Por Margarita Girón
jgiron@lahora.com.gt
Los guatemaltecos que migran a Estados Unidos encuentran desafíos que van desde el idioma, la cultura y un país que lejos de abrirle las puertas ofrece políticas antimigratorias, racismo, xenofobia y condiciones laborales que los migrantes deben aceptar por no contar con un status migratorio regular.
Mercedes Say, una guatemalteca originaria de Totonicapán, relató a La Hora Voz del Migrante, cómo luego de tener una vida hecha en Guatemala, debió buscar hace seis años, una nueva oportunidad en Maryland, en donde además de trabajar seis días a la semana, su espíritu activista la ha guiado a apoyar a los migrantes guatemaltecos que hablan idioma maya y no cuentan con intérpretes en las cortes y otras actividades en las que los migrantes requieren apoyo y orientación en su lengua materna.
“Conocí muchas historias de vida de mis hermanos y es triste que cada uno hayamos tenido nuestras razones para buscar una mejor vida y por esto estamos aquí”.
SU HISTORIA
El cambio de vida para Mercedes significó superar muchas situaciones que en Guatemala resultaban insostenibles y según detalló le tomó casi dos años sentirse nuevamente bien y continuar, dejando atrás todo en Guatemala.
Mercedes manifestó que labora limpiando casas durante seis días a la semana y aunque su trabajo en Guatemala era totalmente diferente, “en Estados Unidos, el que no trabaja no come”, remarcó.
De acuerdo con Say, quienes migran a Estados Unidos deben olvidarse del estatus y posición que tenían en Guatemala, pues allá, únicamente se convierten en mano de obra y a decir de Say, hay que salir adelante, aunque sea otro estilo de vida, “yo dije, lo que haya que hacer para salir adelante hay que hacerlo”, enfatizó.
“En Guatemala la pobreza nos invade, a veces pensamos que con estudiar y tener acceso a la universidad uno va a salir adelante, pero en el país no hay condiciones como para decir que vamos a tener lo necesario y trabajar en un lugar donde podamos ejercer una profesión con un salario digno y por eso es por lo que aquí en Estados Unidos hacemos lo que sea para salir adelante”, detalló la entrevistada.
LA OPORTUNIDAD DE AYUDAR
Para Mercedes, conocer a otros migrantes guatemaltecos e interactuar con ellos conociendo de dónde habían llegado y si hablaban algún idioma maya, así como las dificultades que encontraban al llegar.
“Muchos hermanos indígenas vienen de diferentes lugares, muchas veces sin hablar bien el español y con muchas dificultades para salir adelante, nosotros como indígenas somos muy respetuosos, pero también a veces esa misma condición hace pensar a la gente que somos tontos y por todos lados quieren aprovecharse de eso”, indicó Say.
Así fue cómo surgió de nuevo en Mercedes el deseo de ayudar, pero esta vez a sus connacionales, orientándolos y explicándoles cómo debían ser sus jornadas laborales, pues muchos habían dejado empeñados incluso sus terrenos en Guatemala para poder costear el viaje, “no tenemos documentos, pero somos seres humanos y tenemos derechos, por lo tanto, tenemos que aprender a hacer valer nuestros derechos porque vinimos huyendo de la pobreza y la miseria”, puntualizó la guatemalteca.
Mercedes explicó que hace unos años conoció a un grupo de guatemaltecos que conforman la Liga Maya Internacional, y según detalló encontró la oportunidad que deseaba para activar y ayudar a otros connacionales.
“Encontré el lugar donde quería estar porque conozco la situación de nuestra comunidad y la situación de la comunidad de donde vinimos y así conocí muchas historias de vida de mis hermanos y es triste que cada uno hayamos tenido nuestras razones para buscar una mejor vida y por esto estamos aquí”, enfatizó Say.
“Nosotros como indígenas somos muy respetuosos, pero también a veces esa misma condición hace pensar a la gente que somos tontos y por todos lados quieren aprovecharse de eso”.
Para la guatemalteca, los derechos de los migrantes se ven vulnerados desde el momento en que se encuentran con un idioma desconocido, y es así como ella aporta en la organización en donde apoya traduciendo en idioma K’iché para los migrantes que lo necesitan, la mayor parte de veces en las cortes o en citas médicas en donde no tienen apoyo de un traductor para darles detalles de sus casos.
“Yo empecé a apoyar con otras personas en donde los médicos tenían problema para poder explicar en español, no digamos en inglés, los padecimientos que tenían y era complicado explicar hasta un dolor de estómago y ya con la interpretación correcta ya podíamos decirle al doctor y así se siente uno útil”, puntualizó la entrevistada.
Según la Dirección General de Educación Bilingüe Intercultural (Digebi), el K’iche’ es un idioma hablado en 65 municipios de siete departamentos. En 19 municipios de Quiché, en dos municipios de Huehuetenango, en 12 municipios de Quetzaltenango, en 10 municipios de Retalhuleu, en siete municipios de Sololá, en 18 municipios de Suchitepéquez, en ocho municipios de Totonicapán, en un municipio de San Marcos y parte de Tecpán (Pacacay), Chimaltenango.
Así lo evidenció la periodista Grecia Ortíz, quien, en una nota publicada en La Hora Voz del Migrante, describió cómo la organización Maya Interpreters LLC. y su representante Carmelina Cadena indicaron que han notado que han llegado a EE. UU. más personas desde San Pedro Soloma y San Juan Ixcoy, Huehuetenango, quienes hablan Kanjobal; a la vez ha notado como han aumentado las personas que se comunican en K’iche, Mam y Chuj.
Por lo que la demanda en los últimos meses ha sido tan grande que siempre necesitan de más personal para atender las solicitudes de cada caso.
GOBIERNO NO SE INTERESA EN APOYAR PROYECTOS DE TRADUCTORES MAYAS
Según explicó Mercedes, es complicado que las autoridades no atiendan a los migrantes maya hablantes en Estados Unidos, aunque todos aporten a la economía estadounidense y guatemalteca por igual.
“Es complicado que el Gobierno no se interese en apoyar proyectos como estos, nos tratan como nos tratan las instituciones allá, con mucho racismo y discriminación porque al llegar a un consulado nos tratan de forma peyorativa al notar que somos indígenas, es una falta completa de empatía con nuestros hermanos y somos guatemaltecos todos, del mismo país, deberíamos ser más solidarios y muchas veces no saben ni leer, ni escribir, pero eso es algo que ellos no consideran, hay una lucha muy fuerte por hacer, porque el Gobierno debe reconocer que los migrantes tenemos los mismos derechos porque aportamos al país”, puntualizó Say.
La guatemalteca dijo que quienes están activando en las distintas organizaciones que ayudan a los migrantes, están tratando de aportar para que los guatemaltecos también se sientan acuerpados y que piensen que los migrantes solo sirven para mandar remesas.
Además, de Maryland, Mercedes se moviliza los domingos a Washington, Virginia, y Carolina del Norte en donde aporta su conocimiento del idioma K’iché, interpretando para los guatemaltecos que necesitan sus servicios.
“Es complicado que el Gobierno no se interese en apoyar proyectos como estos, nos tratan como nos tratan las instituciones allá, con mucho racismo y discriminación”.
“El trabajo del activismo es difícil, pero cuando se hace con el corazón, lo hacemos con gusto, no estamos ganando nada, pero lo hacemos para ayudar a los demás, no podemos decir que vamos a cambiar el mundo, porque es difícil cambiar nuestras dificultades como indígenas y como guatemaltecos”, destacó Say.
Mercedes dijo que desea seguir ayudando a su comunidad y activando desde la organización que actualmente apoya con intérpretes de Mam, K’iché, ixil, kaqchikel, kanjobal, q’eqchi’.
Aunque para Mercedes, volver a Guatemala no sea una opción que considere por el momento, desea seguir aportando y luchando por los derechos de la comunidad migrante maya hablante, pues pese a las largas jornadas de trabajo que tiene entre lunes y sábado, su dedicación y activismo la seguirán impulsando a ayudar.
ESTO RESPONDIÓ EL MINEX
Se consultó a Pablo García, viceministro de temas consulares y migratorios del Ministerio de Relaciones Exteriores (Minex), si los Consulados de Guatemala en Estados Unidos cuentan con traductores para los guatemaltecos maya hablantes que realizan algún trámite en las sedes consulares; sin embargo, aunque leyó los mensajes enviados vía WhastApp, no emitió ningún comentario ni respondió a las llamadas hechas por la reportera.
Nota. Posterior a la publicación de este reportaje, Marta Larra Vocera del Minex, a la consulta realizada de que si cuentan con interpretes en los consulados, respondió que «mucho del personal contratado en los consulados tienen al menos un idioma indígena como idioma principal y si en algún caso no, hay se llama a un consulado cercano para apoyo u ONG’s».
“El trabajo del activismo es difícil, pero cuando se hace con el corazón, lo hacemos con gusto, no estamos ganando nada, pero lo hacemos para ayudar a los demás, no podemos decir que vamos a cambiar el mundo, porque es difícil cambiar nuestras dificultades como indígenas y como guatemaltecos”.
MERCEDES SAY
“En Guatemala la pobreza nos invade, a veces pensamos que con estudiar y tener acceso a la universidad uno va a salir adelante, pero en el país no hay condiciones como para decir que vamos a tener lo necesario y trabajar en un lugar donde podamos ejercer una profesión con un salario digno y por eso es por lo que aquí en Estados Unidos hacemos lo que sea para salir adelante”.