Durante los primeros meses los cierres y restricciones golpearon a la economía y era necesario el impulso de programas sociales. Foto La Hora/Christian Gutiérrez

POR MARGARITA GIRÓN
jgiron@lahora.com.gt

Ayer, la calificadora de riesgo Moody’s cambió las perspectivas de Guatemala de estables a negativas. Según la calificadora, las perspectivas negativas para Guatemala se deben al impacto crediticio del deterioro de las métricas de deuda relacionado con la pandemia, que se ve agravado por la escasa base de ingresos.

Aunque decidieron mantener las calificaciones de emisor Ba1 y bonos senior no garantizados del país. La calificación Ba1, refleja el equilibrio entre el historial de gestión fiscal conservadora del país y la resistencia a los choques internos y externos, así como a las presiones crediticias derivadas del bajo ingreso per cápita y las instituciones débiles, evidenciado por los bajos puntajes generales de efectividad del gobierno y Estado de Derecho.

Detallaron también que, aunque haya una recuperación económica en 2021, el déficit fiscal se reduciría solamente al 4.8% del PIB.

“La pandemia del coronavirus ha provocado déficits fiscales más amplios y una recesión que, aunque moderada según los estándares regionales, ha elevado las métricas de deuda pública. Moody’s estima que el déficit fiscal alcanzará el 5,6% del PIB este año, como resultado tanto del aumento del gasto relacionado con la pandemia como de una menor entrada de ingresos en medio de una desaceleración económica, y el PIB se reducirá un 2% este año”, señala Moody’s en un comunicado.

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LÁNDIVAR: LA SITUACIÓN PUEDE COMPLICARSE EN EL FUTUTO

Erick Coyoy, analista y economista de la Universidad Rafael Landívar, explicó que pese a que el Gobierno ha destacado que la deuda de Guatemala está bajo control lo hace con indicadores que no son los más adecuados.

“La relación de la deuda con el Producto Interno Bruto (PIB), es baja, incluso este año sigue siendo la más baja de América Latina, pero la capacidad de pago de la deuda son los ingresos fiscales del Gobierno y los ingresos fiscales también son los más bajos de Latinoamérica”, dijo.

Coyoy destacó que la capacidad de pago del Gobierno es muy limitada y no tiene cómo asegurar que tiene una capacidad de pago de todos los compromisos que está adquiriendo y eso es lo que ve la calificadora.

El analista agregó que también afecta que Guatemala ha tenido acceso a mercados internacionales, pero lo ha hecho con altas tasas de interés y un ejemplo de ello son los bonos del tesoro que se colocaron este año en el extranjero que están pagando tasas de interés altas, con relación a otros países desarrollados.

“Cuando las tasas de interés aumenten en el mundo, puede ser que a Guatemala se le complique el pago de sus contribuciones de deuda y eso es lo que ve la calificadora y por ello la perspectiva es negativa. La situación puede complicarse en el futuro, mientras que una perspectiva estable indica que se mantendrá igual en el futuro, pero una perspectiva negativa que la situación puede empeorar y eso es lo que Moody’s evalúa”, enfatizó Coyoy.

Agregó que un aspecto importante que podría mejorar la situación del país es que el Gobierno pueda mejorar el desempeño de la Superintendencia de Administración Tributaria (SAT) y así incrementar sus ingresos.

“Los ingresos no aumentan a pesar de que la economía sí crece. Para el próximo año, el Banguat proyecta que puede haber un crecimiento favorable, la SAT estima una recaudación menor a la de 2019, es decir, sí hay un problema de desempeño de la SAT, porque no puede ser que, si la economía se recupera, los ingresos no y el Ministerio de Finanzas debe voltear a ver ese aspecto”, acotó.

Erick Coyoy, explicó las previsiones que ve con esa calificación. Foto La Hora.

ASIES: CALIFICACIÓN ES UN LLAMADO PARA GUATEMALA

Fabián Juárez, analista e investigador del área económica de la Asociación de Investigación y Estudios Sociales (Asies), destacó que, de acuerdo con la calificación de Moody’s, si bien se mantiene el rating Ba1, es un rating “no tan bueno”, ya que indica que Guatemala es un país con cierto porcentaje de riesgo, se cambió de una Ba1 estable a una Ba-1 negativa.

Agregó que dos aspectos importantes tomados en cuenta para la calificación de Moody’s fue el tema relacionado a la deuda en donde, por el tema de la pandemia todos los países en el mundo debieron endeudarse de una manera adicional a lo que regularmente se hacía y que derivó en los niveles del país.

“Si lo analizamos desde el punto de vista del PIB, Guatemala es un país que no tiene una deuda muy alta, pero esto no considera otras cuestiones como los ingresos tributarios y el tamaño del Gobierno que tenemos. Si analizamos esto más a detalle, nosotros ya estamos entrando en una zona de riesgo”, dijo.

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En ese contexto explicó que existe un indicador que hace relación entre los ingresos fiscales con la deuda, en donde básicamente se refleja la capacidad de pago y el nivel promedio que se considera crítico es de 250% y Guatemala con el nuevo endeudamiento estará en 325% al 2020 y al 2021 al 350% lo cual es preocupante, ya que hace al país más riesgoso para cumplir con las obligaciones de deuda.

A decir de Juárez, el segundo aspecto tomado en cuenta por la calificadora es que la capacidad del Gobierno de revertir el endeudamiento y cumplir con las obligaciones fiscales. “El nivel de deuda se ha incrementado, pero nuestros ingresos tributarios siguen estancados”.

De acuerdo con el investigador, la pandemia hizo que el país se endeudara mucho y no se tuvo la capacidad para ejecutar los fondos. “El Gobierno no tiene una capacidad muy fuerte ejecutando estos fondos y mucho menos de cumplir con sus obligaciones de deuda”.

Para el investigador, la calificación es un llamado a que se consoliden las obligaciones fiscales y que el Gobierno se ponga como prioridad, aumentar los ingresos fiscales para poder cumplir con las obligaciones de deuda. Además de reafirmar el tema de sus instituciones para poder lograr una ejecución adecuada.

“Con este endeudamiento, el presupuesto del 2021 y los que lo siguen, cada vez se va convirtiendo en pago de obligaciones de deuda, mantenimiento, y el pago en inversión, cada vez se va reduciendo más”, puntualizó.

Además, mencionó el tema de la certeza jurídica, en donde afecta la no elección de cortes, la corrupción y otros aspectos que también afectan los indicadores de créditos a nivel internacional.

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CIEN: ENDEUDAMIENTO YA LLEGÓ A NIVELES PELIGROSOS

Francisco Quezada, del CIEN, comentó que el Estado está creciendo en gasto y decreciendo en inversión y si no se inicia con recortes de gasto y no se soportan servicios esenciales como salud, educación, infraestructura seguridad, además de cerrar instituciones y se regulan los pactos colectivos, la calificación empezará a alcanzar niveles, al punto que el país deje de tener credibilidad en la colocación de sus títulos de deuda.

“El gasto que ha crecido año con año es la planilla y los pactos colectivos. Todos los impuestos se están yendo a planilla y pactos colectivos y lo más grave de todo es que los Gobiernos anteriores y este Gobierno, han autorizado préstamos para pagar planilla, contradiciendo a la ley orgánica del presupuesto que establece que no puede haber endeudamiento para pago de gastos recurrentes”, dijo.

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Añadió que el endeudamiento del país se está yendo a niveles que no se podrá contener y el país continuará endeudándose y no para inversión.

«Lo que se está viendo es que el endeudamiento de Guatemala ya llegó a niveles peligrosos, a niveles que dan señales de que puede haber incumplimientos», puntualizó.

Quezada añadió que el Estado no ha buscado ahorrar recursos, sino que cuando necesita más dinero recurre a más endeudamiento en lugar de racionalizar el gasto. Añadió que deben tomarse decisiones tajantes y cerrar esas instituciones parasitarias como el Parlamento Centroamericano, que implicará un ahorro significativo al nivel de deuda, pero será el principio.

“Si el Estado se endeuda para generar inversión, eso puede regresar, si se mejora la logística y se tienen mejores condiciones, eso recupera la economía, pero si el endeudamiento es para pagar pactos colectivos, no se genera nada”, agregó el investigador.

Francisco Quezada, del CIEN. Foto La Hora
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