivienda (CIV), Jazmín de la Vega, en febrero pasado, diera por terminado el contrato, ordenó la ejecución de la fianza y denunció a las anteriores autoridades en el Ministerio Público (MP).
La compañía a cargo de la instalación, Tecnologías Smart Home, S. A., apeló a una de las cláusulas del contrato para que este no fuera cancelado a lo cual el CIV, ahora a cargo del ministro Félix Alvarado, accedió. Los acuerdos conciliatorios establecieron como nueva fecha límite para instalar las gradas el 31 de octubre próximo.
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Qué triste soledad
¿Pero cómo avanzan los trabajos luego de la polémica, a primera vista, solucionada?
De momento, los pasajeros todavía tienen inconvenientes para subir o bajar de piso en el Aeropuerto; sin embargo, las autoridades consideran que la instalación de los equipos marcha «según lo acordado».
«Este tema aún sigue en proceso, según lo acordado en la etapa de resolución de conflictos en vía directa. La fecha -límite para la instalación de los equipos- sigue siendo el 31 de octubre», respondió a La Hora, Azucena Zelaya, actual titular interina de la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC).
La oficina de Comunicación de la DGAC añadió que el acuerdo alcanzado establece tres etapas cada una de las cuales debe pasar por un proceso de verificación para «lograr la funcionalidad, movilidad y seguridad» de los usuarios de las instalaciones y cumplir con los estándares internacionales.
La primera consistió en el retiro del equipo que no reunía las condiciones para ser instaladas y que permanecieron en la terminal aérea varios meses, así como la verificación de los nuevos, junto con los materiales y diseño. También se verificó el plan «integral» para la instalación, así como para la reparación de los daños.
Una segunda fase tiene que ver propiamente con la ejecución de los trabajos, así como con el ingreso y capacitación del personal que laborará en las instalaciones, sobre las normas de conducta aeroportuarias. De igual forma en esta etapa se incluyen las fechas de inicio y de pruebas de funcionamiento de las gradas y elevadores y se establecen las medidas de seguridad de los trabajos de instalación.
Finalmente, una tercera fase establecida en los acuerdos hace referencia ya al momento cuando los equipos instalados ya estén en funcionamiento, puesto que habla de la obligación de que existan repuestos, y de darle mantenimiento preventivo y correctivo, así como de la existencia de fianzas de funcionamiento y garantías de la fabricación.
QUÉ DICE LA EMPRESA
Por su lado, la compañía contratista coincide con que los trabajos avanzan satisfactoriamente. «Sí. Vamos en tiempo», refirió Javier Estrada, gerente general de Tecnologías Smart Home.
«Ya pasamos a la etapa tres y final que es la última en donde instalamos los equipos. Vamos al 100% en lo pedido por DGAC», añadió.
La polémica dio lugar a que el MP efectuara diligencias en la sede del AILA en febrero pasado. No obstante, la oficina de Comunicación de la Fiscalía no respondió si se inició alguna investigación y si hay algún avance en ese sentido.
POLÉMICA
A inicios de año, se originó una controversia en torno a la instalación de gradas eléctricas en el Aeropuerto Internacional La Aurora, debido a que diversos medios publicaron que dichos equipos habían sido importados desde China y no eran de las medidas adecuadas. Puntualmente, vinieron 20 centímetros más angostas que lo especificado en las bases de licitación.
El contrato, que fue firmado el 4 de julio del año pasado, especificaba que la instalación debía estar lista a más tardar el 30 de noviembre, pero antes de que la compañía arreglara el problema estalló la polémica, con la publicación, en Guatecompras, de un acta por medio de la cual la Comisión Liquidadora del evento se negó a darlo por concluido.
Dicha comisión había constatado que, al hacer las inspecciones físicas, había varias irregularidades, entre estas, que los equipos no estaban instalados, y que el ancho de las gradas no era el solicitado por la DGAC.
La Hora publicó una nota el 12 de febrero de este año en la que da a conocer que Tecnologías Smart Home no tenía ninguna experiencia en la colocación de gradas eléctricas y que, a pesar de eso, se le adjudicó el contrato.