POR MARIELA CASTAÑÓN
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Tras la publicación del reportaje “La niña que murió sola, en medio de la pandemia y en un hogar de la SBSP”, el psiquiatra Alejandro Paiz Macz, quien fue mencionado en esta publicación y de quien también se informó que fue removido del cargo, se comunicó con La Hora para explicar la atención que le brindó a la niña fallecida; detalló que fue cesado de sus funciones sin justificación. Agregó que es urgente contratar a más personal especializado en las residencias de protección y agilizar los procesos para adquirir los medicamentos para la niñez que los necesita.
Paiz Macz, explicó que durante un año y medio -de enero 2019 a finales de julio de 2020- atendió las ocho residencias de protección especial a cargo de la Secretaría de Bienestar Social de la Presidencia (SBSP) y a un promedio de 100 niños, niñas y adolescentes (NNA), que necesitan atención psiquiátrica.
“Yo atendí durante un año y medio las ocho residencias de la Dirección de Protección Especial, que son cuatro de hombres y cuatro de mujeres, durante el tiempo que estuve hubo un solo psiquiatra para todas las residencias, que era yo. Durante el tiempo que estuve hubo un solo médico para todas las residencias, luego llegó otro. Eran dos médicos para ocho residencias que están regadas en la ciudad. Mientras trabajé en la Secretaría se hizo lo que se pudo, con nada”, indicó Paiz Macz.
En el caso de *Anita, la niña del caso expuesto en el reportaje, indicó que empezó a tratarla el 26 de febrero de este año, cuando fue cambiada de hogar -de un lugar que atendía niñez con discapacidad leve y moderada a una residencia para niñas que sufrieron maltrato-. A su criterio no era conveniente llevarla a este hogar, porque tenía una discapacidad cognitiva moderada; era difícil tratarla para las educadoras.
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“A ella no la lograban identificar como tal, por eso tomaron esa decisión -de trasladarla de residencia-. Ella había sido evaluada por neurólogos, por pediatras, psicólogos, se había escrito en el pasado que ella había sufrido lo que yo también ratifiqué, secuelas del síndrome alcohólico fetal. Lo que ella tenía en realidad era trastorno neuro conductual asociado a la exposición prenatal de alcohol, cuando la conocí ya tenía -prescito- medicamento que se llama risperdona, que es un antipsicótico que usamos mucho en niños con problemas con conducta. Ella tomaba risperdona desde hace mucho antes de que yo la conociera”, indicó el psiquiatra.
De acuerdo con el profesional, la menor de edad se agredía a ella misma y a sus compañeras, sin embargo, reitera que la residencia no era la mejor para ella.
El psiquiatra atendió a la niña en marzo, abril y el último día fue el 2 de junio. Agregó que por la pandemia del coronavirus se había tratado de evitar de mantener la actividad presencial, para impedir la propagación del virus.
“A ella la estuve viendo seguido por sus conductas conflictivas, pero no voluntarias. La vi en marzo, abril, pedí que la vigilaran por agitación e informaran de inmediato. Todavía la vi el 4 de junio; los reportes telefónicos me decían que seguía sin ningún cambio. Al final no sé si se le dio o no, -risperdona-, porque a veces hay pacientes suicidas que se pide el medicamento y lo llevan a los 30 días”, dijo.
Agregó: “Luego la sorpresa, a los 20 días, que se había muerto la nena”, detalló.
Paiz Macz indicó que el día de la muerte de Anita, 29 de junio, fue notificado aproximadamente una hora después de lo ocurrido.
“A mi me llamaron hasta en el momento que había muerto. Yo no soy especialista en la resolución de crisis. En la primera línea de resolución de crisis está el médico general de esa residencia, sí el médico general no resuelve me llama y resolvemos, como este caso no era psiquiátrico como tal, sino neurológico, pero no tienen neurólogo, yo estaba dando atención al caso, lo que me dijo la administradora del hogar, que fue como -una hora después- que había fallecido”, refirió.
PAIZ MACZ: NADIE SE ACERCÓ A DECIRME QUE HICE DE MALO
De acuerdo con el entrevistado en relación con la remoción del cargo de psiquiatra de las casas de atención especial, no hubo justificación, ya que nadie se acercó a decirle que hizo mal; cree que esta decisión se debió a la molestia de las autoridades porque no firmó unas recetas que le pidieron para adquirir medicamentos.
“Nadie se acercó a decirme hiciste esto malo, no podemos tolerar esto, hay una falta grave. O, es la tercera vez que se te avisa -llamada de atención-. Un día antes -de ser despedido- me dijeron que bonito su proyecto de video terapia -que había presentado-, lo felicitamos doctor. Ese mismo día les dije les recuerdo que no voy a firmar las recetas que me están pidiendo porque es un delito, al otro día me despidieron”, explicó.
El psiquiatra refirió que no era la primera vez que le pedían que firmara recetas para adquirir medicamentos, en las primeras ocasiones lo hizo, porque no había más psiquiatras o especialistas y porque atendió a algunas niñas, sin embargo, cuando esto empezó a volverse costumbre, se negó.
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“No hay psiquiatra en ninguna subdirección y dirección de la Secretaría de Bienestar Social, por lo menos desde hace dos años, yo era el único. En una residencia que está en la zona 6, una colega que conozco y le tengo mucho cariño, ella le dejó tratamiento a -las adolescentes-, pero ya no pudieron seguirlas llevando porque era costo alto, entonces me pidieron favor a mí -de atender- a un par, luego me pidieron que hiciera favor de hacer las recetas, como ya las conocía hice las recetas. Luego en otra -casa- de la zona 13, ya tenían varios meses sin psiquiatra. La primera vez que me pidieron favor, lo encontré lógico porque no tenían psiquiatra, como conocía a la psiquiatra no me costó mucho”, detalló.
Por su parte, Carlos Gómez, subsecretario de Protección y Acogimiento de la SBSP, dijo a La Hora en la publicación anterior, que la razón por la que fue removido Paiz Macz fue porque no tenía la entrega como profesional.
“Nosotros ya teníamos referencias de esta persona, estuvimos investigando y evaluando. Teníamos el problema de que nos quedábamos sin psiquiatra o lo manteníamos, porque el proceso de contratación es un poco lento. Afortunadamente tomamos la decisión de destituirlo, porque no era la persona que tenía esa entrega como profesional y se consideró esa decisión como la más adecuada. Hoy (31 de julio) nos están entregando la nota que nos aprobaron al siguiente psiquiatra”, refirió el pasado viernes.
URGENCIA DE PERSONAL Y MEDICAMENTOS
Paiz Macz, concluyó en la necesidad y urgencia de que la Secretaría de Bienestar Social de la Presidencia, contrate más médicos, enfermeras y psiquiatras, pues no es posible atender a la niñez con tan poco personal.
Agregó que únicamente hay un médico de planta, asimismo refirió que no es oportuno dejar una residencia al cuidado de educadoras, pues hay niños y niñas que necesitan que se les suministre medicamentos y aunque dejan las instrucciones por escrito, es necesario contar con el personal especializado. También destacó que la sobrepoblación rebasa la capacidad de las residencias, que llegan a albergar hasta 30 o 40 menores de edad, cuando ni siquiera la mitad puede estar cómoda en una vivienda de este tipo.
Por otro lado, explicó que es importante adquirir los medicamentos de la niñez de forma rápida, pues en ocasiones se pueden tardar hasta uno o dos meses. Hay menores de edades con conductas suicidas que requieren de sus medicamentos para modular su conducta, sin embargo, estos no siempre llegan a tiempo, lo cual atribuye a la burocracia del sistema.
¿QUIÉN DIRIGE LA SECRETARÍA DE BIENESTAR SOCIAL?
Actualmente la Secretaría de Bienestar Social de la Presidencia está a cargo de Francisco Molina, quien fungió como subsecretario de Reinserción y Resocialización de Adolescentes en Conflicto con la Ley Penal, en la administración del expresidente Jimmy Morales.
Molina asumió en septiembre de 2017 y con la llegada del presidente Alejandro Giammattei ascendió a titular de la Secretaría de Bienestar Social de la Presidencia.