La propuesta del diputado Álvaro Arzú Escobar era incluir un punto resolutivo para rechazar las elecciones en Nicaragua. Foto: Congreso

Las acciones del presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, reelecto al cargo en las cuestionadas elecciones presidenciales celebradas el pasado domingo con un alto índice de abstención, sin oposición real y en medio del rechazo internacional, no fueron suficiente argumento para la mayoría de diputados del Congreso de Guatemala que votaron en contra rechazar ese proceso electoral.

Con apenas 29 votos a favor, 76 en contra, la mayoría del bloque oficialista y 55 ausentes quedó improbada la inclusión del punto resolutivo que pretendía modificar el orden del día, según propuesta del diputado Álvaro Arzú, acerca de incluir un punto resolutivo para rechazar las elecciones en Nicaragua.

La iniciativa fue secundada por el legislador Samuel Pérez, de la bancada Semilla, quien aseguró que en el proceso electoral en Nicaragua se registraron «atrocidades” y fue “una farsa electoral. Además, instó “al presidente Alejandro Giammattei a no reconocerlo”.

También el diputado Cristian Álvarez, del bloque CREO, exhortó a sus colegas a verse reflejados en lo que pasa en Nicaragua e hizo mención a que «no se debe estropear a la prensa, la oposición y líderes comunitarios».

Al clamor se unió el legislador Carlos Barreda, quien pidió dar un mensaje contundente «para garantizar un sistema de pesos y contrapesos, con independencia de poderes».

Además, el diputado Orlando Blanco, de la UNE, recriminó sobre por qué el presidente Giammattei y su gobierno no condenó los hechos previos a la jornada electoral en Nicaragua. «Eso el Canciller debería venir a exponer en este pleno», expresó.

 

 

RECHAZO INTERNACIONAL

En esta imagen de archivo, el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, habla a sus seguidores junto a su esposa y vicepresidenta Rosario Murillo, en Managua, Nicaragua. Foto La Hora/AP/Alfredo Zúñiga.

El binomio conformado por Ortega y su esposa Rosario Murillo, también reelecta en la vicepresidencia no ha logrado el reconocimiento de la mayoría de la comunidad internacional, como tampoco de la Unión Europea ni de Estados Unidos, país que anunció la aprobación de una ley que permitiría imponer más sanciones al gobierno nicaragüense.

Luego de coordinar una Junta de Gobierno de 1979 a 1985, después del triunfo de la revolución sandinista, y presidir por primera vez Nicaragua de 1985 a 1990, Ortega, retornó al poder en 2007 y ahora se encamina hacia su quinto mandato tras ser reelegido con el 75.92 % de los votos en los comicios del pasado domingo, según datos preliminares.

 

 

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