Por Grecia Ortíz
gortiz@lahora.com.gt

Han transcurrido varios meses desde que murió Carlos, más conocido como “Goyito”, un joven guatemalteco de 16 años que intentó migrar a Estados Unidos, pero no lo logró y murió en custodia de la Patrulla Fronteriza, ahora su familia en San José el Rodeo en Cubulco, Baja Verapaz, trata de sobrellevar la vida sin él, pero las consecuencias y la herida dejada por su pérdida aún son recientes para sus padres.

La muerte del adolescente guatemalteco ocurrió en mayo recién pasado, en el mes del año fiscal 2019 en que más migrantes de diferentes nacionalidades fueron detenidos por la Patrulla Fronteriza estadounidense, y que a su vez desencadenó una serie de medidas de la administración del presidente Donald Trump para mermar la migración irregular.

Un familiar del joven explicó a La Hora Voz del Migrante que en todo momento la familia lo apoyó a pesar de que sabían que el viaje era peligroso.

Así que para pagar el viaje obtuvieron créditos, cuando Goyito migró lo hizo acompañado de su hermana, que aún está luchando por su caso en una Corte Migratoria, aunque aseguran temen que en cualquier momento vuelva en un vuelo de deportados.

“Siempre hay necesidad porque después vinieron otros gastos, además, se está pagando la deuda del viaje, como familia nos quedamos con eso porque somos nosotros los responsables”, aseguró.

El joven era muy conocido en la comunidad y se destacaba por su habilidad en tocar instrumentos musicales. Hace algunos meses, decidió migrar sin imaginar lo que ocurriría.

UN DOLOR QUE AÚN ESTÁ PRESENTE

Goyito era muy importante para su familia que ahora siente mucho su ausencia, tras su muerte, su mamá ha presentado problemas de salud más recurrentes, así que ahora debe comprar medicamentos con más frecuencia.

Por lo anterior, agradecerían cualquier tipo de apoyo, aseguró el familiar entrevistado, porque la situación aún no es sencilla para ellos.

“En el campo es difícil encontrar empleo, pero si alguien quiere ayudarnos pues estamos en la aldea San José, El Rodeo, de Cubulco Baja Verapaz, es el lugar donde estamos nosotros”, refirió.

La hermana de Goyito se encuentra en Estados Unidos, tratando de luchar para lograr normalizar su situación migratoria, pero sus familiares tienen temor que en algún momento la puedan deportar, “ratito menos los avientan para acá, nosotros aquí nos quedamos afectados, pero de todos modos estamos haciéndole frente a lo que tenemos encima”.

La partida del joven sin duda les afectó, era la esperanza para sus padres y los llenaba de alegría, ahora en los últimos meses han tratado de salir adelante, pero la vida, aseguran, es muy difícil en su ausencia.

Si usted desea apoyar a la familia y tiene la posibilidad puede visitarlos en su aldea en Baja Verapaz y pedir indicaciones para llegar al lugar o escribir a las redes sociales de La Hora o La Hora Voz del Migrantes para hacer el enlace con ellos.

SE ACERCA EL ANIVERSARIO DE LA MUERTE DE YOSELINE

En diciembre próximo, la niña guatemalteca Yoseline, cumplirá un año de su muerte en custodia de las autoridades fronterizas de EE. UU. un caso que marcó el de más niños guatemaltecos que fallecieron en situaciones similares y por los que se despertó indignación no solo de grupos sociales, sino también de congresistas estadounidenses e incluso celebridades.

En el año fiscal 2019, según cifras de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de los Estados Unidos (CBP, por sus siglas en ingles), fueron detenidos 30 mil 329 niños, niñas y adolescentes no acompañados de origen guatemalteco.

Mayo fue el mes en que se registró la mayoría de detenidos por la Patrulla Fronteriza.

En cuanto al caso de Goyito, el joven guatemalteco fue localizado fallecido en mayo pasado y previo a ello ya había manifestado que se sentía mal, esto a causa de una influenza, por lo que le recetaron Tamiflu, y fue trasladado a Weslaco, Texas, para evitar que la gripe se contagiara al resto de detenidos.

Sin embargo, Goyito no fue hospitalizado, de acuerdo con un funcionario, quien a su vez añadió que las instalaciones de la CBP tenían proveedores de servicios médicos que podían supervisar a los detenidos, aunque el funcionario dijo que no sabía cuáles eran los síntomas específicos que presentó el joven.

En su momento se conoció que el FBI investigaba el caso, así como la policía local y el Inspector General del Departamento de Seguridad Nacional, pero hasta ahora no se han conocido más avances del caso.

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