Bernardo Méndez Lugo, director ejecutivo de la Fundación Pro Migrante América sin Muros. FOTO LA HORA/MARGARITA GIRÓN

Por Margarita Girón
jgiron@lahora.com.gt

Bernardo Méndez Lugo es director ejecutivo de la Fundación Pro Migrante América sin Muros, trabajó como ministro del Servicio Exterior Mexicano y fue cónsul durante varios años en Estados Unidos. Además, ha representado a México en reuniones de ONUDI en África.

El experto busca a través de la Fundación elevar el grado de sensibilización en la sociedad con relación a los migrantes, por ello brinda capacitación y promueve enlaces laborales para las personas deportadas en México y durante su más reciente visita a Guatemala, compartió su postura sobre el tema migratorio que afecta a México y los países del Triángulo Norte.

SOBRE LA FUNDACIÓN

Méndez explicó que la fundación fue creada en 2016 por el empresario Kino Miquirray, quien además de haber sido migrante, señala en el sitio web de la fundación que la dignidad para el migrante es tener el derecho a buscar una vida mejor en otras latitudes, integrarse a una sociedad y formar parte de su entorno social y laboral.

La Hora Voz del Migrante: Aunque el presidente Obama, también impulsó políticas migratorias no tan marcadas como las del presidente Trump, ¿cómo considera usted que ha evolucionado durante estos años el tema de la migración tanto en los países de origen como en Estados Unidos?

Bernardo Méndez Lugo: El acoso del que son víctimas las personas migrantes se evidencia en varios aspectos, por un lado está la situación en los países de origen que no brindan oportunidades de desarrollo, no hay empleo digno, porque puede ser que haya empleo pero a veces los salarios son muy bajos, así como situaciones de violencia que obligan a las personas a migrar.

Otro factor que crece cada vez más, es la migración forzada por temas ambientales o de cambio climático. A nivel mundial cada vez son más quienes migran debido a este factor de condiciones climáticas adversas que puede muchas veces influir en que las personas migren.

En los trayectos los migrantes también corren graves riesgos de ser vulnerados, en el caso de mujeres, el riesgo es doble o triple. También, cuando llegan al país de destino, que en el caso de Centroamérica y México es Estados Unidos, hay muchas regiones y estados que tienen leyes anti inmigrantes que les impiden desde rentar una habitación y trabajar, lo que hace que las personas que llegan tengan que movilizarse de un lugar a otro por la rigidez de las leyes.

Son situaciones de vulnerabilidad que evidencian que no hay una situación adecuada para permanecer en el país de origen y creo que hay mucha responsabilidad de los gobiernos de los países de origen que creo que deberían ser los principales actores en darles una salida a estas personas.

A veces se hace caer todo el peso de la crítica sobre el país de destino, que evidentemente muestra una actitud agresiva en contra de Centroamérica y México, pero se nos olvida que muchas veces los gobiernos de los países de donde provienen los migrantes han sido en buena parte los causantes de esa migración, porque no resuelven los problemas de las personas.

El entrevistado habló de las condiciones que viven las personas en sus países y que los impulsan a migrar. Foto La Hora/AP

LHVDM: Una de las mayores evidencias de esa política anti inmigrante de Trump, es la deportación y la contención de la migración específicamente en México, en ese sentido ¿Cómo aborda México este tema y cómo podría Guatemala abordarlo de forma más eficaz?

BM: Existe una serie de recomendaciones que América Sin Muros tiene en este tema, tenemos algunas que son básicas y estas tienen que ver con los riesgos que van a encontrar. También, la presión de Trump hizo que el Gobierno mexicano de alguna manera iniciara un muro de contención con la Guardia Nacional y obviamente el clima se recrudeció para el transmigrante.

Esas recomendaciones han tenido que irse actualizando porque a partir de junio se volvió muy agresiva la actitud de las autoridades migratorias mexicanas. Ya de hecho para el transmigrante que intenta llegar a Estados Unidos hay problemas, acoso y abuso de autoridades y policía.

Sabemos por ejemplo que la persona que fue deportada ha estado fuera del país muchos años y el país ha cambiado, sea México o Guatemala, el país ya no es el mismo, particularmente si las personas pasaron 10 o 15 años en Estados Unidos.

En este tema, hablamos de a dónde tienen que recurrir y cada estado de México cuenta con oficinas de atención al migrante, a las familias y a los niños; sin embargo, los presupuestos son raquíticos y no tienen capacidad de atender todas las necesidades y hay estados en los que hay mucha inseguridad debido a temas de pandillas y narcotráfico.

Un agente migratorio mexicano les da instrucciones a migrantes que están solicitando asilo en Estados Unidos mientras aguardan en el Puente Internacional 1 en Nuevo Laredo, México.
FOTO LA HORA/FERNANDO LLANO, ARCHIVO/AP

LHVDM: ¿Cómo ha experimentado México la llegada de los migrantes que fueron deportados a México y que esperan una respuesta a su solicitud de asilo?

BM: En este momento ya superan 30 mil los migrantes que fueron regresados de Estados Unidos y el record histórico señala que solamente el 15 por ciento van a obtener ese asilo. Así que ese 85 por ciento o regresa a su país de origen, situación que en muchos casos puede poner en riesgo su vida o se queda en México.

La Comisión Mexicana de Asistencia a Refugiados (COMAR), mantiene el mismo presupuesto de cuando tenía una cuarta parte de solicitudes, como América Sin Muros, hemos estado pugnando porque se incremente el presupuesto.

Sabemos que Acnur y la OIM apoyan y generan algún tipo de ayuda para la COMAR, pero para tener el permiso de trabajo y reinsertarse en la economía de un país, los migrantes pueden tardar hasta meses, porque no hay recursos ni personal para procesar las peticiones de asilo.

Los testimonios que tenemos es que los albergues en Tijuana y Tapachula están sobrepoblados, además, por la peligrosidad en la frontera de Tamaulipas el propio Instituto de Migración está regresando a Tapachula a quienes fueron deportados a México en espera de respuesta a su solicitud de asilo.

se nos olvida que muchas veces los gobiernos de los países de donde provienen los migrantes han sido en buena parte los causantes de esa migración, porque no resuelven los problemas de las personas.

Bernardo Méndez Lugo, Fundación Pro Migrante América sin Muros

LHVDM: Sin tener el título como tal, México se convirtió en una especie de Tercer País Seguro, ¿cómo se ha visto esta situación y qué piensa de los acuerdos firmados entre los países del Triángulo Norte en el tema de “Cooperación de Asilo”?

BM: Los tres países –del Triángulo Norte- han firmado acuerdos con Estados Unidos de Tercer País Seguro, México no acepta el concepto pero en la práctica está haciéndolo, aquí el tema es que ni Guatemala, ni Honduras, ni El Salvador son países seguros desde el punto de vista de la vulnerabilidad para la gente migrante y México tampoco lo es.

Para empezar, no somos países seguros y desde el punto de vista de los derechos humanos, esa situación que de alguna manera está infringiendo convenios internacionales, como el pacto Global de Migración que se firmó en diciembre del año pasado, en donde todos los países incluyendo México están incumpliendo el pacto y no están siguiendo estos lineamientos.

Yo creo que estos países deberían de renegociar ese pacto con Estados Unidos, ese acuerdo de Tercer País seguro pero todo indicaría que lo que lo que hemos visto por parte del presidente Bukele de El Salvador, Orlando Hernández de Honduras y el Presidente Electo de Guatemala, no veo yo muchas esperanzas de que busquen cambiar esa condición y México que no lo ha firmado, en la práctica, está actuando de alguna forma similar.

Hay un discurso de derechos humanos que en la práctica, la propia actitud del comisionado de Migración no es muy alentadora, a pesar de que América Sin Muros, considera que hay oportunidades de renegociar, no veo muy factible que se dé y debemos estar preparados para tiempos difíciles y dolorosos para los migrantes y sus familias.

El ministro de Gobernación, Enrique Degenhart, junto a Kevin McAleenan, y el presidente Donald Trump, firman el acuerdo de Tercer País Seguro. Honduras y El Salvador firmaron medidas similares. Foto La Hora/AP

LHVDM: Aunque el tema político en Estados Unidos ha dejado a Trump en una posición menos privilegiada existe la posibilidad de que se reelija, ¿cuál es el panorama que se espera en el tema migratorio para los próximos años?

BM: Yo creo que debemos ver diferentes escenarios, el primero es una reelección y del triunfo que seguramente no cambiará en mucho las políticas y tenemos que estar atentos porque actualmente Trump tiene varios problemas en el ámbito de su situación política, como la demanda de los demócratas y dependiendo de cómo salga de esto pudiera en algún momento afectar su candidatura, además de la fuerza que pudiese tener un candidato demócrata.

No hay que contemplar solamente el escenario de que será reelecto, todavía falta tiempo, tiene problemas que han surgido y pueden surgir otras situaciones que no le son muy favorables.

En otro escenario y con la llegada de un Presidente demócrata, no significa que sería un cambio radical, recordemos que Obama deportó a más de 3 millones de personas, así que tenemos que prepararnos para escenarios difíciles, gane Trump o gane un demócrata.

Puede ser que los demócratas le bajen al discurso anti inmigrante, pero que en la práctica sus políticas de control de fronteras sean igual que las que aplica Trump.

LHVDM: ¿Quién sería entonces el responsable de velar para que la gente no migre?

BM: Se ha dado una propuesta de un plan de Desarrollo que propuso otro, pero Estados Unidos propuso su propio plan, es decir, México hizo un llamado para que los países se unieran al plan pero Estados Unidos no se unió sino que generó su propia propuesta llamado Centroamérica Crece”, es un plan reciente de Trump y está condicionado a que se mantenga lo de Tercer País Seguro.

Ahora, lo que hemos analizado es que un plan no fructifica en un corto plazo, aun suponiendo que tuviera dinero para generar empleo, no es algo que se va a ver en un año por ejemplo. El Presidente de México piensa que si se genera empleo se va a detener la migración y la situación es más compleja.

En mayo EE.UU. y México acordaron que el país vecino disminuiría el flujo de migrantes por su territorio, a cambio de que el gobierno de Trump no impusiera aranceles a los productos que México exporta a ese país, desde entonces el tema migratorio ha sido abordado con mayor frecuencia por organizaciones pro derechos humanos y sociedad civil.

En otro escenario y con la llegada de un Presidente demócrata, no significa que sería un cambio radical, recordemos que Obama deportó a más de 3 millones de personas, así que tenemos que prepararnos para escenarios difíciles, gane Trump o gane un demócrata.

Bernardo Méndez Lugo, Fundación Pro Migrante América sin Muros

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