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32 años han transcurrido desde que se promulgó la Convención sobre los Derechos del Niño y la Niña, una de las primeras mociones en que Guatemala fue partícipe para promover la protección a la niñez, pero que en la práctica, sigue siendo una realidad adversa para miles de menores en el país.
A partir de ese evento se ha impulsado el discurso de resguardo a esta población; no obstante, la Coordinadora Institucional de Promoción por los Derechos de la Niñez (Ciprodeni), expone diversas razones y cifras que ponen en evidencia los daños que sufren niños y adolescentes, que incluso les cuesta la vida.
NIÑEZ EN PANDEMIA
Los avances para la niñez guatemalteca sufrieron un retroceso con el ingreso de la pandemia al país y el confinamiento, porque desde una perspectiva sanitaria Ciprodeni resaltó que como uno de los elementos adversos que los niños han sido los últimos en considerarse para obtener la vacuna contra el COVID-19.
Aunado a lo anterior, el Tablero COVID-19 reportó hasta el 19 de diciembre un total de 29,804 contagios en personas menores de 12 años, de los que 137 de ese rango han fallecido.
Pero la niñez no es solamente afectada al padecer la enfermedad. Ciprodeni hizo referencia a un estudio del Imperial College, en el cual se detalla que para agosto de 2021 al menos 10,556 niños, niñas y adolescentes sufrieron la pérdida de la madre, padre o ambos. De 161 países tomados en cuenta se determinó que Guatemala ocupa el puesto 19 en pérdida del cuidado parental como consecuencia del coronavirus.
Regularmente, cuando los niños, niñas o adolescentes pierden a su figura parental, pasan al cuidado de un tío, tía o abuelos; sin embargo, Ciprodeni acota que esta población, en especial la de mayor edad, es susceptible a fallecer por causas asociadas al COVID-19.
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VIOLENCIA SE AGUDIZA
Aunque el confinamiento ha privado hasta cierto punto la locomoción de los menores de edad, la violencia en sus distintas manifestaciones no ha disminuido, según la Coordinadora.
Se identifican tres tipos de lesiones comunes en esta población: heridas con arma blanca, con arma de fuego y las expresiones de violencia intrafamiliar y comunitaria. La tendencia de las dos primeras manifestaciones entre enero y noviembre de 2021 refleja que las mayores víctimas son varones, sin demeritar los casos hacia las mujeres:
– 26 adolescentes mujeres y niñas heridas
– 103 niños y adolescentes hombres heridos
– 57 adolescentes mujeres y niñas heridas
– 167 adolescentes hombres y niños
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Sin embargo, al contrastar los escenarios de violencia en el hogar o en las comunidades se nota que las mayores víctimas son de sexo femenino: 756 frente a 520 varones. El fenómeno anterior es alarmante tomando en cuenta que, según el monitoreo de Ciprodeni, desde que las niñas y adolescentes permanecen más tiempo en casa, los casos reportados por el Instituto Nacional de Ciencias Forenses (Inacif) relacionados a lesiones compatibles con maltrato han aumentado.
Además, el Inacif continúa registrando cinco vías principales de muertes violentas en la niñez:
– Ahorcadura
– Estrangulamiento
– Heridas por arma blanca
– Desmembramiento
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Según los datos del instituto, 474 niños, niñas y adolescentes fueron asesinados hasta noviembre de este año, de los que un 24% fueron niñas y adolescentes, y un 76% niños y adolescentes. Entre los datos llama la atención que las 3 víctimas decapitadas fueron varones. Por el contrario, en el caso de muerte por estrangulación, un 65.4% de las víctimas era mujeres.
Además, la muerte acecha a los jóvenes desde otros escenarios, ya que si bien un 50% de los menores de edad con alerta Alba-Kenneth tienden a ser ubicados, un alarmante 30% aparece sin vida y el 20% restante no es ubicado.
VIOLENCIA SEXUAL
Los exámenes forenses practicados hasta noviembre revelan un total de 5,574 pruebas de abuso sexual, de las cuales el 91% han sido practicadas en niñas y adolescentes mujeres. La violencia sexual en Guatemala no discrimina edades, considerando:
– 377 en menores de 4 años.
– 816 en niñas y niños de 5 a 9 años.
– 2,623 en niños, niñas y adolescentes de 10 a 14 años.
– 1,723 en adolescentes y jóvenes de 15 a 19 años.
¿HACIA DÓNDE VAN LOS DERECHOS DE LA NIÑEZ?
Al considerar como punto de partida la ratificación de la Convención, se han impulsado algunos esfuerzos por ayudar a la niñez, como la Ley de Protección Integral de Niñez y Adolescencia, vigente desde hace 18 años; y las 54 recomendaciones del Comité de Derechos del Niño al Estado de Guatemala sobre temas urgentes a abordar en materia de derechos de niños, niñas y adolescentes.
Esos esfuerzos contrastan con una agenda legislativa que, en criterio de Ciprodeni, apela falsamente a la Convención de Derechos del Niño para justificar una visión anti derechos humanos.
La iniciativa 5940, Ley para garantizar la protección integral de la Niñez y Adolescencia contra los trastornos de la identidad de género “lejos de hacer valer los derechos ya adquiridos y reconocidos, vuelve a dotarles de una mirada como objetos y no como sujetos de derechos”.
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Ciprodeni enfatizó que el Congreso no debe manipular intereses particulares y, por el contrario deben retomarse los puntos en la agenda que beneficien a la niñez en general, como el Tercer Protocolo Facultativo de la Convención sobre los Derechos del Niño, sobre procedimientos en las comunicaciones.
Asimismo, solicita al Estado de Guatemala promover la inversión pública en la niñez y adolescencia, enfocándose en la garantía de salud, educación, alimentación y seguridad.