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Kazán, Rusia
DPA

El sueño del «hexa» tendrá que esperar al menos cuatro años más: la selección brasileña de fútbol se despidió hoy del Mundial de Rusia en cuartos de final al perder 2-1 con una Bélgica que no para de crecer.

Un gol en propia meta de Fernandinho (13′) y un zapatazo de Kevin de Bryune (31′) decantaron el duelo en el Kazán Arena a favor de Bélgica, que se medirá el martes en San Petersburgo en semifinales con Francia. «Les Bleus» habían derrotado antes a Uruguay por 2-0.

Renato Augusto acortó distancias en el 76′ con un remate de cabeza y el Brasil de Neymar murió de pie, intentando derrumbar la portería de un Thibaut Courtois gigante.

Si la historia y esas cinco estrellas que luce en el pecho colocaban a Brasil como favorito, Bélgica contaba a su favor con la bautizada como «generación de oro». Los Eden Hazard, De Bruyne, Romelu Lukaku y compañía dieron hoy un puñetazo en la mesa con una lección táctica de su entrenador, el español Roberto Martínez.

Es la victoria más impactante de Bélgica y probablemente la más importante de su historia. El martes jugará su segunda semifinal de una Copa del Mundo tras la que perdió en 1986 ante la Argentina de Diego Maradona.

Brasil, por su parte, sumó otro tropiezo en los Mundiales. Su último título, el de 2002, queda ya muy lejano. Rusia 2018 ofrecía la oportunidad de redimirse tras el 7-1 ante Alemania en las semifinales de hace cuatro años. Tendrá que esperar por lo menos a Qatar 2022.

El partido más esperado del Mundial hizo honor al cartel que traía. Bélgica y Brasil buscaron el gol en todo momento. Sin concesiones. Si había que entrar en semis, que fuera por la puerta grande.

Roberto Martínez revolucionó su once y cambió de sistema: pasó de un 3-4-3 a un 4-3-3 y sorprendió subiendo a De Bruyne a la delantera y dejando la banda para Romelu Lukaku. En Brasil la única novedad fue la presencia de Fernandinho ante la baja por sanción de Casemiro.

Vaya si se notó. Fernandinho se metió el primer gol en propia y fue incapaz de frenar a Lukaku en la jugada del segundo. Le quedó enorme el traje de la responsabilidad al jugador del Manchester City, incapaz de poner freno a las contras de los belgas. Hazard y De Bruyne se lucieron a las espaldas del centrocampista.

La primera gran ocasión llevó la firma de Brasil. Miranda peinó un córner en el primer palo y ese ligero toque hizo que Thiago Silva tuviera que hacer un remate poco ortodoxo. Le dio con el muslo y el balón se fue al palo. Y en una jugada similar llegó el primer gol. Kompany rozó la pelota con la cabeza en un centró y Fernandinho la envió al fondo de sus redes.

Brasil respondió con un tiro de Coutinho desde lejos y en el 26′ lo intentó con otro disparo, también fuera del área. Pero en una contra todo se esfumó. Lukaku bajó una pelota con el pecho en su campo, la controló, se fue de Fernandinho en velocidad en el círculo central y asistió a De Bryune. El del City fusiló a Alisson con un potente disparo cruzado.

Ese gol dejaba a la pentacampeona contra las cuerdas. En este Mundial nunca se había visto abajo y ahora estaba obligada a remontar dos goles. Tenía que hacer «un Bélgica»: y es que los de Roberto Martínez remontaron un 2-0 en octavos ante Japón, algo que no se veía en un Mundial desde 1966. ¿Una vez en 52 años y dos veces en menos de una semana?

La camiseta empujó a Brasil hacia el arco de los europeos. Y Courtois, enorme portero el belga, se lució con dos enormes paradas en un minuto. Si la «canarinha» se fue al descanso sin ver puerta, Courtois tuvo mucha culpa.

El descanso venía con dos noticias para Brasil, una mala y otra buena. La mala era que Neymar no había aparecido apenas en los primeros 45 minutos. La buena es que todavía tenía otra mitad para echarse el equipo a la espalda. Es lo que se le pide a los grandes campeones.

Tite quiso agitar el partido y dio entrada a Roberto Firmino en vez de Willian. Y al poco de arrancar la segunda parte quitó a Gabriel Jesús para dar entrada a Douglas Costa.

Y Brasil se lanzó en tromba a por el gol que le metiera en el partido. Bélgica dio un paso atrás, se metió en su área y dejaba descolgados a Hazard y Lukaku para cazar alguna contra y liquidar el duelo.

Renato Augusto llenó de esperanzas a Brasil en el minuto 76 al rematar un centro medido de Coutinho. Le quedaba un cuarto de hora a la canarinha para forzar al menos la prórroga. La «torcida» enloqueció y llevó en volandas a Brasil.

Pudo convertirse en el héroe de la noche Renato Augusto, que tuvo una gran ocasión en el 81 para lograr el empate. Su fue por un suspiro. Y Coutinhho disfrutó de otra oportunidad tras una gran jugada de Neymar.

El duelo acabó en el área de Brasil y una de las últimas jugadas fue un buen resumen: Neymar disparó desde fuera del área y Courtois respondió con un paradón a mano cambiada. Alegría de Bélgica y frustración de Brasil y Neymar.

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