Aunque una niña clama en Santa Catarina Ixtahuacán no querer más disparos, sino la paz entre los pobladores de su municipio con los de Nahualá, ambos de Sololá, el diálogo impulsado por el presidente Alejandro Giammattei arriba a su segunda semana de estancamiento y olvido.
Prevalece que el Congreso de la República aprobó el pasado 19 de enero la prórroga del Estado de Sitio en esos dos municipios “con el fin de preservar el clima de seguridad que se ha alcanzado, manteniendo la presencia de las fuerzas de seguridad, mientras se continúa con las mesas de diálogos promovidas», según el Decreto Gubernativo 1-2022.
VIOLENCIA, DIÁLOGOS FALLIDOS
En diciembre pasado, recrudeció la violencia en las disputas territoriales entre ambos municipios que dejaron como saldo trece personas muertas, incluidos tres menores y policías en dos sucesos distintos y varios agentes heridos. Estos hechos destaparon una vez más un conflicto ancestral que en los últimos 150 años no ha logrado solucionar ningún gobierno.
“Este incremento de la violencia suma una serie de causales que van más allá del uso de la tierra, los bosques, el agua o el crecimiento urbano. Añada las luchas de poder de agentes externos a las poblaciones, la crisis económica debido a la pandemia, migración y ausencia del Estado para encontrar soluciones integrales que vayan más allá de las causas superficiales”, comenta el historiador Rodolfo González Galeotti, autor de un estudio sobre Santa Catarina Ixtahuacán durante el régimen conservador, desde el siglo XVIII.
Soluciones complejas de dos territorios que se entrecruzan, que los une la misma etnia maya k’iche’ y la misma fecha para celebrar a su patrona, Santa Catalina de Alejandría, el 25 de noviembre. Sin embargo, la complejidad alcanza distintas problemáticas que abarcan la historia, antropología, social, económico, político e incluso la seguridad local debido a la supuesta infiltración de crimen organizado y coyotaje.
Este escenario requirió acelerar el paso para iniciar un proceso de paz en ambos municipios, el cual contó con el ofrecimiento del presidente Alejandro Giammattei de aportar Q50 millones en proyectos de mejoramiento.
Esta propuesta de solución ha sido criticada por analistas, al considerar que fomentaría a otros pueblos con diferencias consideren que la forma de llamar la atención del gobierno sea armar un zafarrancho para recibir más dinero.
Por otro lado, es inconstitucional porque según el artículo 27 de la Constitución Política de la República queda prohibida la asignación adicional del Presupuesto General de Ingresos y Egresos del Estado para las municipalidades que no provenga de la distribución de los porcentajes que por ley les corresponde sobre impuestos específicos, anota el procurador de los Derechos Humanos, Jordán Rodas.
Con el propósito de contribuir a conocer más sobre este centenario diferendo y posibles vías de solución, La Hora consultó con tres expertos quienes aportan su visión y posibles salidas para que ambos pobladores encuentren en el corto y largo plazo una convivencia pacífica.
PLAN DE INTELIGENCIA AUSENTE
En pleno Estado de Sitio, el 7 de enero, más de 500 agentes de la Policía Nacional Civil (PNC) y fiscales del Ministerio Público sufrieron una emboscada por parte de hombres armados en áreas de Nahualá, con saldo de la muerte del inspector Mauricio Canahuí y varios agentes heridos.
El reporte de lo incautado es desproporcional. Nueve personas capturadas; se incautaron 5 armas hechizas de fabricación artesanal, un rifle, 22 artefactos explosivos de bombas caseras y 911 municiones.
Carlos Menocal, exministro de Gobernación señala que las armas incautadas son risibles. Ni un solo fusil, sino fuegos pirotécnicos y pistolas, además que los capturados eran personas con procesos judiciales, sin relación con los hechos de violencia.
Recuerda que esta fue una zona de enfrentamientos durante el conflicto armado interno y también se ha caracterizado por la presencia grupos de asaltantes y secuestradores alrededor del 2010, como la banda Los Pujujiles y Agosto Negro.
“Evidentemente hay grupos armados; se encontraron boquetes, parapetos, zanjas para enfrentarse. Esto es de personas que tienen conocimiento y experiencia en operaciones. Lograron que se replegaran más de 500 elementos de las fuerzas de seguridad”, afirmó.
Caer en la emboscada es considerada por Menocal como “una situación de alguna manera vergonzosa para los agentes que implicó una ausencia de labor de inteligencia del Estado y del Consejo Nacional de Seguridad, en donde, por ley, deben trazar una agenda de riesgos y amenazas, y hasta el momento no hay respuestas de este fracaso”.
“El Estado de Sitio es un fracaso, la inteligencia estatal, un fracaso y lo mismo el Consejo de Seguridad. Ante esto, militarizan y amplían las restricciones ciudadanas”, comentó.
SIGLOS DE CONFRONTACIÓN
Fue en 1793 cuando se registra la primera protesta contra autoridades coloniales en Santa Catarina Ixtahuacán, debido al trabajo forzado en los repartimientos de hilado y carne, porque las mujeres debían devolver lana en hilo como sistema de maquila durante la Colonia, registra el historiador González Galeotti, quien ha documentado un hilo cronológico de estos dos municipios a partir del siglo XVIII hasta la fecha.
En ese caso fue una disputa de origen tributario, pero en adelante, alrededor de 1760 hasta 1870, Santa Catarina mantiene conflictos territoriales, agrícolas y políticos con sus vecinos de Zunil y Santa María Visitación, los cuales resuelve.
El antropólogo Diego Vásquez va más atrás, al explicar que el conflicto parte del periodo colonial entre dos comunidades que fueron “reducidas” o reorganizadas territorialmente: Amaq’ y Sija (Ixtahuacán). De ahí surgieron diferencias que no fueran resueltas y se exacerbaron en el primer siglo republicano, cuando el Estado se consolidaba y hubo muchos cambios.
La confrontación política no resuelta entre estas dos comunidades llegó a su punto álgido en 1865, cuando dos grupos liderados por Manuel Tzoc y Miguel Salquil, quien era acusado de cobrar más tributos en Santa Catarina, registran agresiones que requieren el envío de milicias para mantener la paz en el pueblo, documenta el historiador.
Con el apoyo de la iglesia Católica Tzoc decide en 1866 independizarse y conforma un nuevo municipio: Nahualá.
Además, contó con el aval de autoridades gubernamentales de entonces, e Inscribieron el municipio, pero no definieron los límites, relata el columnista Jesús Gómez. “Así fue cómo surgió el conflicto limítrofe entre los dos municipios y la actual disputa sobre cinco fincas, la más conocida es la Finca El Alto”.
Hacia 1926 las instituciones de gobierno delimitaron ambos municipios formalmente, luego, durante los siglos XX y XXI se registran sucesivos conflictos en los años 1986, 1999-2000, 2010, 2018 hasta la actualidad, recordó González Galeotti, quien aclara que su trabajo se ha centrado en la investigación documental, no en el trabajo de campo.
Vásquez reflexiona que los conflictos territoriales se repiten en forma circular, quedan irresueltos y en cada vuelta acumulan nuevos problemas, pero en la vida cotidiana, la realidad es distinta: se casan las personas entre ambos municipios, comercian entre ellos, incluso culturalmente son prácticamente iguales.
“En la Bocacosta hay pocos o nulos conflictos porque cultural e históricamente la relación ha sido distinta, más cercana y colaborativa, quizás influye el hecho de que no está la cabecera en la tierra caliente, sino en la fría”, explicó.
Además, que en este periodo parte de la conflictividad puede darse debido a que las personas estarían empeñando terrenos con los coyotes, como una garantía para migrar a Estados Unidos, aunque es una tesis no confirmada.
González Galeotti no descarta la presencia del crimen organizado, cuestiona quiénes saldrían beneficiados con esto, pero en este momento, ambos municipios resultan afectados.
SOLUCIONES DE FONDO
Encontrar la paz en dos municipios con diferencias históricas no será tarea fácil. Para Carlos Menocal, además de lo complejo y convulso se añade un abandono del Estado, porque pueden observarse comunidades que padecen inseguridad alimentaria, pobreza y condiciones climáticas que los han desfavorecido, señaló.
EN CUANTO AL APORTE
Por tanto, no se debe minimizar un proceso de gran envergadura que tiene abordajes complejos e históricos, para lo cual propone cuatro puntos: Primero, devolver la gobernabilidad y la paz; segundo, buscar procesos de desarrollo humano; tercero, enviar señales de aclarar masacres ocurridas y capturar a los responsables, lo que reduciría el detonante, y cuarto, trabajar en procesos para el resarcimiento de las víctimas con programas de gobierno que lo apoyen.
“Los acuerdos deben comenzar con el respeto a las personas, no pueden ser subestimadas ni tratadas con racismo, como cuando el presidente Giammattei les dice que parecían “güiros”, durante la negociación, expone González Galeotti.
Además, considera que existe responsabilidad del Estado en la delimitación del territorio; sin embargo, parte de la solución radica en armonizar un sistema ancestral comunitario de la propiedad versus el uso de la propiedad privada.
La PNC y el Ejército de Guatemala reportan un conato de enfrentamiento y agresiones a las autoridades en el que estarían involucrados pobladores de Nahualá.
? Ejército de Guatemala pic.twitter.com/Y0Hi2aKyKN
— Diario La Hora (@lahoragt) January 2, 2022
De su lado, Vásquez apela primero a controlar la violencia y luego seguir la lógica del consenso, tomando en cuenta que son comunidades con un historial de defensa colectiva. Además, coincide con González Galeotti en no ningunear o infantilizar este conflicto desde una óptica paternalista y racista.
Asumir todos estos elementos quizás pueda significar un punto de partida para que las comunidades vecinas puedan convivir tranquilas.
En este sentido, mejor no lo pudo decir una niña de Santa Catarina Ixtahuacán, quien sostenía un cartel con este mensaje: “Queremos límite territorial, ya no queremos disparos, queremos paz a nuestro municipio, sus aldeas y caseríos”.
PUEBLOS ANCESTRALES
El departamento de Sololá está integrado por 19 municipios con habitantes de las etnias tz’utujil, k’iche’ y kakchikel. Estas son algunas de los contrastes y similitudes entre los dos municipios en conflicto.
Santa Catarina Ixtahuacán
Poblado de origen prehispánico, perteneció a los departamentos de Quiché y Totonicapán. Su población es k’iche’. En 1999 la cabecera municipal se traslada de su sitio original debido al huracán Mitch.
Proyección de población: 62,342 habitantes (año 2022)
Extensión territorial: superficie de 164.97 km2. (INE) o 120 Km2., según Segeplan, tomado de Información recolectada por Lagun Artean. Otras fuentes registran 218 km2.
Fiesta titular: del 16 al 24 de noviembre en honor de Santa Catalina de Alejandría.
Nahualá
Fue fundado en los primeros años del periodo colonial, cuando era parte del municipio de Santa Catarina Ixtahuacán. Se eleva a categoría de municipio en 1884, pertenecen a la etnia k’iche’.
Las proyecciones de población estiman hasta 95,623 habitantes (año 2022).
Extensión territorial de 186.22 km2
Fiesta titular: del 22 al 27 de noviembre en honor a Santa Catalina de Alejandría.
Fuentes: INE, Segeplan.