La defensora de la Salud de la PDH, Zulma Calderón fue la primera reconocida. Foto: La Hora/PDH

La Orden Juan José Gerardi homenajea cada año a personas guatemaltecas que, en cumplimiento de su vocación, contribuyen al desarrollo de su comunidad. Este año el galardón fue entregado a personal de salud, entre ellos cuadro médicos y una enfermera, quienes desde marzo de 2020 persisten en la lucha contra la crisis sanitaria.

Además, reconocieron a monseñor Rosolino Bianchetti, obispo de Quiché.

En el caso de los trabajadores de Salud, fueron tres mujeres y dos hombres quienes recibieron una medalla, para luego firmar el “libro dorado” que reafirma la entrega de la orden.

Los discursos de agradecimiento de cada salubrista concuerdan en que la pandemia ha sido un reto persistente, agravado por la ausencia del Estado y un Sistema de Salud rezagado desde hace décadas.

ZULMA CALDERÓN

La defensora de la Salud de la Procuraduría de los Derechos Humanos (PDH), Zulma Calderón, fue la primera reconocida por la Oficina de Derechos Humanos del Arzobispado de Guatemala. Parte de su labor incluyó la observación y verificación continua de los centros de salud y vacunación, sin dejar de lado los demás pilares del Sistema de Salud en Guatemala.

“Evidenciar brechas históricas de la inequidad y lo más importante, darles voz a quienes no pueden hablar y ser la voz del sufrimiento de miles de guatemaltecos”, dijo la funcionaria. En su experiencia, según relató Calderón, fue inevitable dejar de pensar en las carencias de oportunidades del resto de la población, quienes desde antes de la pandemia no pudieron acceder a la salud digna.

“Defender el derecho a la salud significa nunca olvidar el sufrimiento de nuestros hermanos, de aquellos a los que el Estado abandonó y a quienes la salud es solamente un sueño lejano o bien, un privilegio que siempre se les ha negado”, declaró.

 

MARIO NAPOLEÓN MÉNDEZ

El jefe del área de emergencia COVID-19 del Hospital General San Juan de Dios también enfatizó que –aunque no debería ser así– la salud hoy en día es una concesión que pocas personas gozan: “siendo la salud hoy en día más un privilegio de clase social y no como debería ser: un derecho inalienable para todos los habitantes”.

Para el doctor Mario Napoleón Méndez este es un fenómeno estructural, el cual atribuyó al desinterés de funcionarios competentes. “Ellos son en gran parte responsables de tener un país con profundas desigualdades, racismo e irrespeto total a los derechos humanos”, pronunció.

Méndez describió a los hospitales y centros de salud fortalecidos como “el sueño de todos” y espera que algún día donde la población encuentre una esperanza de vida con suficientes médicos y enfermeras; “con espacios dignos para darle una calidad de atención que merece a cada guatemalteco”.

Este año el galardón fue entregado a personal de salud. Foto: La Hora/ODAGH

ADOLFO ENRIQUE PÉREZ

El doctor Adolfo Enrique Pérez también es trabajador del Hospital General, específicamente al mando del área de emergencia COVID-19. Durante la crisis pandémica este nosocomio presentó adversidades como la poca disponibilidad de oxígeno para pacientes y espacios.

“Los hospitales como San Juan de Dios tuvimos que trabajar el doble, nos volvimos hospital COVID y no COVID. Allí estábamos todos los compañeros, con temor al principio, no lo podemos negar, pero llenos de coraje y con el famoso traje espacial, o sea, el traje blanco”, narró.

El galeno ilustró este escenario explicando que el área de emergencia, con capacidad para 50 personas albergó de 140 a 170 pacientes, incluso fueron habilitadas hasta 4 áreas más para pacientes con coronavirus.

Lo anterior es impresionante, destacó el doctor, más aun considerando que hasta hoy el hospital no tiene consulta externa, lo cual consideró “una gran falencia porque muchos pacientes que aún no tienen consulta externa llegan luego con complicaciones”.

 

DANIA HERNÁNDEZ

La doctora Hernández recuerda ese final de marzo de 2020 cuando ella junto con otros profesionales fueron convocados para conformar el Hospital Temporal del Parque de la Industria. Ese momento mezcló sentimientos de angustia, aunque predominaba el entusiasmo, según detalló.

“Quizá no medimos los retos que íbamos a enfrentar ni los riesgos, incluso de carácter legal. También la crítica y el movimiento mediático que nosotros vivíamos día a día”, agregó. Un aspecto que resaltó la doctora Dania Hernández fue que el hospital temporal fue construido en un ambiente que meses antes funcionaba para celebrar fiestas y eventos lúdicos, pero ahora es un centro para tratar a pacientes enfermos.

Por su estructura, uno de los retos fue habilitar un espacio ferial para atender la crisis sanitaria: instalar lavamanos, tuberías de oxígeno y montar camas; además de conseguir medicamentos en medio del desabastecimiento mundial. “Y nosotros simplemente no teníamos acceso a lo necesitado”, dijo Hernández; sin embargo, la labor nunca cesó y más de 20,000 personas han sido atendidas, siendo casi el 80% los sobrevivientes.

“Hemos dejado de lado nuestra vida privada y nuestra vida familiar para poder servir a nuestro prójimo y sobre todo respetar y promover el derecho a la salud que tanto necesita nuestra población”, afirmó.

MARTA JUÁREZ

La licenciada Marta Juárez es jefa de servicios de en especialidades del Instituto Guatemalteco de Seguridad Social (IGSS). Ella describió como complicada la atención que se da en esta área. “Hemos visto a algunos que han ganado la lucha contra el COVID y otros no”, distinguió.

Recordó que al principio el personal médico temía llevar la enfermedad a sus hogares, pero esto no detuvo a los salubristas. Contó además que durante la crisis se atendió a afiliados y no afiliados al seguro social. De hecho, contó que hubo una ocasión en que una persona se hizo pasar por otra y de todos modos se le atendió.

“Cuando vimos, la sobrina ingresó a su familiar con el nombre mal; sin embargo, el seguro social le siguió dando atención hasta que la paciente egresó”, amplió.

También reconocieron a monseñor Rosolino Bianchetti, obispo de Quiché. Foto: La Hora/ODAGH

OTRA ORDEN PARA EL MONSEÑOR EN QUICHÉ

En el evento también fue reconocido el monseñor Rosolino Bianchetti, obispo de Quiché. La autoridad católica quiso atribuir el premio a los mártires de Quiché “como fue Monseñor Gerardi hasta el último catequista en la comunidad en momentos dramáticos han sabido estar a la altura de este sufrir”.

Asimismo, reconoció a la comunidad del Quiché, pues “fueron ellos quienes se dedicaron no solo a la oración, sino que conjugaron fe y vida hasta derramar su sangre y que fueron en situaciones donde el Estado estaba totalmente ausente”.

Jeanelly Vásquez
Periodista profesional de la USAC, actualmente cursando la Licenciatura en Ciencias de la Comunicación. Becaria en International Women’s Media Foundation (IWMF). Elabora piezas de investigación y profundidad, enfocadas en el gasto público, derechos humanos y la política guatemalteca. Tiene experiencia en producción de podcast y contenido en redes sociales; ha cubierto la fuente volante y el Organismo Ejecutivo. Twitter: @jeanellydvg
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