Un informe elaborado por la CEPAL, destaca los desafíos sociales de la crisis provocada por el nuevo coronavirus. Foto: La Hora/Archivo

Por Grecia Ortíz
gortiz@lahora.com.gt

Un nuevo informe elaborado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), destaca los desafíos sociales de la crisis provocada por el nuevo coronavirus, en un contexto de bajo crecimiento en el que se prevé un importante aumento de la pobreza, pobreza extrema y la desigualdad en América Latina y el Caribe.

Una proyección de esa Comisión, sobre población en situación de pobreza extrema y pobreza en 2020 para Guatemala, proyectaba que en un escenario bajo era del 50.3, en un nivel medio 50.5 y un escenario alto de 50.9, todo sin considerar el efecto de las medidas anunciadas para mitigar el impacto del COVID-19.

La propuesta, para enfrentar los impactos socioeconómicos de la crisis producida por la enfermedad del nuevo virus plantea que los gobiernos garanticen transferencias monetarias temporales inmediatas que satisfagan las necesidades básicas y sostengan el consumo de hogares.

Lo anterior, mencionan, será crucial para lograr una reactivación sólida y relativamente rápida, el organismo reitera que el alcance de esas transferencias debe ser permanente, ir más allá de las personas en situación de pobreza y llegar a amplios estratos de la población muy vulnerables a caer en ella.

PROPONEN ENTREGA DE INGRESOS BÁSICOS A LA POBLACIÓN

La secretaria ejecutiva de Cepal, Alicia Bárcena, mencionó sobre el informe “El desafío social en tiempos del COVID-19”, que este presenta una estimación del impacto social y los desafíos relacionados que tendría la actual crisis para los países de América Latina y el Caribe a corto, mediano y largo plazo.

Bárcena, añadió que la pandemia ha hecho visibles problemas estructurales del modelo económico y las carencias de los sistemas de protección social y los regímenes de bienestar que hoy nos está resultando muy caro.
“Por ello, debemos avanzar hacia la creación de un Estado de bienestar con base en un nuevo pacto social que considere lo fiscal, lo social y lo productivo”, señaló Alicia Bárcena.

Bárcena, añadió que la pandemia ha hecho visibles problemas estructurales del modelo económico y las carencias de los sistemas de protección social. Foto: La Hora/Christian Gutiérrez

En ese orden proponen la entrega de un ingreso básico de emergencia (IBE) equivalente a una línea de pobreza (costo per cápita de adquirir una canasta básica de alimentos y otras necesidades básicas) durante seis meses a toda la población en situación de pobreza en 2020 (es decir, 215 millones de personas o el 34,7% de la población regional).

Esto implicaría un gasto adicional del 2,1% del PIB para abarcar a todas las personas que se encontrarán en situación de pobreza este año.

POBREZA AUMENTARÁ

De acuerdo con el documento, en 2020 la pobreza en América Latina aumentaría al menos 4.4 puntos porcentuales, es decir 28.7 millones de personas adicionales con respecto al año previo por lo que alcanzaría a un total de 214,7 millones de personas.

Entre estas personas, la pobreza extrema aumentaría 2,6 puntos porcentuales (15,9 millones de personas adicionales) y llegaría a afectar a un total de 83,4 millones de personas.

Este informe agrega que en este escenario de mayor pobreza y desigualdad, amplios estratos de la población de la región viven en condiciones crónicas de inseguridad económica y son muy vulnerables ante las pérdidas de ingresos laborales.

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De esta forma, la CEPAL estima que alrededor del 10% de las personas que se encontraban en situación de pobreza no extrema en 2019 (11,8 millones de personas), vería deteriorada su situación económica y caería en una situación de pobreza extrema.

PANDEMIA AGUDIZA DIFICULTADES DE LA POBLACIÓN

El reporte hace énfasis en que los grupos especialmente vulnerables a la crisis, serían las mujeres, las personas de estratos de ingresos bajos y medios-bajos, los trabajadores informales, las trabajadoras domésticas remuneradas, los niños, niñas y adolescentes, los jóvenes, las personas mayores, la población rural, los pueblos indígenas, los afrodescendientes, las personas con discapacidad, los migrantes, y las personas en situación de calle.

“La pandemia ha agudizado las dificultades de la población —especialmente la más pobre y vulnerable— para satisfacer sus necesidades básicas”, afirmó la alta funcionaria.

De acuerdo con este reporte, la proyección de CEPAL sobre población en situación de pobreza extrema y pobreza en 2020 para Guatemala, en un escenario bajo era del 50.3, en un nivel medio 50.5 y un escenario alto de 50.9, todo sin considerar el efecto de las medidas anunciadas para mitigar el impacto del COVID-19.

Además, señala que los peores resultados se esperan en las economías más grandes de la región.

Es probable que los hijos de las familias más pobres se vean obligados a entrar en el mercado de trabajo, lo que incrementaría las tasas de trabajo infantil (que corresponden al 7,3 por ciento de los niños de 5 a 17 años, unos 10,5 millones de niños (OIT, 2018).

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