Antonio Alvarado Chávez triunfa en la moda con herencia cultural de GT

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“Soy de Totonicapán y mi corazón siempre ha estado en Guatemala”, así inicia Antonio Alvarado Chávez la entrevista para La Hora Voz del Migrante, un guatemalteco que residió durante varios años en Estados Unidos, México y ahora en Canadá, en donde ha logrado superarse con mucho esfuerzo y dedicación para brillar internacionalmente en el campo del diseño y la moda.

Primero afirma que es un apasionado del país que lo vio nacer y de la cultura guatemalteca, y aunque salió de Guatemala sus sentimientos no lo han hecho olvidar su tierra.

Agrega que todos lo conocen como “Chávez”; recuerda su niñez y adolescencia en Guatemala, que migró cuando tenía 16 años, como la mayoría “caminando”, con el sueño de encontrar prosperidad y estabilidad en otro lugar.

La moda siempre ha sido parte de su vida, además, traía un instinto que lo impulsaba desde joven a mejorar. “Ha sido una inquietud y la habilidad llega con el tiempo”, sostiene.

Luego de salir de Guatemala llegó a México, pero no había ni llegado al Distrito Federal cuando se le acabaron los fondos, aunque recuerda que en esa travesía conoció muchos lugares en donde trabajó en varias profesiones.

“Eventualmente llegué a la frontera con Estados Unidos, intenté cruzar varias veces y me deportaron. Yo ya tenía acento mexicano, eventualmente llegué y me establecí en Los Ángeles, pero siempre con el miedo a que me agarrara migración”, recordó.

 

EL CAMINO A SU META

En Estados Unidos continúo su movilización por San Francisco y Sacramento, California fueron sus destinos, en este último lugar un amigo le recomendó que migrara a Canadá y con ese impulso llegó a su residencia actual, en Toronto.

“Yo he hecho de todo, no tengo una especialidad, diría que ahora me dedicó al diseño, pero soy una persona que ha tratado de aprender muy rápido, trabajé en limpieza, renovación, construcción, pintura, mecánica, pero en todo nunca me desarrollé como experto, sino que hacía lo necesario para sostenerme, hasta que llegue al diseño”, relató.

Asimismo, recordó que esa pasión por el diseño estuvo presente en su vida desde su niñez y le interesaba mejorar prendas porque “las cosas siempre las vi de manera diferente”; aunque destacó que sus diseños tendían a ser exagerados o esa era su percepción, que con los años cambió.

ASESOR EN UNA BOUTIQUE DE LOS ÁNGELES

Con el tiempo, un director del certamen de Miss Universo le preguntó si él había diseñado un vestido y eso se convirtió en una ventana para iniciarse en este campo.

“Llevo varios años diseñando incluso para otras marcas, yo trabajaba como asesor, trabajé en Los Ángeles en una boutique de mucho reconocimiento en el área de limpieza y yo un día le dije al dueño que podía arreglar un diseño, él se molestó porque no creía que podría hacerlo, pero al final cuando tiraron el vestido lo mejoré y después se sorprendió por lo que hice”, contó con satisfacción por aquel logro.

INSPIRACIÓN QUE ENCUENTRA EN LA HERENCIA CULTURAL

Después consiguió su propia marca: Chávez, la cual ya tiene entre 5 y 6 años. Ahora uno de sus mayores retos es que muchos de sus diseños los considera piezas de arte, así que son únicas “no se pueden producir grandes cantidades”.

La inspiración dice que la encuentra en la herencia cultural, por lo cual describe sus diseños como glamurosos, brillantes y con muchos colores. “Mi madre aún usa su traje típico, entonces eso es lo que queda grabado en cerebro, así que yo estudié y lo apliqué a lo que hago”.

SUS DISEÑOS DESTACAN EN OTROS PAÍSES

El chapín cree que es posible abrirse espacio a nivel internacional aunque reconoce que “uno de los obstáculos más grandes que se tienen es que no hay plataformas, entonces muchas veces se tiene la intención, pero no los recursos”.

 

Su prestigio ha sido tal que sus diseños han llegado a Colombia, Francia, Inglaterra, Irlanda, Filipinas, Taiwán, Canadá, Estados Unidos, México y España, entre otros. Para este año, espera atender más invitaciones y llegar a muchos otros lugares.

Ver sus diseños en alguien más para él es un logro y una satisfacción, porque cumplió una meta y además lo hace sentirse orgulloso de la cultura guatemalteca. “Agradezco en mi idioma y estoy muy contento porque la cultura indígena tiene aceptación a nivel internacional, solo tenemos que adaptarnos”, explicó.

EL CAMINO DE UN DISEÑO

Según el diseñador, el proceso de creación de una pieza es complejo, pero el paso más importante es el concepto, porque después de establecer el objetivo, la intención es conseguirlo “es como crear una canción, es el mismo concepto”.

También comentó que se siente orgulloso por varias de sus creaciones, pero recuerda en especial que elaboró un traje alusivo a Cleopatra, y uno tradicional inspirado en la Rabin Ajaw. “Esos son dos favoritos que tengo”, sostuvo.

Por último, explicó que entre sus metas está mostrar al mundo la cultura guatemalteca, así como la herencia cultural y por ello insta a quienes tienen deseos de superarse, como él lo ha logrado, a que se animen y destaquen.