POR MARIELA CASTAÑÓN
mcastanon@lahora.com.gt

El temor, la incertidumbre y la falta de información prevalecen en familiares de privados de libertad del el Centro de Detención Preventiva para Hombres de la zona 18 y de la cárcel de mujeres Santa Terea, ante la emergencia del coronavirus, pues no han logrado ver a sus parientes, sino que únicamente hablar escuetamente vía telefónica. Mientras que los negocios ilícitos continúan proliferando.

Son las 08:47 de la mañana y decenas de personas, principalmente mujeres, hacen fila para ingresar la encomienda al Centro de Detención Preventiva para Hombres de la zona 18 y a la cárcel de mujeres Santa Teresa, ambas ubicadas en la zona 18.

La preocupación prevalece en los familiares de las y los privados de libertad, a quienes no ven desde hace 3 meses, luego que se suspendieran las visitas por parte de la Dirección General del Sistema Penitenciario (DGSP) para evitar contagios de coronavirus; únicamente se comunican vía telefónica cuando los privados de libertad tienen algo de dinero para hacerlo.

“Mi hijo cuando puede me llama, la tarjeta allá adentro vale Q20 y solo tiene unos minutos para hablar. No podemos hablar mucho, aunque él diga que está bien, a uno de madre le queda duda”, dice la mamá de un joven privado de libertad en el Preventivo de la zona 18.

Las encomiendas son identificadas para que puedan ser entregadas a los privados de libertad. Foto: José Orozco/LH

De acuerdo con esta persona y otra madre de familia entrevistadas, sus hijos están en prisión preventiva por delitos menores. Una de ellas relató que su hijo está detenido por un conflicto con un agente de la Policía Nacional Civil (PNC) y aunque su caso tiene medida sustitutiva y han pedido las diligencias respectivas, en este momento el Organismo Judicial (OJ) no ha atendido integralmente y por tanto, la situación se ha atrasado.

Otra familiar de una mujer detenida dice, “ya tenemos meses de que no la miramos, solo les podemos entregar la encomienda e irnos rápido. Realmente no sabemos sí está bien, o si podría estar enferma, ella u otras privadas de libertad”.

La hermana de un privado de libertad expresa que han escuchado en las noticias de algunos casos de coronavirus dentro del Preventivo de la zona 18 y la mayor preocupación es que sus familiares puedan enfermarse, o peor aún fallecer, y que el Sistema Penitenciario no les informe nada.

“Como no lo hemos visto, no sabemos cómo está. Hemos escuchado en las noticias que hay unos casos de coronavirus adentro. Él –su hermano- se comunicó con nosotros el martes para pedirnos algunas cosas, pero hablamos poco. Da miedo pensar que se enferme o peor que pueda morir y nadie nos avise nada”, reitera.

Los alimentos que ingresan deben llegar en bolsas de plástico transparente e identificado para evitar confusiones o pérdidas. Foto: José Orozco/LH

Las personas dijeron que hay días específicos para la entrega de encomienda según cada sector. Los alimentos que ingresan deben llegar en bolsas de plástico transparente e identificado para evitar confusiones o pérdidas.

Mientras tanto, el director del Sistema Penitenciario, Luis Rodolfo Escobar, dijo en una citación con diputados de la organización política Semilla, que de 70 hisopados realizados el sábado, 69 dieron positivo y uno negativo, agregó que por seguridad no daría el nombre de la cárcel donde surgieron los casos.

GUARDIAS COMPRAN SUS MASCARILLAS Y NO HAY INDUMENTARIA ESPECIAL SUFICIENTE

En la visita realizada al Preventivo de la zona 18 y Santa Teresa, también se observaron a varios guaridas comprando mascarillas, las cuales adquieren por precios entre Q10 y Q20.

“Las quirúrgicas valen Q10 y las que tienen máscara valen Q20. A nosotros nos dieron una mascarilla de tela en marzo y otra que parecía de papel después. No volvieron a darnos otras, creo que no alcanzan para todos”, explicó un guardia del Sistema Penitenciario al ser consultado.

Las personas dijeron que hay días específicos para la entrega de encomienda según cada sector. Foto: José Orozco/La Hora

Los policías penitenciarios también indicaron que deben acompañar en el traslado de privados de libertad a hospitales, pero no tienen suficiente indumentaria especial.

“Para la cárcel de Santa Teresa solo hay cuatro uniformes blancos, no alcanzan. Cuando un compañero regresa del Hospital debe lavar ese uniforme y a veces se juntan los traslados. Imagínese si los cuatro compañeros llevan esos trajes y si hay que trasladar a otras privadas –de libertad- así nos vamos”, explica uno de los guardias.

De acuerdo con los entrevistados, han tenido que comprar sus propias mascarillas a partir de abril, han gastado alrededor de Q300 para tratar de estar “seguros” y evitar enfermarse de coronavirus.

“La situación es difícil porque apenas nos alcanza para los pasajes, la comida, los gastos de la casa y ahora también tenemos que comprar nuestras mascarillas”, revelaron.

De momento, la guardia penitenciaria trabaja 20 días seguidos y descansa otros 20, informaron.

NUEVOS NEGOCIOS ILÍCITOS PROLIFERAN

En las cárceles del país los negocios ilícitos continúan proliferando, pues debido a la pandemia “los talacheros”, como se les conoce a quienes ejercen poder dentro de los sectores del Preventivo de la zona 18, cobran Q20 para entregar la encomienda en los sectores.

La preocupación prevalece en los familiares de las y los privados de libertad, a quienes no ven desde hace 3 meses. Foto: José Orozco/LH

Las encomiendas son dejadas en un punto específico del Preventivo, donde son recogidas por los “talacheros” y en teoría entregadas a los otros privados de libertad. Además, según las denuncias recopiladas, cobran el 10 por ciento de la entrega de dinero, por ejemplo si un familiar quiere entregar Q100 a un presidiario, debe pagarle Q10 al “talachero”.

A este negocio se suman otros ya conocidos y denunciados públicamente como el pago de la talacha o permitirle a un privado de libertad dormir en una plancha de cemento, que tiene un costo de Q10 mil; si el recluso no puede pagar esos Q10 mil está condenado dormir en el suelo por el tiempo que permanezca en la prisión.

SIN RESPUESTA

La Hora intentó obtener una postura del director del Sistema Penitenciario, Luis Rodolfo Escobar, pero al cierre de esta nota no fue posible obtener respuesta.

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