La perseverancia, resiliencia y el deseo de luchar por las demás personas ha hecho que la guatemalteca Laurita García, con el apoyo de su familia, destaque en Stamford, Connecticut, Estados Unidos y a pesar de que los últimos meses han sido difíciles no ha dejado de trabajar a favor de los migrantes.

La guatemalteca explicó que una situación complicada la llevó a dejar el país, ella creció en la zona 7 con algunos familiares, pero en 2013 decidió migrar con su actual esposo, con quien empezó a formar un futuro y su familia.

Laurita relató a La Hora que una experiencia relacionada al fallecimiento de su hijo a causa de una mala práctica médica la impulsó a luchar por los demás, empezó a involucrarse en otras iniciativas a favor de migrantes y personas de escasos recursos.

ASÍ EMPEZÓ CON LA CONSTRUCCIÓN DE UN SUEÑO

Empezar una vida en otro país es complejo, afirmó la entrevistada, pero tampoco imposible de superar, “yo trabajaba en un restaurante por 12 o 8 horas al día y me pagaban poco”, recordó.

Luego en búsqueda de un mejor trabajo, encontró empleo en una compañía de limpieza, pero decidió que lucharía por una oportunidad mejor.

 

“Me propuse mejorar mi inglés, quería buscar un trabajo propio, aparte de activista. Así que aparte de lo que hago es que soy ama de llaves para una familia y llevo con ellos 7 años y medio”, destacó.

La guatemalteca reconoce que los connacionales se enfrentan a muchos retos, entre ellos falta de igualdad, pero asegura que se pueden superar cuando existe el deseo de aprender y en su caso tenía facilidad porque ya sabía conducir y eso le abrió muchas puertas.

UNA FAMILIA UNIDA ANTE LA ADVERSIDAD

Laurita, como es conocida, vive con su familia conformada por su esposo y sus dos hijos y por supuesto, en su corazón siempre tiene presente al bebé que falleció a finales de 2020 y por quien decidió empezar una lucha por los migrantes que pasan por situaciones similares.

“Mi esposo está al 100% conmigo y todo lo que hace me sigue, de hecho, él se volvió capellán también y mis hijos, andan con nosotros en lo que hacemos, así que he sido ejemplo para ellos”, agregó.

Si bien la guatemalteca ha tenido que afrontar la adversidad, ella cuenta que también siente valor al saber de más mujeres que luchan con lo mismo, al no contar con seguro médico.

CREÍ QUE PODRÍA SACAR HIGH SCHOOL Y LO LOGRÉ

Laurita entre todo el tiempo que le dedica a las causas que defiende, también ha buscado espacios de superación y este año recién terminó el High School, además de un curso de empoderamiento, y otros, por los que se siente orgullosa, pues hace poco culminó su preparación como Capellana.

“Trabajo 50 horas a la semana y encuentro espacio para ir a la iglesia pues soy cristiana, tengo tiempo para mis hijos, ayudar y estudiar”, afirmó.

 

En el tiempo de vivir en EE. UU., la guatemalteca insta a los migrantes a tocar puertas, buscar ayuda y también espacios para buscar la superación, “no hay que poner excusas, el yo puedo es el que existe, yo nunca me creí que podría sacar High School y lo logré”.

En todo lo que hace la guatemalteca también involucra a sus hijos y eso es de lo que más le gusta, pues eso también los motiva incluso a que piensen en Guatemala, aunque la mayor parte del tiempo han vivido en EE. UU.

La guatemalteca sueña con tener negocios en Guatemala y ayudar a más personas, porque entiende de la necesidad de las personas, “todo está en no dejarse vencer y que cuiden a sus hijos”, remarca en su mensaje para los connacionales.

 

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