Foto Ilustrativa. El Departamento de Estado de Estados Unidos empezará a aceptar nuevas solicitudes de Guatemala, El Salvador y Honduras para el Programa de Menores Centroamericanos y que lleguen en condición de asilo a ese país. Foto: La Hora/AP

Por Margarita Girón
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En diez días de este año, 188 niños y niñas han sido retornados de Estados Unidos, según el Instituto Guatemalteco de Migración (IGM). En el primer mes del año 2019 los registros indicaban que 34 menores de edad habían sido retornados, lo cual refleja un incremento considerable comparado con este año.

En los doce meses del año pasado, 3 mil 18 menores de edad fueron deportados de Estados Unidos a Guatemala; 384 iban no acompañados.

Tanto Otto Rivera, secretario ejecutivo de la Coordinadora Institucional de Promoción por los Derechos de la Niñez (Ciprodeni) como Jahir Dabroy, analista e investigador de la Asociación de Investigación y Estudios Sociales (ASIES), consideran que el tema de la niñez migrante y niñez retornada, carece de la atención debida, tanto en aspectos como la vulneración de sus derechos, como en la creación de políticas que disminuyan la intención de migrar en los menores de edad, y consecuencia de ellos son las cifras registradas en los últimos meses.

De acuerdo con los datos, la tendencia de deportaciones continúa comparada con el año anterior, pues durante los primeros diez días del año, en al menos 16 vuelos han arribado al país 1 mil 618 guatemaltecos deportados, sumado a los 158 centroamericanos trasladados al país bajo el acuerdo de Tercer País Seguro o Acuerdo de Cooperación de Asilo (ACA).

CAUSAS ESTRUCTURALES

Para Otto Rivera, secretario de Ciprodeni, pese al endurecimiento de las políticas migratorias en Estados Unidos y la implementación de acuerdos en materia migratoria, por parte del Gobierno de Guatemala, el flujo de guatemaltecos migrantes, tanto adultos como niños no se ha detenido ni se detendrá sino se trabaja en las causas que generan el desplazamiento de la niñez y adolescencia guatemalteca hacia Estados Unidos.

“Mientras no se aborden políticamente las causas estructurales que generan la movilidad humana, esto no va a parar”, puntualizó Rivera.

A decir de Rivera, para que la situación de la niñez migrante cambie, se necesita más que un cambio de Gobierno, “necesitamos un cambio de visión y un cambio actitud como país, que priorice a su niñez”, puntualizó.

LAS MISMAS CONDICIONES

Por su parte, Jahir Dabroy, investigador de ASIES, indicó que luego de ser retornados, los menores vuelven a encontrar las condiciones de miseria que dejaron cuando sus familias decidieron migrar.

“Son condiciones que no les ofrecen nada y es lo mismo para todos, desde niños de brazos, hasta jóvenes cercanos a la edad adulta que son deportados (…) Además, tenemos un Estado que le ha dado la espalda a las comunidades del interior del país, que es de donde mayormente migran las personas”, detalló Dabroy.

Añadió que muchas veces, los menores que se ven obligados a migrar, asumen un papel de adultos, pues al viajar a los Estados Unidos también deben generar un ingreso. “Es una niñez que ha sido robada porque no han tenido la oportunidad de contar con la inocencia necesaria para desarrollar su capacidad física e intelectual de manera adecuada porque desde muy jóvenes deben buscar mecanismos de subsistencia”, enfatizó.

Datos de la Oficina de Aduanas y Seguridad Fronteriza, (CBP, por sus siglas en inglés) evidencian que Guatemala continúa encabezando las detenciones en la frontera sur y que los menores de edad continúan migrando. Pues en tres meses la CBP reportó la aprehensión de 6 mil 948 unidades familiares y 3 mil 363 niños y niñas no acompañados (NNA), superando a Honduras, que registró 6 mil 218 unidades familiares y 1 mil 587 NNA aprehendidos, seguido de El Salvador con 2 mil 649 unidades familiares y 921 NNA detenidos por las autoridades fronterizas estadounidenses.

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