El retorno a la presencialidad parecía ser una opción casi certera en este tercer año de pandemia en Guatemala. Foto La Hora / José Orozco

El retorno a la presencialidad parecía ser una opción casi certera en este tercer año de pandemia en Guatemala; sin embargo, deficiencias en la organización del Ministerio de Educación (Mineduc) limitaron estos esfuerzos, de acuerdo con analistas consultados. Ante el abandono estatal, dos directores de escuelas en el área rural expusieron cómo han dependido de sus propias iniciativas para evitar aún más el retraso en la formación.

Para este lunes 21 de febrero de 2022 se tenía previsto el inicio de las clases en el sistema educativo público del país, el que se planificó con base en las disposiciones del sistema de alertas sanitarias del Ministerio de Salud, el cual establecía que los centros educativos en alerta naranja y amarilla podrían operar en modalidad híbrida, mientras que los que se encuentren en municipios con alerta roja tendrían prohibida la asistencia presencial.

La última actualización del semáforo de alertas sanitarias fijó 224 municipios en alerta roja; 112 en naranja y solo cuatro en amarillo, sin ninguno en verde. Bajo estas condiciones, muchos establecimientos del sector público tuvieron que aplazar el retorno presencial, contrario a algunos centros privados que, por disposición del Ministerio de Salud, podrían optar por el modelo híbrido aún con alerta roja.

Para este lunes 21 de febrero de 2022 se tenía previsto el inicio de las clases en el sistema educativo público del país. Foto La Hora / José Orozco

VERÓNICA SPROSS: EL MODELO ARRECIA LA INEQUIDAD

Para Verónica Spross, directora ejecutiva de Empresarios por la Educación, con la limitante del semáforo epidemiológico para los centros públicos solo se contribuye a la inequidad del sistema educativo nacional. “También los centros públicos deberían poder operar estando en rojo, con el mismo nivel de autorización que podría tener un colegio. De no darse esto puede generar más inequidad porque los jóvenes vulnerables de áreas rurales necesitan continuar (estudiando) con el apoyo de los docentes”, consideró.

Agregó que los ministerios de Salud y de Educación deberían evitar utilizar el sistema de semáforos y ofrecer el servicio presencial indiscriminadamente. “Ya es tiempo para que las escuelas puedan operar manteniendo todas las medidas que se han previsto e informar a la población que no se ha vacunado a que lo haga, para que la juventud no se quede sin recibir por más tiempo clases presenciales”, agregó.

¿QUÉ SE NECESITABA PARA UN REGRESO SEGURO?

Esta mañana en la inauguración del ciclo escolar, desde Escuintla, la ministra de Educación, Claudia Ruiz, mencionó que la cartera ha trabajado en el equipamiento de las escuelas en todo el país, mediante la reparación de aulas y provisión de servicios básicos; así como ofrecimiento de becas de equipo digital e internet.

Spross mencionó que desde Empresarios por la Educación han observado que muchas escuelas en Escuintla, Quetzaltenango, Izabal y Jalapa contaban con las especificaciones y capacitaciones para trabajar presencialmente; aunque reconoció que todavía existen al menos 8 mil escuelas que aún no cuentan con agua o electricidad.

 

“Es cierto, hay algunas que no tienen agua y eso dificulta. Salió un dato del Ministerio de Educación que dijo que en 2019 había cerca de 11 mil escuelas que requerían un remozamiento, el Ministerio indica que han logrado remozar 3 mil escuelas. Quiere decir que todavía quedan 8 mil que necesitan mejoras o agua”, remarcó.

Además de las condiciones de cada inmueble o centro debía contar con las características básicas para operar a distancia, lo cual implicaba el servicio de internet, electricidad y equipo tecnológico.

La ministra de Educación, Claudia Ruiz, mencionó que la cartera ha trabajado en el equipamiento de las escuelas en todo el país. Foto La Hora / Foto captura de pantalla

CABRERA: NO HAY ESTRATEGIAS INTEGRALES

Por su cercanía con el sistema nacional, Francisco Cabrera, ex viceministro de Educación, refirió que estos programas del Mineduc nunca logran completarse satisfactoriamente porque no existen estrategias integrales.

Aunque en un principio pueda parecer una buena idea proveer insumos a cada alumno, en la aplicación, a largo plazo no resulta funcional sin planificaciones que orienten a los alumnos hacia un uso eficiente de la tecnología.

“Son acciones micro, entregar una computadora o una tableta no resuelve nada si no hay un esquema de aprovechamiento de la tecnología, se necesita mucho más que eso y es un problema desde gestiones pasadas”, amplió el exfuncionario.

Agregó que el Mineduc no ha elaborado estudios exploratorios y de análisis para conocer cuáles han sido los efectos, fortalezas y debilidades de cada iniciativa. “El problema es que no hay nada de eso, todo se queda en que hay que repartirlas, pero no hay nada más”, sentenció.

COORDINACIÓN FUE DEFICIENTE

El mayor contratiempo en este proceso no fue la pandemia, sino la nula previsión del Mineduc ante todos los escenarios posibles, describió Cabrera. “El Ministerio de Educación no toma decisiones, las posterga y genera incertidumbres. Como no hay información y se posterga permanentemente, se crea una parálisis en los centros mientras esperan la información oficial”, detalló.

 

De acuerdo con el exviceministro y consultor internacional en temas de educación, en estos casi tres años de pandemia el Mineduc no ha establecido una vía de comunicación oficial con los directores y catedráticos; además, los únicos espacios de información que existían se han reducido a la virtualidad, con una página web arcaica, sin mencionar que en muchas comunidades el acceso a internet es limitado.

“Esto es fatal para un sistema, solo hace que los establecimientos hagan lo que consideran mejor, pero en realidad son reacciones muy tardías dado que no hay lineamientos. Un Ministerio de Educación debería, con o sin pandemia, tener una comunicación directa que les diga los cambios”, advirtió.

“LOS CENTROS HACEN LO QUE PUEDEN CON LO QUE TIENEN”

Esta incomunicación ha obligado a los centros más marginados a “hacer lo que puedan con lo que tengan”, refirió Cabrera. La frase del exviceministro no se aleja de la realidad de las escuelas del área rural.

Misael Sánchez es director de una escuela pública en Santa María Xalapán, Jalapa, municipio actualmente categorizado con alerta roja. Al consultarle sobre el apoyo del Mineduc con equipo técnico que permitiera trabajar en modalidad híbrida, el también docente únicamente pudo responder: “Ay, si aquí no hay pero ni electricidad, seño”.

En esta comunidad escolar hay 51 alumnos inscritos en preprimaria y 160 en primaria, pero pese a ser relativamente numerosa, Sánchez lamentó que la desatención ha permanecido desde el inicio de la pandemia de COVID-19.

“La otra vez dijeron que nos iban a arreglar la escuela y ya no se supo nada. Ellos no quieren aceptar las consecuencias de que algún niño salga contagiado, todo nos lo dejan a nosotros y las familias”, declaró.

Debido a que el municipio se encuentra en alerta roja, la escuela tuvo que reestructurar su planificación, por lo cual, el director comentó que no se reiniciarán las clases hasta encontrar alguna metodología por cuenta propia.

PETRONILA MENDOZA: EXISTE POCA ESPERANZA EN EL APOYO DEL MINEDUC

Un panorama similar presenció Petronila Mendoza, directora de la escuela Xetinap II, de Santa Cruz, Quiché, lugar donde debido a la alerta roja tuvieron que idear un mecanismo propio de clases a distancia. En este centro se entrega el contenido a los familiares encargados mediante un sistema de burbujas, por turnos, cada hora con atención e instrucción a diez adultos para que puedan replicar el contenido en sus hogares.

Sin embargo, este modelo presenta dificultades alineadas a la pandemia porque “hay palabras técnicas que ellos no manejan y tenemos que explicarles. Hay muchos también que no saben leer ni escribir. Esto lo hacemos porque si esperamos a que nos entreguen hojas de trabajo del Ministerio, llegan hasta una semana después”, agregó.

Además, Mendoza detalló que el acceso a la tecnología prometida por el Mineduc ha sido complicado. “Considero que de repente jamás pasará eso porque en primer lugar estamos aislados del área rural, a veces ni la señal llega y muchos hogares no cuentan con electricidad. Ahorita de suerte la puedo escuchar porque otras veces nos llaman y la llamada se oye entrecortada”, reconoció.

También comentó sobre las deficiencias en la infraestructura escolar, con el agregado que según Mendoza, la urgencia primordial es el agua potable, pero “aunque uno presente las quejas, no les interesa y tenemos que ver por nuestra cuenta cómo hacemos”.

Jeanelly Vásquez
Periodista profesional de la USAC, actualmente cursando la Licenciatura en Ciencias de la Comunicación. Becaria en International Women’s Media Foundation (IWMF). Elabora piezas de investigación y profundidad, enfocadas en el gasto público, derechos humanos y la política guatemalteca. Tiene experiencia en producción de podcast y contenido en redes sociales; ha cubierto la fuente volante y el Organismo Ejecutivo. Twitter: @jeanellydvg
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