Las variantes del COVID-19 y el relajamiento del uso de mascarilla, según Erwin Calgua, coordinador del Centro de Investigaciones Biomédicas de la Facultad de Medicina de la Universidad de San Carlos de Guatemala, han influido en parte en el aumento de casos de coronavirus de las últimas semanas, a un punto en que se ven incluso a niños contagiados en estado grave. Además, remarca el notable cansancio del personal de Salud, sin embargo, considera que ni ellos o la población deben bajar la guardia respecto a las medidas de bioseguridad.
En una entrevista con La Hora, Calgua mencionó que es necesario que las autoridades consideren el cierre del país, como ya se hizo en el pasado, pero remarcó que las personas no deberían confiarse y dejar de utilizar mascarilla en espacios abiertos, pensando en que las variantes del virus no actúan con eficiencia en estos lugares, pues hay estudios que señalen lo contrario.
CANSANCIO EN EL PERSONAL DE SALUD
El experto reconoció que es notorio el cansancio en el personal de Salud, lo cual crea ansiedad en ellos, aunado a la presión del sistema que deben enfrentar y como ejemplo, menciona a los trabajadores del Hospital Temporal Parque de la Industria y de los centros asistenciales en los que se atienden otros padecimientos.
“Por ejemplo, los equipos que se encuentran trabajando para COVID-19 en un Departamento de Epidemiologia, por solo mencionar eso. Pero vamos a añadir a los residentes que están en medicina interna, en emergencias, cirugía, todos se encuentran en este momento bajo mucha presión porque hay que estar lidiando con la enfermedad común, los accidentes, más el COVID-19”, explicó.
Por eso, insisto que hay una sensación de cansancio y el personal de Salud está pensando de dónde va a sacar fuerzas para atender un nuevo repunte de contagios, aunque saben que pueden hacerlo, pues están entrenados para ello, pero esto tiene un costo alto para sus vidas.
DOBLE DECEPCIÓN
A la vez, consideró que percibe una doble decepción en ellos porque no hay un plan de vacunación “fuerte” avanzando y las personas tampoco cumplen con las medidas universales de prevención, como el uso de la mascarilla, el distanciamiento social, entre otras medidas.
Para el médico, esto se añade a la carga mental que manejan los médicos, enfermeras, técnicos y todos los que participan en el proceso de atención y recuperación de un paciente.
Por ejemplo, mencionó el caso de una enfermera que le contó que ellos también tienen casos de contagios dentro de sus familias y amigos, pero deben continuar laborando y cumplir con su servicio.
Incluso el aumento de casos positivos en niños, que antes no era tan marcado, lo considera una carga emocional para los salubristas.
“Entonces el personal de salud también es parte de las personas que se ven afectadas por esta situación que está sucediendo dentro de sus hogares y en el lado hospitalario”, explicó.
Asimismo, el epidemiólogo subraya que el aumento de contagios es de una magnitud que “francamente” no esperaban.
PROBABLEMENTE LA VARIANTE DELTA YA ESTA EN GUATEMALA
Calgua señaló que la mortalidad del COVID-19 en personas muy jóvenes y niños podría estar asociada a la presencia de variantes en el país.
“Incluso vamos un poco más allá de pensar que no sería extraño y que muchos de los que estamos trabajando en este ambiente o como epidemiólogo, médicos, internistas opinamos, es que probablemente la variante Delta ya esté en Guatemala”, dijo.
Esto porque que antes pasaban hasta 10 días para que un paciente empeorara, pero ahora esto se redujo a cuatro o tres días.
SITUACIÓN DE HOSPITALES
Al ser integrante del Departamento de Epidemiología, Calgua ha tenido la oportunidad de conocer la situación del Hospital General San Juan de Dios y el Hospital Parque de la Industria, destacando que la Alerta Roja declarada recientemente les permite tomar decisiones a las autoridades administrativas e incluso a quienes trabajan en la primera línea, sobre si van a detener el flujo de pacientes que aceptan por enfermedad común y accidentes para dedicarse a quienes padecen COVID-19.
LO ÚNICO QUE HACE ESPACIO SON LAS MUERTES
En el Hospital General San Juan de Dios mencionó que todos los pacientes con COVID-19 son atendidos, no obstante, remarca en que lo único que hace espacio “son las muertes que hay, porque prácticamente, fácil en un turno cinco personas se mueren, entonces los espacios no es que no haya casos, es que el paciente se va muriendo y van ocupando nuevos casos graves esos espacios”, explicó.
Aunque han habilitado nuevos espacios considero que “estamos al tope”.
SE DEBE ANALIZAR RESTRINGIR EL MOVIMIENTO
Sobre cómo frenar el incremento de casos, Calgua considera que se debe “poner sobre la mesa” la posibilidad de volver a un punto en donde se restrinja el movimiento de la población, porque generó resultados positivos cuando se implementó.
“Como país considero que es necesario analizar de que en un momento dado se va a cerrar…ahora se basan en la capacidad de la población de cumplirlas, lo cual no están haciendo y por eso estamos en este punto”, explicó.
De igual manera consideró que el Semáforo de Alertas debería empezar a incluir el porcentaje de vacunación y agregarlo como un indicador para determinar la permisividad de aforos y movilidad.
Calgua remarca que debe alcanzarse un nivel de normalidad fundamentado en un plan de vacunación efectivo y la respuesta al surgimiento de variantes.
LA GENTE ESTÁ VINIENDO POSITIVA DE “ESAS IDITAS” QUE SE HICIERON
Si no se toman medidas, el profesional considera que esto se reflejará en las cifras de muertes, incluyendo poblaciones vulnerables como niños y un fuerte impacto en la economía del país.
Calgua remarcó que la epidemiología no “es solo sacar hisopados y decir si un hisopado está positivo o no”, sino acercarse a la gente para entender la situación y actuar.
“Cuando están haciendo fila les digo ¿y a usted qué le pasó? ¿qué sucedió? mire esas iditas al puerto que se hicieron, que usted ve en las redes sociales que se están tomando fotos, ahí si en lugares que están entre comillas abiertos… esa gente está viniendo positiva”, reiteró.
Otro ejemplo que mencionó, son las reuniones familiares o celebraciones de cumpleaños, destacando el caso de una joven que realizó una fiesta y todos los asistentes se quitaron la mascarilla; uno dio positivo y murió.
SIN VACUNACIÓN NO SE DEBE BAJAR LA GUARDIA
También considera que los guatemaltecos al ver en Estados Unidos a las personas salir sin mascarilla, “creen que aquí es lo mismo”, incluso el personal de Salud, “hasta a ellos les estamos diciendo póngase la mascarilla, póngase el equipo, no se confié, hasta ellos han bajado la guardia”, remarcó.
Para Calgua se debe tener claro que la vacuna no disminuye el contagio y por eso no se debe bajar la guardia con las medidas de prevención.
“Debemos tener mucho cuidado en no quitarnos la mascarilla, ahorita nada de fotos grupales, nada de quitarse la mascarilla, en este momento hay que retomar estrictamente esas medidas para detener la cantidad de muertes y casos”, explicó.
Además, remarcó que las autoridades tienen la responsabilidad de resolver el tema de la vacunación.
“Mientras tanto no le queda otra a la población en este momento de retomar las medidas de seguridad y si no va a ser a través de lo que estuvimos hablando de detener la actividad en Guatemala como se hizo hace un año, entonces por lo menos tendríamos que hacerlo en las noches tipo 8 de la noche unas tres semanas para lograr controlar esto y ya bajarlo un poquito”, expresó.
ESPERAN OTRO BROTE FUERTE
Calgua también afirmó que se espera otro brote fuerte por el fin de semana largo que pasó y que empezará a notarse pronto, lo cual genera más preocupación porque ahí se verá “una situación más crítica”. “Tenemos razones para suponer que va a ser más fuerte”, concluyó.