La jueza Abelina Cruz Toscano es la segunda mujer al frente del Juzgado de Mayor Riesgo D, su antecesora es Erika Aifán. Foto: La Hora / José Orozco.
La jueza Abelina Cruz Toscano es la segunda mujer al frente del Juzgado de Mayor Riesgo D, su antecesora es Erika Aifán. Foto: La Hora / José Orozco.

Su nombre es Abelina Cruz Toscano y por su juzgado, en la Torre de Tribunales, se dilucidan varios de los casos de mayor corrupción en Guatemala, que fueron investigados por la antigua Fiscalía Especial Contra la Impunidad (FECI). La juzgadora suma 13 años impartiendo justicia y desde que llegó al Juzgado de Mayor Riesgo D sus resoluciones han sido cuestionadas y señaladas por librar a políticos acusados de corrupción. En entrevista con La Hora, la togada asegura que todas sus actuaciones están «apegadas y fundamentadas en derecho».

Los nombres de los exministros de Comunicaciones: Alejandro Sinibaldi y José Luis Benito, así como el del excandidato a la Presidencia, Manuel Baldizón, y el exsecretario de la Presidencia, Gustavo Alejos, han salido victoriosos tras los fallos de la jueza Abelina Cruz. Dichos actores políticos, acusados en casos de millonaria corrupción, hoy se encuentran en libertad, con procesos cerrados o penas mínimas. «Mi respuesta está en la resolución», subraya la togada ante los señalamientos de organizaciones y sociedad civil de beneficiarlos.

Abelina Cruz inició su carrera en el Organismo Judicial como pasante en un Juzgado de Familia en el 2002, luego obtuvo el cargo de comisaria en una Sala de Audiencias del Ramo Civil. Pasó a ser notificadora y oficial en el Consejo de la Carrera Judicial hasta el 2011, cuando fue nombrada jueza de paz. Tras finalizar sus estudios en la Escuela de Primera Instancia, fue designada como jueza suplente de Mayor Riesgo, hasta que obtuvo una titularidad en el Tribunal de Mayor Riesgo E y a finales de enero de 2023 fue trasladada al Juzgado de Mayor Riesgo D.

El despacho de la jueza Abelina Cruz, de 56 años, se encuentra en el nivel 14 del edificio de la Torre de Tribunales, en la zona 1 capitalina. Su oficina está a escasos pasos de la entrada de la comisaría de dicho juzgado. Sobre su escritorio reposa un mazo de la justicia de madera, una dama de la justicia y un arreglo de orquídeas lilas —apunta a ser un obsequio por una tarjeta que le acompaña—. «Me encantan las flores, tengo mi planta de la buena suerte aquí también (señala a un costado)».

La comisaría del Juzgado de Mayor Riesgo D se ubica en el décimo cuarto piso de la Torre de Tribunales. Foto: La Hora / Diego España.
La comisaría del Juzgado de Mayor Riesgo D se ubica en el décimo cuarto piso de la Torre de Tribunales. Foto: La Hora / Diego España.

Los juzgadores no son reconocidos por dar declaraciones a la prensa y menos para discutir sobre las carpetas judiciales que tienen bajo su control, puesto que lo anterior sería motivo de una recusación y el caso pasaría a manos de otro juez. Tras varios intentos infructuosos de llevar a cabo esta entrevista, el pasado 19 de agosto Abelina Cruz accedió a hablar con La Hora, con la excepción de no responder a cinco preguntas referentes a situaciones incómodas en las que podría encontrarse un juez.

¿JUSTICIA SECUESTRADA?

En los últimos años, la justicia en Guatemala ha sido señalada de estar controlada y secuestrada por estructuras de poder que han iniciado una persecución política contra ex operadores de justicia, defensores de derechos humanos y periodistas, mientras que ha otorgado beneficios por medio de juzgados, tribunales y cortes a personas investigadas por la FECI, que dirigió Juan Francisco Sandoval.

La reciente visita de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) señaló una instrumentalización de la justicia contra las personas que luchan contra la corrupción y la impunidad. En ello coincidió el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos. Sobre lo anterior, la jueza Abelina Cruz ve la justicia «como el barco que debe sostenerse al pie de la tormenta y debe mantenerse firme ante cualquier polarización».

Para la togada es válido lo que digan organismos internacionales, pero prefiere mantenerse distante de esa opinión. «La justicia se ha mantenido, independientemente del criterio (ríe) y de las opiniones, se ha mantenido. Un Estado de derecho se ha mantenido, están las instancias para que las personas puedan recurrir. La justicia puede ser favorable para unos y para otros no, pero esa es la justicia», sostiene.

La jueza Abelina Cruz presidio el juicio del abogado Sergio López Villatoro, alias el "Rey del Tenis", del cual resultó absuelto de todo delito junto a su hermana y el exmagistrado Eddy Orellana. Foto: La Hora / Sergio Osegueda.
La jueza Abelina Cruz presidio el juicio del abogado Sergio López Villatoro, alias el «Rey del Tenis», del cual resultó absuelto de todo delito junto a su hermana y el exmagistrado Eddy Orellana. Foto: La Hora / Sergio Osegueda.

—¿Cómo ve los señalamientos de la CIDH y otros organismos internacionales sobre una cooptación en el sector justicia para favorecer a políticos y personajes de poder?

«Fuerte la pregunta. Yo considero que cada una de las organizaciones en sus respectivos informes ha emitido una opinión que para ellos es su percepción. Desde el punto de vista del Organismo Judicial se está impartiendo la justicia bajo mandato constitucional y le hablo de mi persona. Yo estoy apegada a la ley y el derecho y eso es lo que rige mi actuar», comenta Abelina Cruz ante las evaluaciones e informes que posicionan desfavorablemente a Guatemala.

La togada, quien fue pionera entre las juezas de paz en conocer delitos menos graves, define la independencia judicial como el «derecho de las partes (acusados y acusadores) a que el juez esté libre de toda presión: mediática, política, social, cualquiera. No es una facultad del juez, es un derecho de las partes, una garantía» y refiere que el perfil del juez recae en tener la «vocación de servir».

SEÑALAMIENTOS Y RESOLUCIONES

La jueza Abelina Cruz aceptó la entrevista luego de pedir una copia de la serie de preguntas y refirió por medio de su secretaria que accedería a la misma, pero qué no daría respuesta a las últimas cinco interrogantes que buscaban respuesta a los señalamientos de favorecer a personajes políticos. La Hora accedió en aras de conocer su visión de la justicia. —Esta es un pregunta obligatoria. ¿Por qué no quiere responder las otras preguntas?— se le cuestionó al finalizar a las que sí había accedido.

«Porque personalmente no me he encontrado en ninguna de esas circunstancias. Por ejemplo, me preguntaba si un juzgador puede reunirse con las partes procesales fuera de las audiencias y yo no me he encontrado en esa situación porque precisamente la judicatura es de puertas abiertas. En ese sentido, todas sus peticiones serán resueltas en audiencia», asegura sobre la ética en sostener encuentros con sindicados o personas vinculadas.

La primera vez que el nombre de la jueza Abelina Cruz acaparó las portadas de los diarios fue en 2018, cuando en una audiencia a puerta cerrada otorgó arresto domiciliario a la entonces magistrada de la Corte Suprema de Justicia (CSJ), Blanca Stalling, acusada de tráfico de influencias. Ese benefició le permitió a Stalling volver a su cargo en dicha corte.

—Usted lleva casos muy fuertes que involucran a personajes políticos acusados de incurrir en corrupción como: Sinibaldi, Alejos, Baldizón, el «Rey del Tenis» (Sergio Roberto López Villatoro), entre otros, a los que les ha cerrado el caso o absuelto. En redes sociales la señalan de librarlos a cambio de sobornos, ¿por qué no responder a esa pregunta?

«Porque la respuesta está en mis resoluciones. Si me preguntan por qué resolvió así con Sinibaldi yo les diría que lean mi resolución, además sé lo que tuve a la vista. Mis resoluciones tardan 45 minutos a 1 hora y es por la cantidad de medios (pruebas) que yo tengo a la vista. Mi resolución es apelable, es un derecho constitucional. Mi resolución habla por mí, ahí yo plasmé por qué consideré que existe o no existe el delito. Eso está encuadrado en derecho», responde.

Jueza Abelina Cruz: primero absolvió a "el Rey del Tenis", siguieron Benito, Alejos y Sinibaldi

A Baldizón y Sinibaldi la jueza Abelina Cruz les cerró el caso este año. Ambos eran acusados en entramados millonarios de corrupción, pero su fallo indicó que no existían las pruebas suficientes para enviarlos a enfrentar un juicio. Los dos han señalado a la FECI de Sandoval y la CICIG de culparlos, ahora con la fiscal general, María Consuelo Porras, a la cabeza del Ministerio Público (MP) no han demostrado su malestar de forma pública como cuando Thelma Aldana lo dirigía.

Porras está sancionada por 42 países bajo señalamientos de ser una actora corrupta y antidemocrática. Arévalo la acusó públicamente semanas atrás de ser la “principal cómplice de la minoría corrupta” del país. A ella se suman jueces penales sancionados por el gobierno estadounidense, quienes tienen prohibido el ingreso al país norteamericano.

—¿No le preocupa que el Departamento de Estado de Estados Unidos la pueda incluir en la Lista Engel que sanciona a los personajes corruptos y antidemocráticos donde ya figuran algunos de sus colegas jueces?

«No sé en qué basan esa lista, tal vez ellos (el Departamento de Estado) son parte de los procesos. En mi caso no he tenido a ninguna de estas instituciones y si hubieran sido parte tendrían los recursos legales para ir a otras instancias. Mis resoluciones todas están apegadas a derecho, yo sí creo que estamos en un Estado de derecho y que los jueces sabemos la responsabilidad que llevamos y esa responsabilidad se cuestiona por personas que no han tenido a la vista el proceso. Yo sí pido que se respeten mis resoluciones», concluye la jueza.

Abelina Cruz es la segunda mujer a la cabeza del Juzgado de Mayor Riesgo D, la primera fue Erika Aifán, hoy exiliada en Washington tras salir del país por una persecución política, según denunció. Tras la salida de Aifán otros dos jueces han ocupado el cargo, pero no han durado dilucidando los expedientes de más alto impacto de Guatemala.

Diego España
Me intereso en temas políticos, sectores vulnerables y de justicia. Narro historias de ciudadanos de a pie. Considero que las disidencias nos hacen ver y cuestionar la realidad haciéndonos más humanos. Comprometido con la memoria histórica y en informar verazmente.
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