Rafael Cárcamo es médico de profesión y presidente de la Diáspora Global Nicaragüense, una entidad civil que aglutina a cerca de dos mil conciudadanos residentes en el extranjero, algunos de ellos en el exilio político.
En estos días, la persecución y arresto de los aspirantes presidenciales por parte del gobierno de Daniel Ortega y su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo, se ha vuelto una constante. Hasta el 6 de julio sumaban ya seis políticos, de acuerdo con el Centro de Derechos Humanos.
Calificado como un escenario de terror, de tal cuenta que la Organización de Estados Americanos (OEA), aprobó a mediados de junio, una resolución para exigir a Ortega la liberación inmediata de los precandidatos presidenciales y demás presos políticos. Esta contó con el respaldo de 26 de los 34 países miembros. En contra votaron tres: la propia Nicaragua, Bolivia y San Vicente-Las Granadinas; y otros cinco países se abstuvieron de votar: Honduras, Belice, Dominica, México y Argentina.
Por lo anterior, Cárcamo estuvo de visita en Guatemala, con el objeto de buscar alianzas con la sociedad civil y empresarios para evitar la continuidad del orteguismo. No olvida que, en 2018, el gobierno de Guatemala se abstuvo dos veces de votar en contra de Nicaragua, en el marco de las protestas contra el gobierno que dejaron más de 300 muertos.
La Diáspora Nicaragüense tiene la vista puesta en las próximas elecciones en su país, a celebrarse en noviembre. En tan sentido, busca promover la defensa de los derechos humanos, el derecho al voto en el extranjero y un documento clave: la cédula de identificación.
En la siguiente conversación, Cárcamo, ciudadano nicaragüense-estadounidense, se refiere a la lucha que lleva en el extranjero hace más de 20 años, puesto que la esperanza es lo último que se pierde.
La Hora: ¿Cuál es la estrategia del grupo que dirige y cuánto lo respaldan?
Rafael Cárcamo: Estimo que ya somos más de dos millones de nicaragüenses fuera del país. Ahorita el padrón electoral supera los 6 millones de personas. Fácilmente, un 20% de la población está fuera del país.
Esta es una lucha que he tenido por más de 20 años. La Constitución Política nos permite ejercer el derecho al voto en el exterior. A pesar de esto, no hay voluntad política; no solo de este gobierno, tampoco de los anteriores. En 2020, Nicaragua captó US$1,851.4 millones en remesas. Le garantizo que cada familia tiene uno de sus miembros en el exterior y se encarga de enviarle dinero para su sustento diario.
LH: Además de la lucha por ejercer el voto, ¿qué más busca en el exterior?
RC: Lograr que la comunidad internacional despierte, alce la voz y presione al gobierno de Ortega para que puedan darse elecciones libres. Difícil, pero no imposible.
Como mínimo, sería lo correcto no dejarlo participar. Que saque a los presos políticos, permita elecciones supervisadas, el voto en el exterior y que regrese la personería jurídica a los partidos políticos que la tienen negada.
En 2019 visitamos la OEA y entregamos un documento sobre reformas electorales al secretario general, Luis Almagro. Hay un memorando de entendimiento del que Ortega ha hecho caso omiso.
La idea es ver de qué manera nos empoderamos como ciudadanos que vivimos en el exterior para alzar voz, se nos reconozcan nuestros derechos como representantes reales de la oposición, en estos momentos difíciles. Tratamos de que, lo que no puede hacer el pueblo desde dentro, lo podamos hacer desde afuera.
Ortega tiene de su lado a la policía, al ejército y el empresariado. Usa a las instituciones e instrumentos legales para enjuiciar a su manera.
LH: Ortega aspira a su cuarto mandato, cada vez más aislado y con el desprecio de la comunidad internacional. ¿Cuál es su plan?
RC: Quiere diezmar a la población, infundir miedo para que la gente no salga a votar. Al no haber aspirantes oficiales, no hay opositores. Pero pueden darse sorpresas.
LH: ¿Cuál ha sido el rol del empresariado?
RC: Está en un dilema, definitivamente. Los empresarios han acumulado dinero gracias al mandatario. Otros quisieran un cambio, pero tampoco quieren dejar sus ganancias. Ellos ponen sus intereses al frente, no al país. Pero no entienden que Ortega les pasará la cuenta. Si no se alinean, los puede echar, y ese momento llegará.
Perfil
• Médico familiar de profesión, con una trayectoria de más de 30 años.
• Presidente de la Diáspora Global Nicaragüense, se maneja con fondos propios.