Salud realizó 40 hisopados a privados de libertad y personal del hospitalito del Centro de Detención Preventiva para Hombres de la zona 18. Foto: La Hora/Archivo

POR MARIELA CASTAÑÓN
mcastanon@lahora.com.gt

Las condiciones adversas de reclusión para más de 25 mil personas privadas de libertad, en las 21 cárceles guatemaltecas constituyen un foco de riesgo ante la pandemia del coronavirus COVID-19, debido a que, en un espacio carcelario, que debería estar destinado para una persona, puede haber hasta cuatro; además continúan los traslados y el personal penitenciario entra y sale de las prisiones constantemente, aunado a la escasez de agua y medidas de higiene, según un análisis del Centro de Investigaciones Económicas Nacionales (CIEN).

Corinne Dedik, investigadora de esa institución, explicó que las enfermedades infeccionas siempre son un reto para el Sistema Penitenciario (SP), tomando en cuenta lo que actualmente padecen algunos reos, como influenza, tuberculosis, paperas y enfermedades de la piel; en las cárceles se han originado brotes de estas enfermedades.

“Las enfermedades infeccionas son un reto permanente para el SP, pero ahora en el caso del coronavirus, es un reto particularmente complejo porque hay una pandemia a nivel mundial. Hay mucha gente infectada, lo que se conoce es que el virus es altamente contagioso, esto constituye un reto adicional para el SP y de hecho es importante que el SP tome las medidas adecuadas para evitar que el virus entre a alguna de las cárceles porque el tema de mantener la salud de la población privada de libertad, es importante, porque si se descontrola en la cárcel, después puede llegar a saturar las instituciones de salud pública en poco tiempo”, explicó la entrevistada.

De acuerdo con Dedik, las cárceles son lugares cerrados y no cuentan con sistemas de ventilación porque su infraestructura es antigua, además hay una tasa de ocupación carcelaria del 370%.

“Eso significa que hay 4 personas por un espacio carcelario, ese gran hacinamiento y sobrepoblación hace más vulnerable a la población reclusa”, reiteró la investigadora.

La profesional agregó que las recomendaciones en estos casos, son que las personas deben mantener distancia de 1.5 a 2 metros, pero esto no es posible en las prisiones hacinadas.

El otro tema, es que en los centros carcelarios, se atienden situaciones médicas básicas; únicamente hay 1 médico por 1 mil 200 privados de libertad, lo cual generaría otra problemática en caso se registrara un brote de coronavirus.

Corinne Dedik, investigadora de CIEN. Foto: La Hora/Archivo

Los datos analizados por el CIEN indican que hay un 3% de personas detenidas mayores de 60 años, que deberían ser resguardados. El otro tema son las personas que tienen enfermedades crónicas o terminales.

TRASLADOS Y PERSONAL PENITENCIARIO

Corinne Dedik explicó que otro factor de riesgo son los traslados para las audiencias a la Torres de Tribunales, porque los privados de libertad están expuestos a un contagio.

Hace algunos días el SP emitió un comunicado por este tema y refirió que “por instrucciones del director general Jorge Flores, con estrictas medidas de seguridad y los debidos protocolos sanitarios -continuaban- los traslados de los privados de libertad a los diferentes juzgados para realizas las respectivas diligencias judiciales”.

En otro tema, la entrevistada dijo que desde hace aproximadamente dos semanas el SP ha prohibido las visitas a las prisiones, pero se necesita mantener buena comunicación con la población reclusa para que no malinterprete estas disposiciones como castigo; de esa manera se podrá evitar resistencia o un motín.

Asimismo, indicó que es importante mantener el control sobre las personas de primer ingreso a las prisiones.

En tanto la investigadora dijo que el SP debe brindar el apoyo al personal penitenciario para que cuenten con los insumos de higiene y protección. Agregó que se debe hacer una planificación para entregar los insumos a tiempo, por un periodo prolongado porque se ha visto que en otros países que la manera de contagio surge a través del personal penitenciario que se mantienen entre el ambiente carcelario y afuera del mismo.

Según analista otro factor de riesgo son los traslados para las audiencias a la Torres de Tribunales, porque los privados de libertad están expuestos a un contagio. Foto: La Hora/José Orozco

“Deben tomar las medidas de precaución para que el personal no se infecte adentro, pero que tampoco se vuelva una fuente de infección para los privados de libertad, porque salen de turno cada siete días, no se sabe a qué están expuestos. Hay que tener cuidado”, reiteró.

En tanto, recomendó que la institución pueda proporcionar jabón y papel a los privados de libertad. En este caso, Dedik también destacó la insuficiencia de agua en algunas prisiones.

¿QUÉ DICE EL SP?

Carlos Morales, vocero del SP, indicó que algunas medidas implementadas es la cancelación de las visitas, además los guardias han estado usando mascarillas, mientras que los privados de libertad deben desinfectar sus espacios de reclusión con cloro.
Además, cuentan con jabón líquido y “por el momento no tienen ningún caso”, explicó Morales.

PDH PRESENTA AMPARO

El pasado sábado, el Procurador de los Derechos Humanos (PDH), Jordán Rodas, presentó una acción de amparo ante la Corte Suprema de Justicia (CSJ), para que el Ministerio de Gobernación, el Ministerio de Salud y la Dirección General del Sistema Penitenciario (DGSP), implementen los protocolos ante la pandemia del COVID-19 en los centros de detención preventiva y de cumplimiento de condena.

MEDIDAS

Por otro lado, el Subcomité de las Naciones Unidas para la Prevención de la Tortura (SPT, por sus siglas en inglés) emitió recomendaciones que pueden considerar los gobiernos y órganos de monitoreo para proteger a las personas privadas de libertad durante la pandemia del COVID-19.

Según la información, esas recomendaciones públicas presentan medidas para las autoridades referidas a todo lugar de privación de libertad, incluyendo prisiones, recintos de detención de migraciones, campos de refugiados cerrados y hospitales psiquiátricos para mitigar los riesgos de salud a raíz del coronavirus.

“Las medidas incluyen considerar la reducción de población penitenciaria por medio de esquemas de liberación temprana, provisional o temporal de infractores de baja peligrosidad; la revisión de todos los casos de prisión preventiva; extender el uso de fianzas con excepción de los casos más graves; así como revisar y reducir la detención de migrantes y los campos cerrados para refugiados”, refirió en un comunicado el Subcomité.

Sir Malcom Evans, presidente del STP, dijo “En pocas semanas, el coronavirus ha tenido un impacto profundo en la vida de las personas. Dentro de las prisiones y otros recintos de privación de libertad -muchos severamente hacinados e insalubres- existen problemas agudos que necesitan acción inmediata”.

“Los gobiernos tienen que tomar las medidas de precaución necesarias para evitar la expansión del contagio, e implementar medidas de emergencia para asegurar que los detenidos tengan acceso a niveles apropiados de atención médica y puedan mantener el contacto con sus familiares y con el mundo exterior”, añadió.

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