La asociación promueve el proceso de enseñanza-aprendizaje inclusivo. Foto: La Hora/ Asociación Brillo de Sol

Por Karen Quintanilla
kquintanilla@lahora.com.gt

La educación inclusiva, enfocada en personas con discapacidad, ha representado un reto social y económico desde hace varias décadas para el país, sin embargo, a partir del 13 de marzo del 2020, las escuelas y colegios en general tuvieron que mudar las clases de salones a plataformas virtuales debido a la pandemia del Covid-19, convirtiéndose en otro desafío.

Leticia López Contreras, directora de la Asociación Brillo de Sol, la cual se especializa en educación inclusiva y que se ubica en Antigua Guatemala, donde niños superdotados, con discapacidad y sin ninguna condición distinta conviven, explicó que para los menores de edad la rutina es un elemento importante y este cambio les causó dificultades.

«Varios padres nos contaron que los niños se ponían su uniforme, su mochila e intentaban salir de sus casas para ir a la escuela«, argumentó.

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LOS RECURSOS TECNOLÓGICOS

Además, señaló que la economía fue un factor crucial durante esta transición, pues muchos padres no podían comprar Internet diariamente, «algunos nos comentaron que podían comprar una recarga los lunes, dura todo el día, entonces ese día, por ejemplo, les enviamos toda la información y la entregan hasta el siguiente lunes«, explicó López.

El uso de la tecnología ha sido un reto durante la pandemia.

En estos casos, «necesitamos el compromiso de los padres, que estén a su lado explicando y haciendo sus ejercicios«, agregó. En casa, los alumnos deben realizar actividades asignadas y algunas clases se imparten con los recursos que han cobrado auge como la plataforma Zoom.

La directora comentó que muchas veces las explicaciones educativas se dan a través de audios por WhatsApp, «las maestras envían audios como contando historias, acerca de los temas que les toca aprender«, resaltó.

PADRES SON FUNDAMENTALES

Si bien antes de la pandemia enfatizaban en la socialización y convivencia sana de los alumnos, ahora los padres deben asegurarse de que sus hijos comprendan todo.

Según López Contreras, dentro de las cosas que los niños aprenden, es a ser proactivos y hacer las cosas por su cuenta, ayudando a quienes tienen dificultades.

La directora comentó que padres de niños con discapacidad han subrayado que la educación inclusiva les ha permitido a ellos y a sus niños a comprender «que no se trata de una dificultad, sino de un camino al compromiso por donde hay que llevar a los niños a cumplir el objetivo de aprender».

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NIÑOS EXTRAÑAN CONVIVENCIA

La Hora pudo recopilar los testimonios de algunos de los niños que estudian a distancia y uno de ellos comentó que le encanta estar con todos sus compañeros y su maestra, aprendiendo y jugando, por lo que ahora extraña esa convivencia. «Sinceramente yo quiero salir, que se acabe esto e ir a estudiar«, comentó Francisco.

Asimismo, indicaron que el método de enseñanza les gusta, pero también compartir con otros niños. “Me agrada estar con los demás, me quieren como soy, extrañó abrazar a mis maestras y jugar con mis amigos”, comentó uno de ellos.

LA EXPERIENCIA PARA LOS MAESTROS

Miss Wendy es parte del equipo Brillo de Sol, y cuenta que el propósito de esta educación «es inculcar y enseñar a las siguientes generaciones que todos debemos ser aceptados tal cual somos sin ninguna discriminación«.

En la misma línea, puntualizó que un reto de la mudanza a lo digital fue motivar y demostrar a los padres y estudiantes que eran capaces de realizar y aprender cosas que pensaban eran imposibles.

La tecnología fue una dificultad, tanto para maestros como padres de familia, ya que algunos no contaban con experiencia en ello.

Contreras concluyó que la educación inclusiva, además, de ser una opción para los niños, es una oportunidad para la sociedad de ver las capacidades especiales «como un camino y no como un obstáculo», y que, si bien la pandemia cambió muchas cosas, «el enseñar a ser más humanos, debe seguir siendo una prioridad».

NECESITAN APOYO

Actualmente, la Asociación Brillo de Sol cuenta con financiación a través del apadrinamiento de dos organizaciones: UNO MÁS, de Holanda, y Brillo de Sol en Estados Unidos.

Sin embargo, han tenido que «tocar puertas», pues necesitan apoyo en pago de salarios de maestros de educación especial «pero no hemos sido escuchados”, puntualizó, que requieren del auxilio de las autoridades.

Además, cuentan con 6 padrinos en Guatemala, así como los padres de familia que colaboran con una cuota asignada, según su grupo socioeconómico.

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