El secretario ejecutivo de la Pastoral de Movilidad Humana de la Conferencia Episcopal de Guatemala, padre Matteo Luison, explicó a La Hora la situación que se está viviendo en el Ceibo, Petén, debido al cruce de cientos de migrantes de diferentes nacionalidades que buscaban llegar a Estados Unidos, pero que están siendo expulsados hacia la frontera México-Guatemala.
El padre aseguró que es innecesaria esta situación y consideró que lo están haciendo así a modo de que no “se sepa o sea lo menos posible”.
Además, mencionó que muchos de estos migrantes piden ayuda en la Casa del Migrante Belén, localizada en este lugar.
A diario reciben de 150 a más personas y han detectado porcentajes elevados de mujeres y niños en edades de 2, 3 o 4 años.
MIGRANTES SE PERCIBEN “DERROTADOS”
Luison también ha colaborado en la Casa del Migrante y le ha tocado registrar incluso a menores de 11 meses, lo más preocupante para él es que los migrantes están siendo trasladados a áreas en medio de la nada, “realmente la situación es muy difícil porque vienen en un viaje muy cansado, porque vienen derrotados”, puntualizó.
Remarcó que los migrantes vuelven derrotados por lo que vivieron, incluso reconoció que no tenía palabras de aliento para ellos, pero lo importante en estos casos es ayudarlos en lo mínimo, como lo ha hecho la Casa del Migrante en estas últimas dos semanas.
“No es lo mismo atender personas en cierto sentido que van hacia el Norte, que atender personas que vienen deportadas, la situación anímica es muy diferente”, resaltó.
ENFRENTAN DIFICULTADES
El religioso agregó que enfrentan otro tipo de dificultades, por ejemplo, en el aspecto de servicios básicos el servicio de energía eléctrica se interrumpe a las 22:00 horas, el agua potable escasea.
También relató que cuando reciben algunos donativos de verduras, carne o arroz tratan en la medida de lo posible de prepararlo para los migrantes, pero no siempre hay.
“La temperatura es elevada y hay un solo refrigerador y poner más implica más gasto de energía eléctrica”, comentó.
TIENEN DOS OPCIONES
Entre los migrantes hay dos opciones, pueden volver a sus lugares de origen, pero otros piensan en volver a intentar trasladarse a Estados Unidos, aunque a nadie le ofrecen que solicite asilo, destacó.
“Han recibido mentiras, porque les dicen que este viaje es para llevarlos a un lugar tal, dónde ahí podrán aplicar su solicitud de asilo, pero eso no es cierto”, refirió.
El sacerdote incluso destacó que una organización que se encuentra en México los apoya, llega una vez a la semana para guiar a quienes requieren asilo.
Si bien la Casa del Migrante Belén en el Ceibo Petén se ha convertido en una especie de oasis para los migrantes, ellos, afirma que no tienen capacidad de abarcar a todas las personas que están llegando a la frontera.
RESPONDEN ENNE LA MEDIDA QUE PUEDEN, PERO NO ES FÁCIL
Las personas que llegan son de diferentes nacionalidades, algunos de ellos guatemaltecos, un día varios de ellos eran originarios de Huehuetenango.
“Estamos tratando de responder en la medida que podamos, no es fácil”, dijo.
El sacerdote mencionó que estas personas tampoco entienden la razón de su expulsión y no saben que ocurrió, “no hay ninguna información sobre lo que está aconteciendo con ellos”.
Por último, reconoce la labor de quienes trabajan para dar atención y acogida en la Casa del Migrante Belén, que es parte de la red de Casas de la Pastoral de Movilidad Humana.