Por Grecia Ortíz
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El deseo de darle una vida mejor a sus hijos impulso a la guatemalteca Susie Luna a migrar hacia Estados Unidos y ahora años después, ella busca incidir en la vida de quienes menos oportunidades tienen en Quetzaltenango.
La connacional, quien reside en Fresno California, cuenta que tiene una barbería que logró emprender con mucho esfuerzo y dedicación.
Susie contó a La Hora Voz del Migrante, que su niñez en Guatemala fue muy difícil, porque había días en que comían y otros en los que no, “fue bastante difícil porque mis hermanos y yo tal vez fuimos como niños de la calle que andamos pidiendo comida a los comedores o en los basureros”.
Todos los meses dice que sobrevivir era un reto, no tenían zapatos ni vestimenta y al crecer se convirtió en madre a temprana edad y eso complicó todavía más su vida porque no tenía recursos para su hija.
Con el pasar del tiempo explicó que con sus hijos pequeños no vio un futuro alentador en Guatemala y decidió arriesgarse, aún con un bebé en su vientre, se animó a migrar.
“Para mí fue muy difícil porque iba con siete meses de embarazo, no me quedaba de otra y ahí sí que como dice nuestro himno, antes muertos que esclavos y decidí inmigrar, pasé por el tren, comí en la calle y estuve detenida en la cárcel al ser migrante”, comentó.
ESTUDIÓ PARA PONER SU PROPIO NEGOCIO
Cuando migro, dice que empezó su sueño de ayudar a quienes menos tienen, pues siempre recordaba los momentos difíciles que atravesó cuando no tenía nada para comer, así fue cómo surgió la Asociación Jesús Pan de Vida con la cual ayuda a quienes más lo necesitan en su natal Quetzaltenango.
“Pude tener un poquito, le eche muchas ganas, junte dinero trate de arreglar papeles, fui a la universidad y saque la licenciatura de Barber y es así como me sostengo y ya tengo rato de estar haciendo esto”, dijo.
En la actualidad, la barbería México Lindo, propiedad de Susie es parte del esfuerzo de la guatemalteca y con ella ha logrado ayudar a muchos connacionales.
Su negocio surgió con el deseo de independizarse y demostrar que los migrantes pueden lograr lo que desean, contó.
HA DESEMPEÑADO VARIOS OFICIOS
Susie ha trabajado en el campo, limpiando viviendas, oficinas y como mesera, en Guatemala recordó que cursó estudios de cosmetóloga.
Con los años, la connacional logró su residencia, lo que le dio la oportunidad de volver y visitar a sus seres queridos, principalmente sus hijos que se quedaron en el país.
Aunque el tiempo pasa, la guatemalteca no olvida sus raíces y lo que la llevo a dejar el país, incluso el sufrimiento que soportó cuando tomó la decisión de dejar su casa estando embarazada.
La entrevistada, mencionó que el deseo de ayudar surgió porque tenía presente el sufrimiento de su niñez, “tengo presente de donde vine y esto salió de mi corazón. Cuando exploto el volcán ahí nació el deseo de hacer algo, mientras tenga trabajo y salud seguiré”.
BUSCA QUE MÁS PERSONAS SE UNAN
Además, afirma que la idea es que más personas se unan y puedan darle apoyo a quienes menos tienen, compartir un poco de sus bendiciones.
A la entrevistada, le gustaría que más personas se unieran a la Asociación que solo busca llevar un aliento a los guatemaltecos, asimismo, dice que la transparencia, es indispensable cuando se lleva ayuda económica.
“Me gustaría decirles a grandes empresas que quizá si nacieron con dinero, que yo no tuve muchas oportunidades, pero es que tienen que hacer algo, así podemos levantar el país, si compartimos no hubiera hambre porque entre más tienen le quitan al pobre”, aseguró.
Susie lo tiene claro, si todos se dan la mano el país puede salir adelante “Guatemala somos todos, si nos damos la mano podremos salir adelante”.
Para distraerse la guatemalteca dice que trata de hacer ejercicio pues adquirió una máquina con la que entrena en casa, comparte tiempo en familia y encuentra fortaleza en la Biblia.
“Yo quiero que de lo poquito que yo tengo les llegue un plato de comida a otras personas que son de las más necesitadas. Mi barbería es modesta pero de ahí sale la bendición”, aseguró.