Por Ana Lucía González
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Después de más de un año de pandemia, la carrera contra el coronavirus está lejos de finalizar. Especialmente con un escenario con un incremento que supera los mil nuevos casos diarios de Covid-19 en los últimos días, en contraste con un plan de vacunación que ha despertado más dudas que confianza entre la población y autoridades de salud que se han visto rebasadas ante un plan de inmunización nacional más complejo de cumplir que lo esperado.
Esta es la percepción de la diputada del partido Semilla y ex ministra de Salud, Lucrecia Hernández Mack, quien considera que existen grandes brechas entre el plan trazado y lo operativo, carencia de personal, de sistemas de cómputo y errores en comunicación. No obstante, reconoce que el desafío es inmenso.
A este análisis se suma Adrián Chávez, exviceministro técnico de salud, quien aporta algunas ideas para desenredar los nudos de las siguientes fases de vacunación y que puedan completarse en forma más efectiva.
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CHÁVEZ: NO HUBO PLANIFICACIÓN OPERATIVA
El Ministerio de Salud Pública (MSPAS) ha tenido tiempo para planificar este proceso de vacunación, el problema que vemos es que elaboraron un plan en papel, pero no hicieron la identificación de brechas entre el papel y lo que operativamente se necesita, y se dispone. “Se saltó esta parte”, afirma Chávez.
Además, considera que el plan de vacunación es sólido, tiene fases, objetivos de cada una, necesidades del sistema de información, cadenas de frío, sin embargo, pareciera que solo lo lanzaron a los servicios de salud para que ellos vieran cómo lo implementan.
De acuerdo con un monitoreo realizado en los centros de vacunación, se observa que no hubo una planificación operativa que desplegara las necesidades de inventario o presupuesto: el personal necesario, los vehículos, cuánto equipo de cómputo, impresoras, conectividad y tablets. Resultado de eso, se ha generado en campo una serie de deficiencias y carencias, falta de claridad en las metas. Por ejemplo, en fase 2 no se tiene claro el universo a vacunar, añadió el experto.
Por un lado, aseguraron que el Sistema de Información sí podría identificar lotes de vacunas, los responsables, incluso hasta la persona a quien se administra, y así de forma automatizada generar las citas. Pero nada de esto ha ocurrido. “Se pusieron a innovar en momento de crisis”, afirma.
HERNÁNDEZ MACK: SIN ARMAS PARA ENFRENTAR LA BATALLA
Para la diputada, la experiencia en vacunación del MSPAS se resume a una población diferente: niños, con escasa tecnología y registros manuales. Pero en este caso, la demanda de la situación ha mostrado que los centros están con una serie de carencias. Para empezar, un sistema de cómputo inestable, que se satura fácilmente y donde se carece de conectividad.
Al personal de Salud le piden que vacunen, pero sin equipo ni los insumos necesarios. Algunos han tenido que gestionar por su cuenta camillas, donaciones de medicamentos, toldos, gracias a que han coordinado con empresas o municipalidades. “Es como ir al campo de batalla sin armas”, añadió.
Segundo, hace falta personal para vacunar, aunque dicen que no lo necesitan. La legisladora afirma que al visitar los centros hay pocas personas atendiendo.
Otras deficiencias es que el sistema de información ya no generó citas automatizadas, como tampoco hay suficientes personas haciendo los registros. Como cuarto punto, hace falta una campaña de comunicación en salud más efectiva que permita fomentar buenas prácticas
Es un desafío inmenso. La carga es múltiple y el rezago enorme, reconoce. Por lo anterior, debió considerarse un plan B y que la cartera de Salud fuera más franca en sus expectativas. “Se sobreestimó la capacidad institucional”, puntualizó.
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TRES NUDOS A DESATAR
Según Adrián Chávez, hay tres nudos que complican el proceso de vacunación actual: disponibilidad de vacunas, sistema de registro y estructura normativa.
Considera que los tres problemas se resuelven fortaleciendo el rol rector del MSPAS y su capacidad de conducir el sistema. Esto parte por hacer operativo el Consejo Nacional de Salud y establecer tres líneas de acción.
Primero, al asumir que la adquisición de las vacunas Sputnik ya está avanzada, se deben trabajar en el registro de toda la población, en brigadas interinstitucionales, donde cada institución pueda masificar el proceso de registro, estableciendo cerca de la población, kioscos en mercados, centros comerciales o en visita domiciliar, independientemente de la fase que corresponda. “La idea es que el propio sistema clasifique de manera automática, según edad, comorbilidad, oficio y otros”, expone.
Otro aspecto que se debería trabajar en forma sistemática es la conformación de brigadas interinstitucionales de vacunación. Esto bajo la coordinación de personal del Ministerio de Salud que pueda capacitar a los equipos, asignando roles distintos.
Una vez con la vacuna disponible y el registro bajo control, se puede dar paso a la vacunación masiva. “Incluso, podrían priorizarse los municipios según el sistema de alerta definido”, comenta.
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