La disponibilidad de alimentos se ha dificultado para las personas. Foto La Hora/Arnulfo Franco/AP

Por Denis Aguilar
daguilar@lahora.com.gt

Un estudio de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés) señala que la pandemia del COVID-19 ha generado cambios en los hábitos de consumo, ya que estos han tendido a preferir dietas menos nutritivas.

Según el estudio de la FAO, esta situación se ha dado en países como Guatemala, donde estos hábitos se han adaptado debido a la disminución de los ingresos familiares y a las restricciones a la movilidad que se han establecido para evitar la propagación de la pandemia.

La FAO recordó que la tendencia a consumir alimentos con bajos niveles de nutrición puede significar mayores riesgos de contraer enfermedades, lo cual se deriva por situaciones de malnutrición por sobrepeso, obesidad y desnutrición.

“Un problema de salud pública aún más grave en tiempos pandemia, toda vez que la COVID-19, según la evidencia disponible, es especialmente peligrosa para las personas con sobrepeso y obesidad”, explicó la FAO.

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Con el avance de la pandemia, se ha evidenciado un aumento en el consumo de productos enlatados, empaquetados y no perecibles, señala el informe.

“Por lo general, dichos productos son menos costosos que los frescos, y son físicamente más accesibles, convirtiéndose por tanto en la principal opción para la población que está viendo afectada severamente su capacidad adquisitiva debido a la crisis causada por la COVID-19”, afirmaron.

No obstante, en el informe explican que la pandemia ha impactado en la cadena de suministros de alimentos, especialmente en aquellos productos que aportan valores nutritivos, como lo son las verduras, frutas, legumbres, pescado, entre otros.

El COVID-19 también ha influido en la calidad de la alimentación de las personas. Foto La Hora/Moises Castillo/AP

En contraposición, la FAO indicó que hay un aumento en el consumo de productos ultraprocesados, con niveles elevados de azúcares, grasas saturadas, sodio y calorías.

Por lo anterior, la FAO hizo un llamado a asegurar el funcionamiento de la cadena de suministro, con énfasis en los pequeños y medianos productores, quienes son los principales proveedores de alimentos frescos y saludables.

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